"Los brit¨¢nicos descubrimos tarde el peligro de Hitler"
Es cierto que a toro pasado es muy f¨¢cil darse cuenta de las cosas. Tambi¨¦n resulta innegable que las profec¨ªas y las herej¨ªas desentonan con la raz¨®n. Ian Kershaw (Oldham, Inglaterra, 1943), el estudioso que mejor ha descifrado hasta el momento los enigmas de Adolf Hitler, lo sabe. Como tiene claro que dicho personaje, con sus discursos grandilocuentes, sus amenazas aparentemente populistas y sus gru?idos de odio podr¨ªa resultar tan incre¨ªble hoy como en los a?os treinta. El problema fue que iba en serio. Era tan transparente como terrible y la bazofia ideol¨®gica que encerraba su discurso en Mein Kempf no era mera ret¨®rica, como cre¨ªan muchos europeos contempor¨¢neos suyos, sino un aut¨¦ntico programa de acci¨®n y pensamiento. Eso, m¨¢s las posiciones de figuras tan rid¨ªculas, da?inas y fuera de lugar como lord Londonderry, german¨®filo ciego y leal a los nazis hasta el final de la barbarie, ralentizaron la capacidad de reacci¨®n de los brit¨¢nicos ante el peligro real por lo que, quiz¨¢, la guerra comenz¨® demasiado tarde.
"A Hitler no se le puede entender sin la experiencia de la I Guerra Mundial"
"Blair ha perdido su liderazgo y se ha convertido en el heredero de Margaret Thatcher"
"Las posturas clave del siglo XX se tomaron en 19 meses, en 1940 y 1941, en seis pa¨ªses"
"La II Guerra Mundial fue el ¨²ltimo gran triunfo de Gran Breta?a en el mundo"
Kershaw, que es el gran bi¨®grafo contempor¨¢neo del tirano alem¨¢n con sus dos tomos Hitler 1889-1936 y Hitler 1936-1945 (Pen¨ªnsula), catedr¨¢tico de Historia Moderna en la Universidad de Sheffield, ha analizado en su nuevo libro, Un amigo de Hitler. Inglaterra y Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial (Pen¨ªnsula), el papel de su pa¨ªs previo al conflicto y se ha fijado en especial en figuras como Londonderry, este arist¨®crata que crey¨® que con los sue?os de grandeza del III Reich tambi¨¦n Gran Breta?a y su imperio en declive recuperar¨ªan su brillo...
Pregunta. Se ha pasado usted demasiados a?os tratando con Hitler. ?C¨®mo lleva ¨ªntimamente su relaci¨®n con un personaje tan siniestro?
Respuesta. Ser ingl¨¦s ayuda a trabajar con Hitler. Lo veo tan detestable, aburrido y repetitivo como realmente era. Me resulta alguien que no me quita el sue?o.
P. ?Siguen los brit¨¢nicos traumatizados por su figura?
R. Traumatizados quiz¨¢s sea una definici¨®n demasiado fuerte. La II Guerra Mundial fue el ¨²ltimo gran triunfo de Gran Breta?a en el mundo. Cuando nuestros mayores lo rememoran lo hacen positivamente, recuerdan la camarader¨ªa del frente, a los compa?eros, no se sienten traumatizados sino orgullosos de lo que hicieron. La experiencia les compens¨®. Alemania era un enemigo muy duro pero todo aquello se recuerda m¨¢s bien con nostalgia.
P. Sin embargo, lo que usted viene a decir en su nuevo libro es que no vieron el peligro a tiempo.
R. ?sa es una de las principales razones que me movi¨® a escribirlo, que los brit¨¢nicos nos dimos cuenta tarde del peligro que representaba Hitler. Aunque no creo que esta raz¨®n pueda alterar el juicio del papel que Gran Breta?a jug¨® en la guerra, es cierto que esa tardanza en la reacci¨®n ha sido ensombrecida. El mismo Winston Churchill en su Historia de la Segunda Guerra Mundial habla poco de c¨®mo actu¨® en los a?os treinta.
P. A esa ceguera contribuyeron personajes como lord Londonderry, un arist¨®crata que resultaba algo parecido a un Gatopardo, pero en pat¨¦tico.
R. Era un personaje que se consideraba nacido para gobernar por el hecho de pertenecer a la aristocracia. Ten¨ªan sentido de clase dominante, terrateniente, y esa obsesi¨®n por... el imperio. Para ellos era normal dominar pa¨ªses.
R. Ahora podr¨ªamos ver algo parecido. Lo ¨²nico que en vez del dominio de tierras, algunos pa¨ªses utilizan la fuerza con la excusa de imponer valores. A Tony Blair se le ha pegado esa man¨ªa.
P. Y por eso ha perdido el liderazgo que ten¨ªa. Se ha convertido en el aut¨¦ntico heredero de Margaret Thatcher con pol¨ªticas completamente conservadoras y esa unidad de acci¨®n con Bush en la que no admite cr¨ªticas. Por eso creo que acaba de ser destituido Jack Straw, el antiguo ministro de Asuntos Exteriores, porque empezaba a ser cr¨ªtico con la situaci¨®n en Irak.
P. Aparte de su ceguera, Londonderry parece un idealista.
R. S¨ª, lo que ocurre es que confund¨ªa sus ideas con su capacidad y por eso su vida fue un aut¨¦ntico fracaso, si no hubiera sido tan est¨²pido...
P. Veo que simpatiza con los personajes que elige. ?No es duro hacer biograf¨ªas de figuras a las que detesta?
R. Todo el mundo presume de hacer trabajos sobre personas que admiran. Pero creo que eso te hace ser menos cr¨ªtico. Yo no podr¨ªa escribir sobre Mozart o sobre el mismo Churchill, pero hacerlo sobre Stalin, Mussolini, Hitler o Franco, me resulta mucho m¨¢s f¨¢cil. No me gusta tratar los ¨¦xitos tampoco. Pero, de todas formas, las biograf¨ªas no son lo m¨ªo.
P. En fin, no ser¨¢ porque no resalta usted en eso. Su obra sobre Hitler es hoy de referencia mundial. ?Cu¨¢nto tiempo estuvo dedicado a ella?
R. Tard¨¦ seis a?os en escribir los dos tomos y 10 en total, con las investigaciones y todo.
P. ?Y ha resuelto el enigma?
R. Creo que s¨ª. Pero ahora voy a escribir un libro m¨¢s corto para asegurarme de ello. A Hitler no se le puede entender sin la experiencia de la I Guerra Mundial. Es una de las claves principales. Por desgracia, conocemos poco de aquellos a?os, de lo que hizo en esa contienda pero fue una ¨¦poca que influy¨® mucho en su particular psicolog¨ªa. En el frente contempl¨® la muerte con sus propios ojos y eso le deshumaniz¨®. Desde entonces no hizo otra cosa que buscar culpables y eso le destroz¨® la vida. A partir de esa etapa se obsesion¨® con dar la vuelta a la historia y tal misi¨®n inclu¨ªa la destrucci¨®n de los jud¨ªos, tal como ¨¦l mismo dijo como profec¨ªa y se encarg¨® de repetir varias veces.
P. ?Provoc¨® la guerra con la intenci¨®n principal de aniquilarlos o hab¨ªa m¨¢s razones?
R. Hab¨ªa m¨¢s. Pero ¨¦sa era una de las m¨¢s importantes. En el fondo le obsesionaba la idea de purgar, aniquilar no s¨®lo a jud¨ªos, sino a quienes se opusieran a sus planes. En 25 a?os hab¨ªa programado la eliminaci¨®n de m¨¢s de 30 millones de personas. Quer¨ªa purificar Europa y crear un gran para¨ªso ario.
P. Qu¨¦ terrible contradicci¨®n: destruir para purificar. Pero lo m¨¢s asombroso de todo sigue siendo c¨®mo pudo convencer a tanta gente para que le apoyara.
R. Si vives en un pa¨ªs en el que has generado grandes esperanzas frente a otros como Francia y Gran Breta?a en decadencia; si has sufrido la humillaci¨®n que fue el Tratado de Versalles y repites un mensaje en el que incides en eso y lanzas la idea de un porvenir de grandeza, es f¨¢cil caer en la tentaci¨®n.
P. ?Ha visto la pel¨ªcula alemana El hundimiento?
R. S¨ª.
P. ?Qu¨¦ le pareci¨®? ?Es un retrato fiel de Hitler?
P. Me pareci¨® una magn¨ªfica pel¨ªcula pero con lagunas hist¨®ricas. Fue gracioso porque el productor me propuso que la viera en un pase privado y escribiera mi sincera opini¨®n en alg¨²n peri¨®dico. Al d¨ªa siguiente me llam¨® preocupado: cre¨ªa que no me hab¨ªa gustado nada porque la persona que estaba por la sala le cont¨® que me hab¨ªa dormido. Pero yo le tranquilic¨¦. Le dije que era una pel¨ªcula muy larga y que no hab¨ªa tomado mucho caf¨¦ ese d¨ªa. Ech¨¦ una peque?a cabezada, es cierto, pero la pel¨ªcula me pareci¨® estupenda, de verdad.
P. ?Y las lagunas?
R. Hay personajes que en la pel¨ªcula adquieren una importancia que no tuvieron en realidad y viceversa, como la secretaria. Tampoco me gust¨® c¨®mo se trat¨® el suicidio de los Goebbels, entiendo que dram¨¢ticamente funcione pero a m¨ª no me gusta. Sin embargo, me parece que Bruno Ganz, como Hitler, est¨¢ impresionante.
P. ?En qu¨¦ anda metido ahora?
R. Estoy terminando un libro que se titular¨¢ Faithfull choices (Decisiones fehacientes), en el que relato c¨®mo las posturas clave del siglo XX se tomaron en 19 meses, entre mayo de 1940 y diciembre de 1941 en seis pa¨ªses: Gran Breta?a, Alemania, Estados Unidos, la URSS, Jap¨®n e Italia.
P. ?Cu¨¢les fueron las principales?
R. Primero, Gran Breta?a decide seguir en la guerra, lo que provoca que Hitler invada la URSS para crear dos frentes. Al tiempo Jap¨®n ve la posibilidad de expandirse por el sureste asi¨¢tico y Estados Unidos se va preparando para entrar en el Atl¨¢ntico con lo que Hitler alienta Pearl Harbour. Tambi¨¦n, en esos meses, los nazis deciden eliminar a los jud¨ªos e Italia invade Grecia con lo que los Balcanes entran en guerra y con lo que ya tenemos un conflicto global. Dir¨¢ usted que falta la bomba at¨®mica: pues es tambi¨¦n en esos meses cuando Estados Unidos decide poner en marcha el proyecto.
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