Freud
Sin ning¨²n g¨¦nero de dudas Lucian Freud (Berl¨ªn, 1922) es uno de los pintores ingleses m¨¢s importantes de la segunda mitad del siglo XX. Su obra, de una figuraci¨®n que en sus or¨ªgenes se aproximaba a la Neue Sachlichkeit (Nueva Objetividad) que se desarroll¨® en la Alemania de los a?os veinte, se decanta por el retrato y el desnudo. Aparentemente, sus cuadros parecen seguir la tradici¨®n retratista inglesa, pero una serie de detalles caracter¨ªsticos de su trabajo, como las poses de los modelos, el punto de vista elegido, la manera de aplicar el color y la elecci¨®n de unas gamas que se alejan del intento de provocar cualquier tipo de seducci¨®n crom¨¢tica, hacen que la pintura de Lucian Freud se haya desviado de cualquier tipo de tradici¨®n para, apoy¨¢ndose en el expresionismo, abrir una nueva y personal v¨ªa dentro de la figuraci¨®n.
LUCIAN FREUD
Galer¨ªa Leandro Navarro
Amor de Dios, 1. Madrid
Hasta el 24 de mayo
En sus pinturas el artista in-
tenta extirpar cualquier sentimentalismo para lo cual desnuda, literal y emocionalmente, a las personas que posan para ¨¦l, mostr¨¢ndolas bajo una potente iluminaci¨®n como masas de carne en el ambiente s¨®rdido de su estudio. La distancia establecida entre el pintor y su modelo, la objetividad y la carnosidad, unidas al realismo de unas figuras, muy bien compuestas y dibujadas con verismo realista, suelen provocar en el espectador inquietud y malestar, lo cual no es poco, frente a la indiferencia con la que se produce y contempla hoy el arte.
La exposici¨®n que comento a continuaci¨®n, sin embargo, no presenta ¨®leos sino una breve colecci¨®n de grabados y una fotograf¨ªa de David Dawson que ayuda a comprender el ambiente en el que se mueve el octogenario pintor. Los grabados, realizados entre 1982 y 2005, tratan de los mismos temas que su pintura y, si hubieran sido dibujos, podr¨ªamos suponer que se trata de apuntes para sus cuadros, pero grabar supone un conocimiento t¨¦cnico muy espec¨ªfico que reclama un lento adiestramiento, aunque sea para ejercer una modalidad aparentemente tan sencilla como la incisi¨®n en seco, que utiliza Freud. A lo largo de la historia, muchos grandes pintores han sido conscientes de la dificultad que encierran las t¨¦cnicas del grabado y han dejado la realizaci¨®n de las planchas en manos de profesionales que han trasladado a ellas sus dise?os. Otros, como Picasso, aprendieron esforzadamente y con tes¨®n ese oficio hasta hacer evolucionar la t¨¦cnica con hallazgos de consideraci¨®n. No es, desgraciadamente, ¨¦ste el caso de Lucian Freud, quien utiliza la gubia con trazos cortos, inseguros y desordenados, como si se cansara de rayar, lo que conduce a crear unas figuras duras y con pocos matices, toscamente construidas, que suele presentar aisladas en el papel, sin ambientaci¨®n de lugar. Ciertamente, sus figuras, con sus poses caracter¨ªsticas y sus gestos pronunciados, est¨¢n bien dibujadas y son reconocibles, pero lo que puede ser aceptable como boceto es claramente inadmisible como grabado.
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