La libertad escrita
Como la hierba que posee una doble propiedad, de blandura y de suavidad, pero que tambi¨¦n corta con su filo, esta narraci¨®n breve de Harkaitz Cano (Lasarte, Guip¨²zcoa, 1975) propone una doble lectura, una centrada en la amistad entre personajes perdidos en un Nueva York de pesadilla, y una alegor¨ªa de la libertad.
Al lector en castellano probablemente le costar¨¢ aceptar la acron¨ªa, o anacron¨ªa, que da comienzo al texto: Hitler navega por el Atl¨¢ntico dispuesto a desembarcar en Nueva York. Ha ganado la guerra en Europa, y la invasi¨®n de Norteam¨¦rica es el siguiente paso para el dominio del mundo. En las bodegas de su barco lleva preso al comediante, a Chaplin. Sesenta a?os antes un poliz¨®n, Olivier, estibador y antiguo minero, se embarc¨® en otro barco, en aquel que llevaba la estatua de la Libertad, cuya corona le sirvi¨® de cama, dej¨¢ndole para siempre una desviaci¨®n en la columna. La narraci¨®n viaja entre las vidas de Chaplin y Olivier, en niveles paralelos, hasta que se encuentran en el Nueva York ocupado por las tropas nazis, y el viejo minero salva la vida al comediante, que desde entonces, en una met¨¢fora de la libertad, escribir¨¢ un texto teatral que, al final, se perder¨¢ en el viento.
EL FILO DE LA HIERBA
Harkaitz Cano
Alberdania. Ir¨²n, 2006
99 p¨¢ginas. 13,20 euros
Harkaitz Cano mantiene todav¨ªa una devoci¨®n por la vanguardia de manera que la narraci¨®n no es sino un tel¨®n de fondo en el que se van hilando series de significaci¨®n e interpretaci¨®n hasta la construcci¨®n de un signo po¨¦tico en el que se enhebran diversos ejes y niveles de discurso. Parece no importarle la narraci¨®n misma, sirva como ejemplo la ambig¨¹edad en la que termina la pelea final entre el comediante y el dictador. Y mantiene la atenci¨®n en ecos de diversa procedencia, como la importancia de los objetos en la construcci¨®n del alma de los personajes, o en ideas recurrentes, como la libertad de la escritura en momentos de dura realidad. Junto a ello el autor utiliza otros procedimientos como la mezcla de niveles narrativos, la apelaci¨®n al narratario, el juego entre la prosa po¨¦tica (la secuencia que lleva al comediante hacia la b¨²squeda de espacios m¨¢s reducidos donde puede encontrar el resquicio para la libertad creativa) y la presencia del cine mudo, en el que finalmente se convertir¨¢ el juego argumental. Aunque la narrativa de Harkaitz Cano se ha relacionado a menudo con Raymond Carver, hay que pensar en la obra de Paul Auster como una de sus referencias constantes, sobre todo cuando el discurso se eleva hacia la met¨¢fora y el comentario simb¨®lico sobre lo narrado. En contraposici¨®n, el lector tendr¨¢ la impresi¨®n de que existen demasiados materiales que se dispersan, y que la construcci¨®n del texto prevalece a menudo sobre la unidad de intenci¨®n.
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