Autonom¨ªa y eutanasia
Es inevitable que el final de Jorge Le¨®n, incapaz de mantenerse con vida tras faltarle la m¨¢quina que respiraba por ¨¦l, haya reabierto el debate sobre la eutanasia en nuestro pa¨ªs. Pero, ?es esto eutanasia?
Eutanasia, etimol¨®gicamente, significa "buena muerte" por lo que resulta dif¨ªcil saber qu¨¦ quiere defender la persona que se pronuncia a favor. En un intento de aclarar conceptos se recurri¨® a adjetivarla (activa, pasiva, indirecta), pero muchos autores opinan que deber¨ªamos reservar el t¨¦rmino para la "activa", ¨²nica forma de eutanasia ilegal en Espa?a.
La eutanasia activa se refiere a aquellas actuaciones que provocan por s¨ª mismas, de manera intencionada y directa, la muerte solicitada por una persona en una situaci¨®n de sufrimiento grave e irreversible. Son procedimientos mort¨ªferos en s¨ª mismos, es decir, que matan aun cuando fueran aplicados a un individuo sano. Esta manera de actuar se distingue del homicidio en que aqu¨ª el proceder es solicitado por el destinatario, una persona que sufre sin remedio y desea morir.
El suicidio asistido comparte la misma filosof¨ªa y objetivo. La diferencia es que en ¨¦ste es el propio paciente el que se procura la muerte, pero con la ayuda imprescindible de otra persona. As¨ª fue el final de Ram¨®n Sampedro, que se mat¨® bebiendo el cianuro que otra persona puso a su alcance. En nuestro pa¨ªs, el art. 143 del C¨®digo Penal prev¨¦ penas de c¨¢rcel para quien coopere en cualquiera de estos dos supuestos.
Algo muy distinto es que una persona competente decida dejar de luchar por una vida que no quiere vivir. La ley 41/2002, de Autonom¨ªa del Paciente, en su art. 8.1, dice: "Toda actuaci¨®n en el ¨¢mbito de la salud de un paciente necesita el consentimiento libre y voluntario del afectado...". Y toda significa toda. No hay ning¨²n procedimiento que se pueda imponer a un adulto l¨²cido y bien informado, salvo por preservar los derechos de otros. De hecho, es l¨ªcito que una persona decida no someterse a ning¨²n tratamiento o que arriesgue su vida por permanecer fiel a sus creencias.
Actualmente la medicina puede ofrecer multitud de recursos t¨¦cnicos, pero en un caso concreto lo ¨¦tico puede ser seguir luchando y en otro, detener la batalla. La vida es un derecho, no un deber. No deber¨ªamos olvidarlo, nuestras leyes no lo han hecho. A pesar de ello, Jorge Le¨®n permaneci¨® atrapado en contra de su voluntad hasta que una mano amiga le permiti¨® marchar. Dado que vivimos en una sociedad plural, urge que los pacientes conozcan sus derechos, reflexionen sobre estas cuestiones y tengan voz propia en un terreno en el que, sin duda, ellos son los protagonistas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.