Israel proh¨ªbe reagruparse con las familias a miles de sus ciudadanos ¨¢rabes

Si la vida de los palestinos atraviesa una coyuntura dif¨ªcil, la de los ¨¢rabes-israel¨ªes recibi¨® ayer otro varapalo. El Tribunal Supremo de Israel ratific¨® una enmienda a la Ley de Ciudadan¨ªa que proh¨ªbe a miles de palestinos de Cisjordania y a sus hijos reagruparse con sus c¨®nyuges, residentes y ciudadanos del Estado hebreo. Mientras tanto, siete palestinos (cuatro de ellos presuntos milicianos integristas) murieron en dos ataques del Ej¨¦rcito israel¨ª en Yen¨ªn.

Decenas de miles de hombres y mujeres palestinos se casaron con los llamados ¨¢rabes-israel¨ªes que permanecieron en suelo del Estado jud¨ªo tras fundaci¨®n de Israel. Es frecuente que contraigan matrimonio en el ¨¢mbito de sus amplias familias o clanes, muchas veces separados por las fronteras entre Israel y Cisjordania y la franja de Gaza. M¨¢s de un mill¨®n de los siete millones de ciudadanos del Estado sionista son ¨¢rabes.

En mayo de 2002, una enmienda aprobada por la Kneset (Parlamento) a la Ley de Ciudadan¨ªa estableci¨® que s¨®lo se estudiar¨ªan las peticiones de las mujeres mayores de 25 a?os y los hombres que superen los 35 a?os para adquirir la residencia. En contadas ocasiones se conceden. Mientras, la legislaci¨®n otorga la ciudadan¨ªa a cualquier inmigrante que pueda demostrar que uno de sus abuelos es o era jud¨ªo.

Precisamente ayer, cuando se cumpl¨ªan 58 a?os de la lectura por Ben Guri¨®n de la declaraci¨®n de independencia, el Tribunal Supremo israel¨ª dio a conocer el pol¨¦mico fallo. Una jornada en la que los palestinos conmemoran la Naqba (el desastre) y recuerdan la expulsi¨®n o fuga de sus ciudades y pueblos en mayo de 1948.

Fue la del tribunal una decisi¨®n muy ajustada. Seis de los jueces votaron a favor de mantener la prohibici¨®n promovida por el Gobierno de Ariel Sharon hace cuatro a?os, durante los meses m¨¢s sangrientos de la segunda Intifada. Cinco, entre ellos el presidente del tribunal, Aharon Barak, se pronunciaron en contra.

La divisi¨®n en el Supremo es profunda. Mientras Barak declaraba que mantener la ley con las prescripciones actuales "infringe los derechos civiles de los ciudadanos", el juez Mishael Cheshin apuntaba: "Nadie est¨¢ denegando el derecho a formar una familia, pero deber¨¢n vivir en Yen¨ªn y no en Umm al Fahm" (una ciudad ¨¢rabe-israel¨ª)". Cheshin subray¨® la necesidad de mantener la seguridad como fundamento de la decisi¨®n judicial.

"B¨¢sicamente, est¨¢n diciendo; 'haced vuestras maletas y largaos de aqu¨ª", afirm¨® Abir Baker, abogado de Adala, una asociaci¨®n que representa a las parejas palestino-israel¨ªes. "Es una ley racista porque restringe derechos ciudadanos en base al origen ¨¦tnico de una persona, y no de forma individual", apunt¨® otra letrada de Adala. Amnist¨ªa Internacional reclam¨® la revocaci¨®n del fallo. Y Zehava Gal-On, diputada del partido izquierdista Meretz, sentenci¨®: "El tribunal lo que ha dicho es que hay ciudadanos de primera y de segunda. El fallo es una verg¨¹enza para la legislaci¨®n israel¨ª".

Acusaciones constantes

Las acusaciones de discriminaci¨®n respecto a los ¨¢rabes-israel¨ªes vertidas contra los Gobiernos hebreos son constantes. Partidos que han cosechado un buen n¨²mero de esca?os en las elecciones de marzo abogan por la expulsi¨®n de los ¨¢rabes o por el intercambio de los territorios que pueblan. Los alcaldes de las ciudades habitadas por palestinos denuncian una y otra vez que sus municipios no reciben fondos para prestar los servicios p¨²blicos en la misma medida que en las localidades pobladas por jud¨ªos.

Por otra parte, ayer tambi¨¦n se vivi¨® la peor jornada de violencia en semanas en Cisjordania. En dos ataques en la zona de Yen¨ªn, los militares israel¨ªes mataron al menos a siete palestinos, seg¨²n los ¨²ltimos datos aportados ayer por las autoridades sanitarias. Cuatro, seg¨²n fuentes israel¨ªes, eran militantes del movimiento integrista Yihad Isl¨¢mica y los otros tres eran civiles, uno de ellos funcionario de la Autoridad Nacional Palestina.