La Junta cree que las dos sentencias por agresi¨®n a docentes cordobeses son "un aviso a navegantes"
Las dos condenas a realizar trabajos sociales son contra alumnos de un mismo instituto
El Juzgado de Menores de C¨®rdoba ha condenado a dos alumnos del Instituto de Ense?anza Secundaria Aljanadic del municipio de Posadas a realizar prestaciones sociales por agredir a dos de los docentes del centro. La Junta y el sindicato al que pertenecen los dos profesores, que sufrieron las agresiones en noviembre de 2004 y febrero de 2005, no creen que este instituto sea m¨¢s conflictivo que el resto. Sin embargo, ven en las sentencias "un aviso a navegantes", seg¨²n la Junta, y algo "ejemplarizante", seg¨²n el Sindicato Independiente de Empleados P¨²blicos.
A finales de noviembre de 2004, el claustro de profesores del Instituto de Ense?anza Secundaria Aljanadic se concentr¨® a las puertas de este centro del municipio cordob¨¦s de Posadas. Protestaban por una agresi¨®n que hab¨ªa sufrido uno de sus compa?eros por parte de un alumno de segundo de Secundaria. En febrero pasado, el Juzgado de Menores de C¨®rdoba conden¨® al chico, que ya no estudia en el instituto de Posadas, a 75 horas de prestaciones en beneficio a la comunidad y a tres fines de semana "de permanencia en su domicilio" por la agresi¨®n. Se le acusaba de un "delito de atentado y una falta de lesiones". La defensa recurri¨®, pero la Sala Segunda de la Audiencia Provincial de C¨®rdoba rechaz¨® el recurso y ratific¨® la condena hace una semana.
La semana pasada se hizo p¨²blica otra sentencia, tambi¨¦n del Juzgado de Menores de C¨®rdoba, en la que se condenaba a otro alumno del mismo IES de Posadas a 60 horas de prestaciones en beneficio de la comunidad por haber agredido a otra docente en febrero de 2005. El alumno pill¨® los dedos a la docente con la puerta del aula.
Tanto la Junta de Andaluc¨ªa como la direcci¨®n del centro y el Sindicato Independiente de Empleados P¨²blicos (que ha sido el que ha difundido las dos sentencias) descartan que este instituto sea diferente al del resto de la regi¨®n. "Se trata de una casualidad, no es que sea un centro especialmente conflictivo", afirma Jos¨¦ Antonio Torres, secretario general del Sindicato Independiente de Empleados P¨²blicos (SIEP).
Docentes concienciados
"No es que el centro sea un caos", afirma Dolores Alonso, delegada provincial de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n: "Lo que ocurre es que el claustro, despu¨¦s de la primera agresi¨®n, tom¨® conciencia de que estamos en un estado de derecho y no se puede agredir a alguien impunemente".
Seg¨²n Alonso, las dos sentencias son "un aviso para navegantes para las familias, los alumnos, los profesores...". Para el SIEP tambi¨¦n se trata de unas resoluciones hist¨®ricas, y no s¨®lo porque hasta febrero de este a?o no ten¨ªan constancia de condenas a alumnos por agredir a profesores en la provincia.
La sentencia m¨¢s interesante, seg¨²n Torres, es la primera, en la que el docente se present¨® como acusaci¨®n particular (en el segundo caso la Justicia actu¨® de oficio tras un parte de lesiones sin que hubiera denuncia por parte de la profesora). El Juzgado de Menores no se limit¨® en el primer caso a condenar al alumno. El magistrado tambi¨¦n reflexion¨® sobre lo que tiene derecho a hacer un docente en sus clases: "La Ley posibilita que se ejecute la orden por la fuerza, empleando para ello lo indispensable", afirma el magistrado.
Seg¨²n el juez, no hubo "extralimitaci¨®n alguna en la actuaci¨®n del profesor", que agarr¨® al chico por el brazo para intentar que saliera del aula, tras lo que el alumno le golpe¨® en el pecho. Antes de agarrarlo, el docente dijo al chico que abandonara el aula. Seg¨²n la sentencia, el alumno respondi¨® que "que no se iba 'porque no le sal¨ªa de la polla".
El magistrado considera que "el menor est¨¢ sujeto a la obediencia o disciplina del profesor que imparte las clases en cada momento (...) por lo que est¨¢ obligado a salir de clase" si lo ordena el docente.
Los sindicalistas ven en esta reflexi¨®n del juez un espaldarazo de sus reivindicaciones: "En muchos casos, por ejemplo, el profesor no separa a unos chicos que se pelean en un recreo porque puede convertirse en el agresor", afirma Torres. "Sin embargo, en la sentencia se deja claro que el docente, adem¨¢s de realizar sus funciones acad¨¦micas, tiene que mantener el orden".
Para la delegada de Educaci¨®n las sentencias sirven para que se tome conciencia de que "la falta de respeto no se puede seguir manteniendo en los colegios (...) Los chicos confunden la familiaridad en el trato con la falta de respeto".
Sin embargo, ?estas dos condenas podr¨ªan contribuir a judicializar la vida interna de los centros escolares? Alonso explica que los institutos tienen sus ¨®rganos internos de disciplina que analizan e imponen sanciones tras las agresiones, como ocurri¨® en los dos casos que han llegado hasta la Justicia en C¨®rdoba. "Es cierto que puede existir cierto temor a que la Justicia trascienda a la vida docente", afirma Alonso. "Sin embargo, conf¨ªo en la profesionalidad de los docentes en el uso de los recursos de la Justicia", dice la delegada de Educaci¨®n.
Por su parte, Torres sostiene que "la mayor¨ªa de los casos de agresi¨®n, que son muchos m¨¢s de los que aparecen en los medios, se resuelven dentro del sistema y esto debe seguir as¨ª". Sin embargo, el responsable del SIEP sostiene que con este tipo de sentencias pueden ser "ejemplarizantes" y contribuyen a que "se tome conciencia del problema". "Necesitamos la colaboraci¨®n de todos", afirma Torres, quien sostiene que el verdadero debate en su organizaci¨®n fue si se deb¨ªan o no hacer p¨²blicas las sentencias: "Primero por la reticencias que suelen poner los profesores y segundo por el sensacionalismo". Pero, al final, decidieron difundirlas porque esperan que "la sociedad se conciencie del problema a trav¨¦s de estas decisiones de los tribunales".
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