La opini¨®n de los aspirantes
El azar produjo ayer una curiosa escena en el campus de Leioa de la UPV. Cerca de un centenar de docentes se concentraba al mediod¨ªa a las puertas del Rectorado en torno a una pancarta con el lema "Salario digno para todo el profesorado". Mientras, varias personas trataban de abrirse paso entre los manifestantes para acceder al edificio con carpetas m¨¢s o menos voluminosas. Su objetivo: formar parte de ese mismo cuerpo docente que est¨¢ reclamando mejoras salariales. Apuraban as¨ª las ¨²ltimas horas del plazo abierto por la universidad p¨²blica para la entrega de la documentaci¨®n con la que se fijar¨¢n las bolsas de sustituciones de docentes para el pr¨®ximo curso.
Becarios, profesionales, profesores en activo con contratos temporales a tiempo parcial, j¨®venes, mayores, padres y madres con sus ni?os,... Miles de personas han pasado estos d¨ªas por los registros generales de los tres campus para dejar constancia de sus m¨¦ritos y de su deseo de entrar en una carrera, la acad¨¦mica, que, a tenor de la masiva afluencia de aspirantes, mantiene un poder de atracci¨®n que no ha deteriorado las insuficiencias retributivas ante las que claman las centrales sindicales.
Como es obvio, el sentir mayoritario de los que conf¨ªan en poder subirse a la tarima o trabajar en uno de los laboratorios de la universidad p¨²blica, aunque sea en precario, tiende a dar la raz¨®n a las demandas de los profesores. Ana Ansotegi, enfermera de 33 a?os, asegura, tras depositar el resumen de su vida profesional en la oficina del registro, que las demandas de los docentes son "justas".
"Realidad heterog¨¦nea"
As¨ª lo creen tambi¨¦n Santiago Larra?aga, de 30 a?os, y Lander Intxausti, de 29. Tienen motivos para ello, porque los dos son ya profesores de la Facultad de Ciencias, aunque ocupan plazas parciales que dependen de la vuelta o de la recuperaci¨®n de sus titulares. Han vuelto a presentarse a las bolsas de trabajo porque no saben cu¨¢nto durar¨¢ su contrato y si continuar¨¢n durante el pr¨®ximo curso en la misma situaci¨®n.
No obstante, consideran que las demandas de las centrales deb¨ªan tener una especial referencia a situaciones como las que ellos viven y en la que se encuentran la mayor¨ªa de los docentes m¨¢s j¨®venes. "La realidad del profesorado en la universidad p¨²blica es muy heterog¨¦nea y hay unas diferencias muy grandes. Adem¨¢s, quienes peor salen parados son los que tienen contratos parciales porque ni siquiera cobran la proporci¨®n que les deber¨ªa corresponder por el n¨²mero de horas de clase que imparten respecto a un docente a tiempo completo", explican.
Aiuola P¨¦rez Urresti, licenciado en Ciencias de la Comunicaci¨®n, de 38 a?os, cree que la soluci¨®n se basa en dos pilares: "Por un lado, se deber¨ªa mejorar las retribuciones del profesorado, al que no se valora como se deber¨ªa, y, por otro, se les deber¨ªa exigir una mayor formaci¨®n y un reciclaje continuo que evitara el abuso en sus clases de apuntes amarillentos".
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