Temblores burs¨¢tiles
Los mercados burs¨¢tiles mundiales han experimentado p¨¦rdidas de magnitud considerable en unos pocos d¨ªas, que para la bolsa espa?ola han significado la mayor ca¨ªda desde mayo de 2004. Los temores a correcciones adicionales, as¨ª como su extensi¨®n a otros mercados financieros siguen presentes. No es f¨¢cil identificar una sola raz¨®n, pero s¨ª lo es apuntar la importancia del aumento de la inflaci¨®n. A partir de las recientes evidencias inflacionistas, la presunci¨®n de que los tipos de inter¨¦s, tambi¨¦n a uno y otro lado del Atl¨¢ntico, seguir¨¢ su senda ascendente, no beneficia a los activos de renta variable. Eso no significa, sin embargo, que estemos en el umbral de un crash burs¨¢til o una crisis financiera.
La mayor¨ªa de las econom¨ªas exhibe un ritmo de crecimiento importante, como significativas son las mejoras en la eficiencia de la mayor parte de los sectores empresariales que cotizan en los mercados de acciones. La amenaza m¨¢s importante sigue siendo la derivada de unos precios del petr¨®leo muy elevados. Lo peor es que no es posible anticipar que el nivel actual de precios del barril, superior a los 70 d¨®lares en el mercado de contado y en los de futuros, sea la culminaci¨®n de esa escalada alcista. La torpeza en la gesti¨®n de los conflictos abiertos en la regi¨®n de donde procede el 40% del crudo mundial no hace sino prolongar las potenciales perturbaciones de la oferta petrolera.
Y eso los analistas y operadores burs¨¢tiles lo procesan mal. Entre otras razones, porque hasta ahora viv¨ªamos una situaci¨®n poco menos que excepcional, por su tranquilidad y por el mantenimiento de la curva de tipos de inter¨¦s con perfiles propios de un mundo ideal, del que estuviera ausente la inflaci¨®n y cualquier otro factor de riesgo que pudiera erosionar la rentabilidad de las inversiones financieras. Ahora, lo que se est¨¢ percibiendo no es sino un mayor atractivo de los instrumentos de menor riesgo, de los t¨ªtulos de renta fija, consecuente con el alza en los tipos de inter¨¦s, y m¨¢s concretamente con su repunte para los plazos m¨¢s largos. Las acciones seguir¨¢n basando su atractivo en el crecimiento de los beneficios empresariales, apoyados en un entorno econ¨®mico globalmente favorable. Pero a diferencia de lo que ocurr¨ªa hasta hace poco, ahora la competencia por el ahorro tambi¨¦n la ejercen otros instrumentos, ante todo los bonos, al igual que otros activos m¨¢s susceptibles de usar como refugio en momentos de inestabilidad como es el oro.
Que no haya motivo para el p¨¢nico no significa que las principales econom¨ªas dejen de ser sensibles a situaciones que pueden echar a perder una parte importante de la riqueza financiera, por acci¨®n o por omisi¨®n. Lo peor ser¨ªa que, junto a ello, en Europa por ejemplo, la imprudencia en el manejo de la pol¨ªtica monetaria abortara tambi¨¦n la recuperaci¨®n en ciernes. Es un momento de especial prudencia para todos.
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