El dif¨ªcil arte de los aforismos

La rese?a ideal de un libro de aforismos, como es el que aqu¨ª comento, ser¨ªa resumirla en otro aforismo, pero la tentaci¨®n que pudo haber sentido quien escribe estas l¨ªneas se disolvi¨® r¨¢pidamente cuando ley¨® uno de los incluidos en esta obra (el n¨²mero 393): "El dudoso prestigio de los aforismos procede de la facilidad con la que se logra un aforismo malo". He tenido, por consiguiente, ?ay!, que conformarme con el viejo, cl¨¢sico, estilo.

Afortunadamente, desde hace alg¨²n tiempo el f¨ªsico y responsable del ¨¢rea de ciencia y medio ambiente de la Obra Social de "la Caixa" y hasta hace no mucho director del Museo de Ciencias que esta instituci¨®n posee en Barcelona, Jorge Wagensberg, se est¨¢ esforzando para que los aforismos recuperen el prestigio que, cuando son buenos, sin duda merecen. Lo hizo primero en un libro titulado Si la naturaleza es la respuesta, ?cu¨¢l era la pregunta? (Tusquets, 2002), con el que obtuvo un merecido ¨¦xito, y ahora vuelve a la carga con A m¨¢s c¨®mo, menos por qu¨¦, cabalmente subtitulado '747 reflexiones con la intenci¨®n de comprender lo fundamental, lo natural y lo cultural'.

Aunque no estoy nada seguro de que sea cierto lo que manifiesta Wagensberg en su 'Pr¨®logo' y luego repite en el aforismo n¨²mero 394: "Una idea buena que no cabe en una buena frase, pues no es una idea tan buena", en esta obra se encuentran tantos, tan buenos y tan breves aforismos, como para hacer dudar al m¨¢s convencido de que las buenas ideas pueden ser tambi¨¦n rematadamente complicadas y dif¨ªciles o incluso, a veces, imposibles de resumir. El inicio del libro es, en este sentido, espectacular: "La verdad es para encarar el futuro" (aforismo n¨²mero 1); "la mentira es para soportar el pasado" (n¨²mero 2), y "las verdades se descubren, las mentiras se construyen" (n¨²mero 5). Son frases cargadas de sabidur¨ªa, cuya lectura tiene la virtud de hacernos pensar, de provocar en nosotros, como si fuera la p¨®lvora que provoca una explosi¨®n, todo tipo de reflexiones y visiones (tanto de futuro como de nuestros propios, personales e intransferibles pasados).

Lo mejor con una obra de este

tipo es sumergirse, poco a poco, dosific¨¢ndose, en los aforismos que incluye. Pensar en lo que dicen y sugieren. Con algunos no estaremos de acuerdo (yo al menos). Otros nos dejar¨¢n perplejos (acaso por ignorancia: hay en ellos, a veces, mucho conocimiento profundo de muy diversas materias, cient¨ªficas al igual que de otros tipos), pero probablemente rara vez indiferentes. No es dif¨ªcil ofrecer algunos ejemplos de esa sabidur¨ªa condensada en pastillas literarias que Wagensberg ha creado, reuni¨¦ndolas en nueve grupos, que van desde 'La verdad' a 'Lo singular', pasando por otros como 'El n¨²mero', 'La simetr¨ªa', 'La palabra' o 'Lo humano', y a los que acompa?an, al final, una serie de textos m¨¢s amplios, que enriquecen el tema central tratado en cada uno de los distintos grupos. "La diferencia entre un depredador y una presa es que el primero se puede permitir un fallo" (n¨²mero 382), es uno de ellos. Otro, absolutamente maravilloso: "Dios pudo inventar la f¨ªsica, pero tuvo que aceptar la matem¨¢tica" (n¨²mero 541). Y tambi¨¦n tenemos los siguientes, obviamente muy relevantes para el mundo actual: "Un huevo reci¨¦n fecundado es un ser humano potencial, pero no es un ser humano real, porque no existen seres humanos unicelulares, ni bicelulares, ni tricelulares, ni tetracelulares...

ni seres humanos con todas sus c¨¦lulas id¨¦nticas" (n¨²mero 650); "No es posible saber d¨®nde est¨¢ la frontera n¨ªtida que separa un pedazo de materia humana de un ser humano, pero s¨ª es posible saber d¨®nde no est¨¢" (n¨²mero 651), y "A la media hora de la fecundaci¨®n de un huevo a¨²n no hemos atravesado la frontera que separa un pedazo de materia humana de un ser humano, a los cuatro meses ya estamos al otro lado de la frontera, a los catorce d¨ªas a¨²n no la hemos cruzado, a los tres meses ya estamos al otro lado" (n¨²mero 652).

Otro de los aforismos de Wagensberg es (y ¨¦l sabe de esto): "Lo importante de un museo no es que la gente vaya sino que la gente vuelva" (n¨²mero 707). De una manera no muy diferente, podr¨ªamos decir que si importante -y dif¨ªcil- fue lograr escribir un atractivo e interesante libro de aforismos con mucha ciencia en ellos, y que la gente lo comprase y leyese, m¨¢s dif¨ªcil e importante ha sido hacerlo otra vez.