La Generalitat negocia la venta de Al-pi a espaldas de la oposici¨®n

El futuro del operador de telecomunicaciones para empresas Al-pi, fruto de la mayor privatizaci¨®n realizada bajo el Gobierno de CiU, cobra un nuevo cariz con la salida de ERC de la Generalitat. La estrategia a seguir con Al-pi, propiedad de France Telecom en el 75% mientras que el 25% restante permanece en manos p¨²blicas, hab¨ªa sido causa de un choque abierto entre socialistas y republicanos en tiempos del tripartito. Presidencia mantiene ahora contactos para vender al grupo franc¨¦s el 25% de la Generalitat. ERC pidi¨® llevar a France Telecom a los tribunales por "incumplir" los compromisos que adquiri¨® con la privatizaci¨®n.

"No hay tomada un decisi¨®n definitiva", aseguraron ayer fuentes oficiales de Presidencia, que tras la ¨²ltima reorganizaci¨®n del Gobierno catal¨¢n ha pasado a estar bajo la ¨®rbita de Joaquim Nadal. Sin embargo, otras fuentes aseguran la existencia de "negociaciones muy avanzadas" entre France Telecom y la Generalitat. Quienes lideraran dichos contactos son el secretario general de la Presidencia, Ramon Garc¨ªa-Bragado, y el secretario de Presidencia, Ernest Maragall.

France Telecom, que con la compra de Amena ha cubierto su eterno deseo de controlar una porci¨®n del mercado espa?ol de telefon¨ªa m¨®vil, no quiere, sin embargo, que la aventura le salga cara. La agitada historia de Al-pi lo explica. Privatizada en 1999, France Telecom pag¨® por controlar el 75% de la antigua Catalana de Telecomunicacions 78,13 millones de euros. Una cifra abultada: el precio de salida del concurso ascend¨ªa a 12,6 millones. Eran tiempos de explosi¨®n de las telecos e Internet.

France Telecom ha tenido, adem¨¢s, que rascarse el bolsillo en el momento m¨¢s cr¨ªtico de Al-pi, cuando acord¨® con la Generalitat una inyecci¨®n de capital conjunta de 70 millones de euros a las puertas de la Navidad de 2002. Tras 48 horas de negociaci¨®n a cara de perro, aquel pacto (52,5 millones los deb¨ªa aportar France Telecom) salv¨® a Al-pi de la quiebra. Fue la soluci¨®n temporal a la imposibilidad, por falta de recursos, de que la Generalitat recomprara, como deseaba, el 75% restante.

Pero pr¨¢cticamente desde entonces el dilema de qu¨¦ hacer con el 25% p¨²blico ha estado siempre ah¨ª. Y ha habido conversaciones intermitentes en todos los sentidos. La ¨²ltima oferta de France Telecom ha consistido en pagar s¨®lo 20 millones de euros, que se quedar¨ªan en 12 millones si a la Generalitat se le ocurriera adjudicar a Telef¨®nica su inminente supercontrato p¨²blico de servicios de voz y datos (Telef¨®nica pidi¨® recientemente ante el Parlament mejor trato en los concursos p¨²blicos). En la negociaci¨®n, France Telecom esgrim¨ªa a su favor la elevada deuda de Al-pi, superior a los 70 millones.

Esquerra -en el tripartito, las telecomunicaciones estaban en sus manos- quer¨ªa recomprar la parte de France Telecom y sumar la red de Al-pi a la del nuevo organismo gestor de infraestructuras de telecomunicaciones que iba a dar servicio a terceros, un proyecto que siempre han visto con reticencia Econom¨ªa y Presidencia, y que tampoco gusta a CiU ni al PP. Para negociar desde una posici¨®n de fuerza, ERC recomend¨® por escrito justo antes de abandonar la Generalitat, explican fuentes de este partido, "llevar a los tribunales a France Telecom por haber incumplido los compromisos que asumi¨® en la privatizaci¨®n".

El Gobierno catal¨¢n ha contemplado con desmayo c¨®mo controlar su 25% de Al-pi no le ha servido para imponer el cumplimiento de compromisos como una inversi¨®n acumulada en 10 a?os (hasta 2008) de 288,49 millones de euros, la creaci¨®n de 540 empleos y la centralizaci¨®n en Barcelona de la actividad de I+D, ingenier¨ªa de clientes y mercadotecnia estrat¨¦gica de Al-pi. ERC denuncia, adem¨¢s, que el grupo franc¨¦s lleva a Al-pi a la ruina al venderle sus servicios con sobrecoste y comprarle los suyos muy baratos.

Los socialistas prefieren vender el 25%, una opci¨®n que, en el actual periodo de transici¨®n hasta las auton¨®micas de oto?o, irrita a los partidos de la oposici¨®n. "Un Gobierno provisional como ¨¦ste no puede resolver una cuesti¨®n de esta envergadura", exclama Antoni Fern¨¢ndez-Teixid¨® al pregunt¨¢rsele al respecto. El vicesecretario general de CiU muestra su disgusto ante la eventualidad de vincular la venta al supercontrato de voz y datos.