Los j¨®venes investigadores piden carreras estables
1.500 personas se manifiestan en Madrid para exigir contratos fijos en lugar de becas
Unos 1.500 investigadores y becarios se concentraron ayer en el centro de Madrid para exigir estabilidad laboral. Piden contratos desde el principio de su carrera profesional, en lugar de las becas de formaci¨®n por las que pasan desde que se licencian hasta a?os despu¨¦s incluso de titularse como doctores. El Ministerio de Educaci¨®n asegura que el Estatuto del Personal Investigador en Formaci¨®n, aprobado en enero, soluciona la situaci¨®n de este colectivo.
"Somos currantes, no somos estudiantes", gritaban ayer los manifestantes, convocados por la Federaci¨®n de J¨®venes Investigadores (FJI)-Precarios. Los alrededor de 23.000 becarios de investigaci¨®n que hay en Espa?a -el 25% del total de los investigadores, seg¨²n la federaci¨®n- pueden estar desde que terminan la carrera hasta los 40 a?os empalmando becas y contratos temporales o discontinuos. M¨¢s de 15 a?os trabajando sin la estabilidad que se encuentra, casi exclusivamente, en "una plaza de la universidad", aseguran.
Una vez licenciados, los futuros investigadores del pa¨ªs -cient¨ªficos, historiadores, soci¨®logos o ling¨¹istas- acceden a becas de hasta cuatro a?os para sacar el doctorado. En ellas "se hace un trabajo de investigador, no es realmente de formaci¨®n", asegura Emilio Castro, portavoz de la federaci¨®n. Las ayudas oscilan entre 1.000 y 1.500 euros al mes. Los dos primeros a?os no cotizan a la Seguridad Social. Los dos siguientes empiezan a cotizar, pero por un m¨ªnimo de unos 600 euros, seg¨²n el Estatuto del Becario de Investigaci¨®n de 2003. No tienen derecho a baja ni a paro.
Con el t¨ªtulo de doctor, los investigadores acceden a otras becas similares destinadas, en su mayor¨ªa, a estancias en el extranjero. La ling¨¹ista Irene Checa, aseguraba ayer que "cobraba menos" con su beca posdoctoral que con las anteriores. Muchas veces, entre beca y beca, pasan meses en los que el investigador trabaja gratis o pendiente de que se resuelva la pr¨®xima convocatoria para cobrar.
Pero cuando las becas acaban, la precariedad contin¨²a. Los contratos discontinuos se suceden y tienen que seguir buscando entre la mara?a de convocatorias de todas las instituciones -la investigaci¨®n privada en Espa?a, seg¨²n los cient¨ªficos, es anecd¨®tica-. Por eso se unieron a la concentraci¨®n de ayer los miembros de los programas Ram¨®n y Cajal y Juan de la Cierva, destinados a que vuelvan a Espa?a los investigadores que trabajan fuera. Pero el problema es que estos programas tienen una duraci¨®n limitada (cinco y tres a?os respectivamente), y no se asegura el trabajo posterior, lo que lleva a algunos investigadores, como Francisco Ter¨¢n, a plantearse volver al extranjero para continuar su carrera.
El inmun¨®logo Edgar Fern¨¢ndez, de 43 a?os, ha conocido todas las incertidumbres de la carrera investigadora: contratos y becas concedidas por todo tipo de instituciones en Jap¨®n, Portugal, EE UU y Espa?a. En noviembre de este a?o le vence el contrato, vinculado con el programa Ram¨®n y Cajal, con el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) y su ¨²nica opci¨®n es optar a una plaza en una universidad o un centro de investigaci¨®n. Asegura que sus "¨²ltimos cinco a?os de trabajo se van a la basura". "Estoy buscando a alg¨²n amigo que me deje un cuarto para meter a los animales con los investigo y seguir con el proyecto", dice resignado.
Los responsables de la Secretar¨ªa de Estado de Universidades del Ministerio de Educaci¨®n, que se reunieron el pasado jueves con representantes de la federaci¨®n, aseguran que esta situaci¨®n se soluciona con el Estatuto del Personal Investigador en Formaci¨®n aprobado en enero. Con ¨¦l, los investigadores empiezan a cotizar desde el principio. Al tercer a?o, las becas se convierten en contratos. Pero "a¨²n no ha salido ni una convocatoria basada en el nuevo estatuto", asegur¨® el portavoz de los investigadores.
"Estos retrasos, que se resolver¨¢n muy pronto, no modifican el compromiso del Gobierno con la mejora de la situaci¨®n de los investigadores espa?oles, se encuentren o no en per¨ªodo de formaci¨®n", aseguran fuentes del ministerio. El problema es que mientras el ministerio da por solucionada la situaci¨®n, los j¨®venes investigadores piden contratos desde el primer a?o. Ahora, las becas se dan o bien ligadas a un proyecto concreto, o bien simplemente para conseguir el doctorado. S¨®lo estos ¨²ltimos se beneficiar¨¢n del estatuto. "Ya hay comunidades [m¨¢s o menos la mitad de las becas las ofrece el ministerio y la otra mitad las autonom¨ªas], como Catalu?a, que no se van a acoger al estatuto porque ya ofrecen mejores condiciones", asegura un portavoz de los j¨®venes investigadores.
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