La Tate Modern marca los "asideros del tiempo"
El museo londinense presenta la renovaci¨®n de las salas dedicadas a su colecci¨®n permanente
El Museo Tate Modern de Londres abre hoy al p¨²blico la nueva presentaci¨®n de su colecci¨®n permanente, con unas 400 obras exhibidas en cuatro grandes secciones -"asideros del tiempo", en palabras de su director, Vicente Todol¨ª-, en su inmenso edificio en la orilla sur del T¨¢mesis. Configurada como una telara?a, con sendos puntos centrales en los movimientos art¨ªsticos m¨¢s singulares del siglo XX y m¨²ltiples ramificaciones a partir de di¨¢logos y contraposiciones entre los diferentes artistas, la renovada distribuci¨®n de los fondos del museo marca el inicio de la segunda etapa en los seis a?os de trayectoria de la prestigiosa e influyente instituci¨®n brit¨¢nica de arte moderno y contempor¨¢neo.
Por primera vez desde su inauguraci¨®n en 2000, la Tate Modern ha renovado el contenido de las 48 salas dedicadas a su colecci¨®n permanente, que se extienden por cuatro alas y dos plantas de la vieja central el¨¦ctrica de Bankside, reconvertida en museo por los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron. Es un ejercicio de reordenaci¨®n del fondo art¨ªstico liderado por el director de la sede, el valenciano Vicente Todol¨ª; su responsable de exposiciones, Frances Morris, y el director general de los cuatro museos Tate, Nicholas Serota, adem¨¢s del apoyo y asesoramiento de comisarios y expertos locales e internacionales.
"A un museo le define su colecci¨®n y tambi¨¦n el edificio. Hemos aprendido a utilizarlo en los ¨²ltimos seis a?os y a partir de estas lecciones y experiencia hemos construido la nueva presentaci¨®n. Es un paso hacia delante", resalt¨® Serota al presentar ayer el resultado de la reestructuraci¨®n. "S¨ª", a?adi¨® Todol¨ª, "la colecci¨®n es el sistema nervioso de una instituci¨®n. Es permanente en tanto que conforma su capital, pero la forma de presentarla no puede ser permanente. Debe ofrecer alternativas a una visi¨®n fija".
El modelo inaugural, con cuatro apartados tem¨¢ticos en los que han rotado hasta un millar de obras desde 2000, ha servido de "laboratorio" a los expertos de la Tate para reconfigurar el camino adelante. "Pudimos por primera vez ver instaladas y colgadas de la pared muchas de estas piezas", reconoci¨® Morris. Las obras que actualmente se exhiben en las cuatro sedes Tate -dos en Londres, una en Liverpool y una en Saint Ives (Cornualles)- s¨®lo representan el 20% del fondo art¨ªstico de la instituci¨®n p¨²blica.
Con un presupuesto estimado por encima del mill¨®n y medio de euros, el dise?o actual sugiere, sobre el papel, una aproximaci¨®n m¨¢s tradicional que la innovadora y tambi¨¦n pol¨¦mica distribuci¨®n tem¨¢tica con la que naci¨® Tate Modern.
Todol¨ª y su equipo han optado por una clasificaci¨®n por movimientos que permite seguir la cronolog¨ªa en la evoluci¨®n del arte moderno. Y en las cuatro divisiones que impone la arquitectura del edificio se asientan los correspondientes "asideros del tiempo", seg¨²n los define el director valenciano. ?stos son: Estados de flujo, que esencialmente re¨²ne el cubismo, el futurismo y el vorticismo; Poes¨ªa y sue?os, dedicado al surrealismo; Gestos materiales, centrado en expresionismo abstracto, informalismo y escultura de mitad de siglo, e Ideas y objetos, o minimalismo.
Grandes maestros del XX -desde Rodin a Picasso y Epstein, de Dal¨ª a Magritte, de Giacometti a Bacon, de Donald Judd a Degas y Pollock, entre muchos otros- ocupan las salas centrales de los respectivos momentos estil¨ªsticos. A su alrededor, en su configuraci¨®n de telara?a, se establecen di¨¢logos y confrontaciones entre artistas del pasado y del presente cercano o actual.
As¨ª, De Chirico dialoga con Kounellis; Barnett Newman, con Anish Kapoor; Carl Andr¨¦, con Martin Creed; Umberto Boccioni, con Lichtenstein; Bacon, con Bourgeois.... Richard Hamilton, Juan Mu?oz, Mark Rothko, el colectivo de activistas Guerilla Girls y, entre otros, portavoces de las ¨²ltimas generaciones, como Tacita Dean, con su serie de pizarras sobre una frustrada regata, est¨¢n representados en sendas habitaciones individuales.
El montaje arquitect¨®nico invita al visitante a trazar su propio itinerario, a perderse en distintas direcciones, a retroceder el camino para redescubrir relaciones entre creadores u obras determinadas. Y, como se?ala Todol¨ª, evita ante todo construir una "autopista" con la nueva presentaci¨®n de la colecci¨®n. Da la sensaci¨®n de entrar en contacto con obras nuevas y con una disposici¨®n de las mismas fresca, imaginativa y actual.
No es de extra?ar este sentimiento de novedad. El 40% de los cerca de 400 trabajos expuestos nunca antes se hab¨ªan exhibido en este museo y el 20% corresponde a nuevas adquisiciones. Entre estas ¨²ltimas, se pueden ver instalaciones de reciente ejecuci¨®n de Santiago Serra, Cildo Meireles, Pae White, Jorge Macchi y otros m¨¢s. Los esfuerzos de la Tate en la compra de obras se orientan ahora hacia Latinoam¨¦rica, Asia y Europa del Este de forma que, seg¨²n explic¨® ayer Serota, "tomamos gradualmente una perspectiva mundial del arte, sin limitarnos a Europa occidental y Estados Unidos".
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