Serbia pierde su salida al mar
Los barcos de guerra de Belgrado ser¨¢n parte de una negociaci¨®n para repartir los bienes del Estado que ahora desaparece
En Kumbor, a unos 120 kil¨®metros al suroeste de Podgorica, est¨¢ la sede central de la Marina serbia. De aqu¨ª sal¨ªan a principio de la d¨¦cada pasada los barcos que participaron en el asedio y bombardeo de Dubrovnik cuando Croacia proclam¨® su independencia en 1991. Ayer, un joven soldado vestido con el viejo uniforme yugoslavo dormitaba junto a un perro en la entrada del complejo. Otros militares entraban y sal¨ªan como cualquier otro d¨ªa, pese a que hac¨ªa apenas unas horas que los ciudadanos de Montenegro hab¨ªan decidido por mayor¨ªa separarse de Serbia en un refer¨¦ndum que puso fin al ¨²ltimo vestigio de lo que fue Yugoslavia.
El tiempo transcurrido entre la independencia de Croacia y la de Montenegro es de apenas una d¨¦cada, pero en Kumbor parece que sea un siglo. Ahora nadie se pregunta si la Marina serbia se est¨¢ preparando para zarpar y para intervenir. El ¨²nico interrogante es si va a seguir existiendo porque Serbia, tras la independencia de Montenegro, ha perdido su salida al mar.
De Kumbor part¨ªan los nav¨ªos que asediaron Dubrovnik tras la independencia croata
"La noche electoral fue lo m¨¢s peligroso y ya ha pasado", asegura un ciudadano
La situaci¨®n ayer era de normalidad absoluta. De varios balcones del edificio de enfrente a la sede de la Marina colgaba la nueva bandera de Montenegro, adoptada en 2004: fondo rojo y un ¨¢guila amarilla en el centro, el estandarte de la Casa Real que dirigi¨® el pa¨ªs hasta 1918, cuando fue engullido por el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos. En el patio militar se observaba alguna bandera aislada de lo que hasta ahora era Serbia y Montenegro. Ning¨²n soldado quer¨ªa hablar. "No tenemos permiso", dijo uno. "Todo va bien; tenemos poco trabajo", a?adi¨® otro.
Hace semanas que las autoridades de Belgrado daban por descontado que muy probablemente iban a perder la salida al mar: el principal puerto comercial, en Bar, al sur de Montenegro. Y tambi¨¦n la Marina y todas sus instalaciones en la Bah¨ªa de Boka, cuyo epicentro se encuentra en Kumbor. Lo ten¨ªan tan asumido que la semana antes del refer¨¦ndum minimizaban su importancia recalcando que es poco importante. La cuesti¨®n de la Marina ser¨¢ simplemente un punto m¨¢s del paquete que deber¨¢n discutir con Montenegro para repartirse los despojos del Estado com¨²n, fallecido aparentemente sin violencia alguna.
En muchas zonas de la Bah¨ªa de Boka, los serbios -en general partidarios de mantener la uni¨®n-, son mayor¨ªa. Y han acogido la derrota con tristeza y resignaci¨®n. Pero lo m¨¢s importante es que no la han puesto en duda y que nadie amenaza con evitarla por la fuerza. "Lo ¨²nico importante es que todo transcurra en paz; estamos muy agotados por todo lo que ha pasado en los ¨²ltimos a?os", explica Svetlana, de 35 a?os, que regenta una papeler¨ªa en el centro de Herceg Novi, a apenas cinco kil¨®metros de la frontera croata y a unos 40 de Dubrovnik.
Herceg Novi, de 25.000 habitantes, es una hermosa ciudad de mayor¨ªa serbia muy cerca de Kumbor, a orillas del Adri¨¢tico. Ayer, muchos caminaban cabizbajos y en algunos casos, incluso esquivos. Es uno de los lugares de Montenegro que con m¨¢s fuerza se opuso el domingo a la independencia: m¨¢s del 60% de sus ciudadanos votaron contra la secesi¨®n y a favor de mantener la uni¨®n con Serbia.
Dragan, de 41 a?os, deseaba pasar p¨¢gina cuanto antes y mirar hacia delante: "Tenemos que vivir juntos; pienso que nos ir¨ªa mucho mejor junto a Serbia, pero no odio a nadie por el hecho de que haya votado por la independencia", explica. Y a?ade: "Somos muy peque?os; sin industria, con un turismo muy d¨¦bil. Si tienes un hermano mayor, hay que aprovecharlo porque seguro que te ayudar¨¢", a?ade para justificar por qu¨¦ vot¨® como muchos de sus paisanos a favor de mantener la uni¨®n de Serbia y Montenegro. Aunque no teme por su futuro en un Montenegro independiente, dice sentirse inquieto ante la minor¨ªa albanesa que tambi¨¦n vive en el pa¨ªs.
No es el ¨²nico que expresa su temor a que "los que quieren construir una Gran Albania se sientan ahora reforzados". Tambi¨¦n lo dice Nemanja, de 18 a?os, que cita la preocupaci¨®n de los albaneses entre las primeras razones que da para mostrar su decepci¨®n. En principio, este a?o va a decidirse el estatuto final de Kosovo, la provincia serbia de mayor¨ªa albanesa administrada por la comunidad internacional, y los serbios no ocultan que es un asunto muy sensible que tienen a flor de piel.
Nikola Malovic, que est¨¢ al frente de una diminuta librer¨ªa en la ciudad, explica que mucha gente seguir¨¢ decepcionada un tiempo largo. Pero a la vez subraya lo mismo que todos en Herceg Novi: la violencia es cosa del pasado. "Lo m¨¢s peligroso fue la noche electoral y afortunadamente ya pas¨® sin incidentes", opina. A diferencia del Gobierno, que anim¨® a los independentistas a ocupar las calles tras la difusi¨®n de los resultados preliminares no oficiales, los dirigentes del Bloque por la Uni¨®n pidieron a los suyos que mantuvieran la calma y esperaran en casa a conocer los resultados oficiales, lo que evit¨® choques. En este enclave serbio, los independentistas tambi¨¦n salieron a la calle para celebrar anticipadamente su victoria. Pero la mayor¨ªa se qued¨® tranquilamente en casa.
Por su parte, los independentistas de Herceg Novi aseguran que si en la zona hay tantos votantes favorables a la uni¨®n es porque fue un lugar de acogida de muchos refugiados de la guerra de Bosnia, Croacia e incluso en Kosovo. "No va a haber ning¨²n problema; en poco tiempo los que ahora est¨¢n tristes sentir¨¢n que estamos todos en el mismo barco", asegura Alexandar Iolvacevic, de 41 a?os.
Iolvacevic recuerda que ¨¦l perteneci¨® a la Uni¨®n Liberal, el primer partido que propugn¨® la independencia a principios de la d¨¦cada pasada, cuando el hoy primer ministro independentista, Milo Djukanovic, era un protegido de Slobodan Milosevic. En todo el largo viaje de Milo Djukanovic desde la fraternal relaci¨®n con Slobodan Milosevic hasta su reciente apuesta independentista -en medio, fue socio de los dem¨®cratas serbios-, los miembros de la Uni¨®n Liberal, ya disuelta, se mantuvieron siempre como los principales abanderados de la independencia.
Junto a Iolvacevic, celebrando la victoria en un bar est¨¢ Vukasovic Predrag, otro colega de la extinguida Uni¨®n Liberal, quien hoy se muestra comprensivo con Djukanovic pese a sus vaivenes: "Si hubi¨¦ramos proclamado la independencia a principios de los noventa, hubi¨¦ramos tenido guerra. Djukanovic ha demostrado su inteligencia y la ha conseguido en paz", concluye.
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