Uribe busca la reelecci¨®n como presidente de Colombia bajo la bandera de la seguridad

Las ¨²ltimas encuestas con vistas a las presidenciales de Colombia del pr¨®ximo domingo apuntan a que el actual presidente, el conservador ?lvaro Uribe, lograr¨¢ un segundo mandato ya en la primera vuelta. Los sondeos menos favorables dan a Uribe un 55% de intenci¨®n de voto, frente al 24% de su seguidor m¨¢s pr¨®ximo, el candidato de la izquierda, Carlos Gaviria. El presidente ha hecho de la seguridad ciudadana su caballo de batalla, mientras que su rival ha puesto el ¨¦nfasis en las pol¨ªticas sociales. La campa?a ha culminado. Ya no se permiten m¨ªtines p¨²blicos ni encuestas.

Las FARC han pedido el voto contra Uribe y han anunciado que no sabotear¨¢n los comicios

No obstante, ha habido algunas sorpresas: Carlos Gaviria, el jurista y catedr¨¢tico con apariencia de abuelo bonach¨®n elegido el pasado 20 de marzo mediante la celebraci¨®n de internas en su partido, el Polo Democr¨¢tico Alternativo, ha subido como la espuma en las encuestas de las ¨²ltimas semanas. Ha desplazado del segundo puesto a Horacio Serpa, el candidato del Partido Liberal, y ha puesto nerviosos a los uribistas, que tratan de descalificarlo tach¨¢ndolo de "amigo" de la lucha armada. Esto es porque en la coalici¨®n de fuerzas que componen el Polo hay grupos de extrema izquierda cuyo discurso es ambiguo a la hora de condenar las acciones de la guerrilla.

"Durante mi mandato, ni las FARC [Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia] ni ning¨²n otro grupo guerrillero tendr¨¢ el poder", ha declarado varias veces Gaviria, en respuesta a una pol¨¦mica frase del presidente, que pidi¨® al pa¨ªs elegir entre la "seguridad democr¨¢tica como camino hacia la paz" o retroceder para que el "comunismo disfrazado le entregue el pa¨ªs a las FARC".

Uribe tambi¨¦n ha tenido que aguantar chaparrones que lo han sacado de sus casillas. No en una, sino en varias manifestaciones de universitarios, el presidente fue calificado de "paramilitar" y de "fascista". En las manifestaciones del Polo Democr¨¢tico Alternativo, una de las consignas m¨¢s gritadas es: "Uribe paraco [paramilitar], el pueblo est¨¢ berraco [enfurecido]". El presidente lleg¨® al poder con casi seis millones de votos hace cuatro a?os con un discurso de mano dura contra la guerrilla. Ahora ha prometido que una de sus primeras medidas, en caso de repetir mandato, ser¨¢ proponer a las FARC la negociaci¨®n de un acuerdo de paz, siempre y cuando haya un gesto generoso por parte del grupo armado. Est¨¢ dispuesto, dice Uribe, a establecer una nueva zona desmilitarizada [m¨¢s amplia que la creada por el ex presidente Andr¨¦s Pastrana] como primer paso para negociar un pacto que permita la libertad de los secuestrados.

Gaviria, por su parte, dice que pretende lograr el control territorial haciendo ¨¦nfasis en las pol¨ªticas sociales del Estado, y no en la acci¨®n militar. Propone derogar la normativa laboral del actual Gobierno, que elimin¨® las horas extra y los turnos dominicales. El candidato de la izquierda tambi¨¦n se ha manifestado en contra del Tratado de Libre Comercio recientemente pactado con Estados Unidos, pero a¨²n sujeto a ratificaci¨®n. Gaviria promete que esto lo decidir¨¢ el pueblo colombiano mediante un refer¨¦ndum.

En el pulso entre el profesor y el alumno -Gaviria, de 69 a?os, fue profesor de Derecho del presidente Uribe, de 53 a?os, en la Universidad Javeriana-, el primero gan¨® el reto de llenar la plaza de Bol¨ªvar, en el centro de Bogot¨¢, un sitio que se considera un "term¨®metro" de la opini¨®n p¨²blica. Con Uribe, la plaza qued¨® a medio llenar el pasado viernes, mientras que el domingo, con Gaviria, no cupo un alfiler. En las filas del Polo hay optimismo y no parecen conformarse con la posibilidad de obtener la votaci¨®n m¨¢s alta de toda la historia de la izquierda. Creen que llegar¨¢n codo con codo con el uribismo, a la segunda vuelta. Su ¨²nica esperanza para lograrlo es convencer en esta semana al alto porcentaje de electores indecisos.

Los sondeos ya casi dan por descontado que el Partido Liberal -al que alguna vez perteneci¨® el propio Uribe- quedar¨¢ relegado a un tercer lugar, un hecho impensable en un pa¨ªs que por a?os ha sido gobernado por dos partidos: el Liberal y el Conservador. Esta ¨²ltima agrupaci¨®n se ha unido al uribismo.

Otro hecho novedoso es el anuncio de las FARC de que no ten¨ªa intenciones de boicotear los comicios. El portavoz del grupo guerrillero, Ra¨²l Reyes, incluso hizo un llamamiento para votar en contra de la reelecci¨®n de Uribe. Sin embargo, pese a estas declaraciones, el pasado fin de semana se atribuyeron a las FARC algunos actos de vandalismo (quema de autobuses) en la zona donde Uribe realizaba algunos m¨ªtines preelectorales. Para el analista Vicente Torrijos, esos "actos de las FARC constituyeron un doble mensaje: no van a interferir la jornada electoral pero s¨ª dar¨¢n algunas muestras de fuerza. Ellos saben que una guerrilla inactiva es una guerrilla marchita".

Por otra parte, las elecciones se producen, adem¨¢s, en medio de una fuerte tensi¨®n social y laboral. Los ind¨ªgenas est¨¢n en pie de guerra en el sur del pa¨ªs contra el tratado comercial con EE UU y las fumigaciones de cultivos de coca. A?adido a esto, desde hace dos semanas una huelga mantiene paralizado al sector judicial.