Maragall e Iglesias fracasan en su intento de desbloquear la crisis de las obras de arte sacro

No hubo acuerdos y s¨ª una larga lista de desencuentros. La entrevista de la noche del martes entre el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y su hom¨®logo aragon¨¦s, Marcelino Iglesias, result¨® insuficiente para desbloquear la crisis pol¨ªtica desatada entre ambas comunidades despu¨¦s de que todos los grupos del Parlament aprobaran impedir la salida de las 113 obras de arte del museo Diocesano de Lleida, reclamadas por el arzobispado de Barbastro-Monz¨®n. Iglesias volvi¨® a lamentar, tras la reuni¨®n, el "menosprecio" con el que las instituciones catalanas han tratado a Arag¨®n. Fuentes del Departamento de Presidencia explicaron ayer que Maragall ve con "pesimismo" la resoluci¨®n del conflicto.

Conscientes de que poco pod¨ªa esperarse del encuentro mientras las posiciones negociadoras sean tan alejadas, los colaboradores de Maragall optaron por dar la m¨ªnima publicidad posible a la reuni¨®n. En la tarde del martes, poco antes de su celebraci¨®n, fuentes de Presidencia incluso llegaron a negar que fuera a producirse tal reuni¨®n, y poco se supo de ¨¦l hasta que ayer por la ma?ana Marcelino Iglesias cont¨® los detalles en una entrevista en Catalunya R¨¤dio. Ning¨²n progreso palpable m¨¢s all¨¢ del compromiso de continuar negociando.

Iglesias constat¨® la falta de avances y comunic¨® a Maragall su malestar por la situaci¨®n creada por la votaci¨®n del Parlament de la semana pasada. Fuentes conocedoras del encuentro aseguran que entre ambos presidentes rein¨® la "m¨¢s absoluta cordialidad" y que constataron que se hallan en un embrollo de dif¨ªcil soluci¨®n, pues se supone que deben decidir sobre unas obras de arte que no son propiedad de Catalu?a ni de Arag¨®n, sino de la Iglesia. Por este motivo, Maragall es pesimista sobre la resoluci¨®n del conflicto.

Sin embargo, y tras el encuentro, Iglesias continu¨® con su discurso duro emprendido ya la semana pasada. Habl¨® de "menosprecio" y asegur¨® que los aragoneses reciben de Catalu?a "un mensaje de cierta ignorancia, del vecino poderoso, m¨¢s rico, que te ignora y que considera que lo que pasa m¨¢s all¨¢ de sus fronteras ya es de otra dimensi¨®n".

El presidente de la Generalitat insisti¨® en la posibilidad de que las piezas, cuya suerte est¨¢ a la espera de una resoluci¨®n de un tribunal eclesi¨¢stico, puedan ser cogestionadas por ambos gobiernos. Maragall tambi¨¦n defendi¨® la capacidad negociadora de su Ejecutivo al margen de la moci¨®n parlamentaria que le insta a impedir la salida de Catalu?a de las 113 obras en disputa.