"Pap¨¢, estoy en Canarias, llegu¨¦ bien"
Lo primero que hizo uno de los 110 inmigrantes que lleg¨® ayer en cayuco a La Gomerafue pedir un m¨®vil para hablar con su familia en Senegal
Un cayuco artesanal de madera, de 20 metros de eslora, alcanz¨® el peque?o puerto pesquero de Playa Santiago, al sur de la isla de La Gomera, con 110 personas a bordo, el segundo grupo m¨¢s numeroso en alcanzar la costa de Canarias en un solo bote en los ¨²ltimos 10 a?os de inmigraci¨®n desde ?frica hasta estas islas. La embarcaci¨®n sigui¨® el camino que le marcaba un barco de recreo, con el que se encontraron a tres millas de la costa. El avistamiento result¨® providencial. En ese momento de la ma?ana, se registraban olas de cuatro a seis metros de altura, tanto como un edificio de tres plantas. Su situaci¨®n era tan fr¨¢gil, que, una vez desembarcados, las autoridades comprobaron que hab¨ªa m¨¢s de 20 cent¨ªmetros de agua en el interior del cayuco.
La entrada de esta enorme barca artesanal llena de gente provoc¨® un murmullo entre quienes los esperaban en el muellito gomero. "Ven¨ªan tan juntos como una pi?a", describi¨® Manuel Ram¨®n Plasencia, alcalde Alajer¨®, la localidad a la que pertenece el peque?o puerto ubicado en la zona tur¨ªstica m¨¢s cotizada de la isla. El buen estado de salud general de los n¨¢ufragos llam¨® la atenci¨®n del medio centenar de agentes de la Guardia Civil, Polic¨ªa Local, efectivos de Cruz Roja y del Servicio Canario de la Salud que los esperaban para atenderlo, a raz¨®n de un espa?ol por cada dos inmigrantes.
Nada m¨¢s desembarcar, uno de ellos pidi¨® un tel¨¦fono m¨®vil para hacer una llamada y s¨®lo acert¨® a decir en franc¨¦s, feliz y emocionado: "Pap¨¢, llegu¨¦ bien, estoy en Canarias, todo perfecto", relatar¨ªa horas despu¨¦s a este peri¨®dico Manuel Ram¨®n Plasencia, quien recordaba que, con el de ayer, ya son cinco los cayucos llegados a esta zona de La Gomera, una de las islas canarias m¨¢s peque?as y occidentales.
Mareados y confusos
El resto de sus compa?eros recibi¨® una muda de ropa seca, zumos de frutas y galletas, aunque dos fueron trasladados al hospital insular por deshidrataci¨®n severa. "Muchos llegaban mareados y confusos", coment¨® Plasencia, "pero a los pocos minutos ya estaban fumando y riendo". Sin embargo, los reci¨¦n llegados ofrecieron versiones contradictorias de su periplo: "Unos dijeron que llevaban dos d¨ªas y medio navegando, mientras otros aseguraban que no, que eran 12; unos, que hab¨ªan venido directo desde Senegal y otros desde Mauritania, pero puede ser una estrategia para confundirnos y que nunca sepamos exactamente de d¨®nde partieron", interpret¨® Plasencia. Lo que s¨ª demostraron fue "un gran inter¨¦s por comunicarnos que ven¨ªan m¨¢s compa?eros en cayucos, incluso algunos a bordo de barcos mayores".
Mientras muchos vecinos se acercaban para ofrecer sus ropas y comida, el Cabildo Insular flet¨® dos autobuses que los inmigrantes llenaron para trasladarse a los garajes de la Administraci¨®n insular del Estado en San Sebasti¨¢n de La Gomera, donde se les reparti¨® un catering hasta que embarcaran al anochecer rumbo a Tenerife.
En el interior del cayuco que permanec¨ªa, ya vac¨ªo, en el peque?o puerto pesquero de Playa Santiago a¨²n quedaban cuatro bidones de combustible de 80 litros, uno de ellos lleno, otro vac¨ªo y otros dos a la mitad, una gran lona cuarteada y hecha jirones y, junto al tim¨®n fabricado con trozos de hierro soldados, en vez de un sistema de localizaci¨®n por sat¨¦lite GPS, una br¨²jula insertada en una vieja caja de madera, al estilo de las que portaban los inmigrantes que part¨ªan del S¨¢hara y Marruecos a principios de este decenio. "Esto no tiene f¨¢cil soluci¨®n" reflexionaba ayer el alcalde gomero, de 42 a?os. "All¨ª viven en una situaci¨®n lamentable y deber¨ªamos pensar si no ser¨ªa mejor invertir en sus pa¨ªses tanto dinero como el que nos gastamos en atenderlos cuando ya nos llegan aqu¨ª, entre equipos de rescate, dispositivos sanitarios, fuerzas de seguridad y vuelos de repatriaci¨®n". Plasencia a?adi¨®: "La pena que me dan cuando los miro a esas caritas; no es f¨¢cil; son seres humanos y me duele".
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