Mendi-beltza
Lo malo no es comparar Euskadi con Montenegro sino imitar a Milosevic: convertir el delirio de la Gran Serbia en el de la gran Euskal Herria. El resultado est¨¢ all¨ª a punto de consumarse: cuando, tras Montenegro, Kosovo, cuya renacionalizaci¨®n fue la bandera inicial de Milosevic, formalice tambi¨¦n su independencia. Algo parecido podr¨ªa ocurrir aqu¨ª si se aplicasen las recetas soberanistas: que la Euskal Herria independiente acabase reducida a los 1.980 kil¨®metros cuadrados y 684.000 habitantes de Guip¨²zcoa.
Dice I?aki Agirre, observador enviado por el Gobierno vasco al refer¨¦ndum, que se ha demostrado que "se puede solucionar un conflicto pol¨ªtico de origen hist¨®rico" mediante la autodeterminaci¨®n. Lo que se ha demostrado en los Balcanes es que ese procedimiento puede provocar f¨¢cilmente la guerra civil cuando la poblaci¨®n que se autodetermina no es homog¨¦nea. Una vez producida la descomposici¨®n de Yugoslavia (seis rep¨²blicas federadas) era inviable una asociaci¨®n tan asim¨¦trica como la de Serbia (6 millones de habitantes) y Montenegro (0,6 millones).
La idea que liga paz y autodeterminaci¨®n es poco convincente. Lo que interesa a ETA no es la autodeterminaci¨®n, sino que le den la raz¨®n; que se reconozca retrospectivamente que tuvo raz¨®n al rechazar (a bombazos) la autonom¨ªa por la que hab¨ªa votado la mayor¨ªa. La autodeterminaci¨®n es un descubrimiento tard¨ªo de la izquierda abertzale, que la toma de los sectores mao¨ªstas o trotskistas desgajados de ETA en los a?os 60. ETA-militar la asume como argumento para mantener la legitimidad de la lucha armada cuando ya existe en Euskadi el autogobierno m¨¢s amplio de Europa, lo que torna problem¨¢tico seguir hablando de opresi¨®n nacional. Tal opresi¨®n deja de definirse en relaci¨®n a los rasgos de la identidad vasca; opresi¨®n nacional es que no se reconociera la autodeterminaci¨®n a la muerte de Franco. Es verdad que no se reconoci¨®, pero por otra v¨ªa se instaur¨® un autogobierno que garantiza la pervivencia de la singularidad vasca.
Al convertir la autodeterminaci¨®n (una aspiraci¨®n pol¨ªtica de parte) en derecho, ETA se meti¨® en un callej¨®n sin salida. Pues, por definici¨®n, un derecho no es negociable. Desde sectores procedentes del nacionalismo democr¨¢tico se objet¨® que la pluralidad vasca no pod¨ªa reducirse a una opci¨®n binaria: independencia s¨ª o no; y que a m¨¢s soberan¨ªa, menos territorialidad: en esos t¨¦rminos no s¨®lo desaparece cualquier posibilidad de asociaci¨®n futura de Navarra, y no digamos del Pa¨ªs Vasco franc¨¦s, sino que permite augurar la desvinculaci¨®n de ?lava y una divisi¨®n dram¨¢tica en Vizcaya, donde el nacionalismo no ha superado nunca el 40% del censo.
La izquierda abertzale ha incorporado ¨²ltimamente a su discurso el concepto de pluralismo (por ejemplo Otegi, en su libro), pero sin sacar la conclusi¨®n obvia: que la ¨²nica f¨®rmula pol¨ªtica capaz de integrar la pluralidad vasca sin que estalle Euskadi es una que mantenga una vinculaci¨®n auton¨®mica con Espa?a. Poco les ayuda a entender esa realidad actitudes como la de Ibarretxe, en marzo pasado, respondiendo a Zapatero que "la autodeterminaci¨®n es un derecho innegociable". Lo mismo que dijeron el d¨ªa 14 los etarras entrevistados en Gara. Por no hablar del consejero Azkarraga, que, tras felicitarse por la celebraci¨®n del refer¨¦ndum de Montenegro, dijo sentirse "cada vez m¨¢s asfixiado" por un Estado que "nos niega la capacidad de decisi¨®n". Palabras vac¨ªas sin otro efecto que aliviar conciencias encapuchadas.
Estos d¨ªas se ha conocido que dirigentes de Batasuna, entre los que se cita a Pernando Barrena y Joseba ?lvarez, han viajado a Sur¨¢frica para instruirse sobre procesos de negociaci¨®n. Tal vez no conozcan esos dirigentes que en junio de 1902, estando preso en la c¨¢rcel de Larr¨ªnaga, Sabino Arana, padre del nacionalismo vasco, redact¨® un telegrama dirigido al primer ministro brit¨¢nico, Lord Salisbury, con motivo del final de la guerra de los b¨®ers. El telegrama expresaba la esperanza de que los pueblos surafricanos "hallen ventajas bajo suave yugo Gran Breta?a" y la confianza en que la soberan¨ªa inglesa "sea para ellos antes protecci¨®n que dominaci¨®n". En otro texto de la misma ¨¦poca que titul¨® Mi pensamiento se planteaba Arana como objetivo del nacionalismo vasco alcanzar "la independencia de Euzkadi bajo la protecci¨®n de Inglaterra". La anterior vez que Montenegro (Mendi-beltza, en euskera) alcanz¨® la independencia fue en 1941: bajo ocupaci¨®n italiana.
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