La Uni¨®n de Actores, dispuesta a salvar el Alb¨¦niz
El autor, en nombre de un amplio colectivo de actores, analiza el papel que esta sala ha tenido para la gente del espect¨¢culo
Este art¨ªculo de opini¨®n est¨¢ escrito en nombre de la Uni¨®n de Actores de Madrid, o mejor dicho, con el esp¨ªritu de la Uni¨®n. Porque si las organizaciones tienen esp¨ªritu es el de quienes las crean, las sustentan con su trabajo, las requieren en su servicio y las necesitan, aunque no las usen a diario en toda su capacidad. Como los teatros.
La Uni¨®n de Actores que ahora cumple 20 a?os naci¨® en diversos teatros madrile?os como no pod¨ªa ser de otra manera, en 1986, con la decisi¨®n de la profesi¨®n mayoritaria volcada en asambleas convocadas en pocas horas, seg¨²n la disponibilidad del local, en el Jorge Juan, en el Centro Cultural de la Villa, en el Mar¨ªa Guerrero, en el Pav¨®n, etc¨¦tera. Esto es el proceso m¨¢s genuinamente natural de gestaci¨®n de una organizaci¨®n representativa donde germina la vida profesional y personal de los actores, por excelencia y por tradici¨®n. Era un momento que ya ha pasado a ser historia en que las tres administraciones con sede en Madrid eran socialistas. Esto para bien y para mal, ya que la Uni¨®n de Actores se crea porque el sector se rebela contra un decreto del gobierno central que nos perjudicaba como trabajadores al declararnos aut¨®nomos. Lo que quiere decir que no todo era lecho de rosas como pretenden algunos.
Nos proponemos unir los esfuerzos de toda la gente para salvar el teatro
El Alb¨¦niz se entronca con nuestra historia institucional en 19 a?os de asambleas
Es cierto que la Uni¨®n de Actores se fragu¨® estatutariamente en las dependencias del Mar¨ªa Guerrero bajo la anuencia de su director entonces, Lluis Pasqual, hombre de teatro espa?ol catal¨¢n, europeo y universal que entend¨ªa la necesidad de los actores en Madrid de organizarse sindicalmente para defender sus derechos.
Pero, ya en 1987 celebramos la primera jornada de elecciones democr¨¢ticas de la Uni¨®n de Actores en la calle de la Paz, en el Teatro Alb¨¦niz. Era un Teatro alquilado por la Comunidad de Madrid y de manera totalmente natural pasamos toda una jornada de elecciones en ese teatro, que pas¨® a ser nuestra casa. Desde entonces, con independencia del color del partido pol¨ªtico que haya ejercido el gobierno de la Comunidad de Madrid, el Alb¨¦niz se entronca con nuestra historia institucional joven pero intensa, en diecinueve a?os de asambleas, debates, cambios y decisiones que nos afectan a todos. Aunque ya las asambleas no fueran multitudinarias, y en la amplitud de sus m¨¢s de mil butacas nos quedaba grande para la presencia de varias decenas de fieles afiliados que cumpl¨ªan con su obligaci¨®n de aprobar "estatutariamente" a veces tediosas cuentas y presupuestos. Nuestra vocaci¨®n asamblearia ten¨ªa alojamiento asegurado en el Alb¨¦niz gracias tambi¨¦n a la gesti¨®n generosa hacia nosotros, de esa querida directora desaparecida, Teresa Vico. Era ella la que nos acomodaba en distintas dependencias del teatro, si era necesario, o en distintas horas de las 24 que tiene un d¨ªa. As¨ª compartimos asambleas en medio de decorados montados que no se pod¨ªan tocar de destacados escen¨®grafos espa?oles y extranjeros. Y en decisi¨®n com¨²n, en la que particip¨® el mismo personal del teatro pasamos a celebrar las ¨²ltimas asambleas desde la propia arena, en una mesa montada en el patio de butacas, respetando con fervor el escenario, y debatiendo acciones en el lugar del p¨²blico con los afiliados m¨¢s devotos.
Pero, ha habido un evento especial para el cual el Alb¨¦niz con sus poco m¨¢s de 1.000 localidades nos qued¨® peque?o. Hablamos de los Premios de la Uni¨®n de Actores, que ahora celebramos en su XV edici¨®n el pr¨®ximo 29 de mayo. Esos ahora reconocidos premios a nivel nacional se iniciaron en el Alb¨¦niz en 1992, como una Gala propia casi ¨ªntima de los actores, con una especie de fin de fiesta sectorial, en la que originalmente se brindaron todos a colaborar en la celebraci¨®n. Los actores llegaron a imitar a los t¨¦cnicos y los t¨¦cnicos salieron a imitar a los actores, en el escenario del Alb¨¦niz, porque ¨¦sa es otra prueba de esp¨ªritu desinteresado que demuestra que los teatros como las instituciones tiene el esp¨ªritu de quienes trabajan en ellas. Los t¨¦cnicos siguiendo la generosidad de la directora Teresa Vico, aportaron gratuitamente su trabajo en un d¨ªa lunes, su propio d¨ªa de descanso ganado por los actores en movilizaciones anteriores.
Y la Gala de los Premios creci¨® en reconocimiento, y en p¨²blico que somos nosotros mismos, cuando ten¨ªamos que invitar a autoridades, prensa y otros sectores que trabajan con nosotros, m¨¢s los candidatos a los premios votados no menos generosamente, ya que nunca se estableci¨® preferencia por el lugar de donde provinieran los actores, ni siquiera si eran afiliados o no a la Uni¨®n de Actores. Se votaba por sus trabajos, con la ¨²nica condici¨®n en el apartado teatral que los espect¨¢culos hubieran sido estrenados en Madrid. Y esto hizo reducir irremediablemente las butacas disponibles para los afiliados de la Uni¨®n, y se rebasaran los espacios disponibles en la sala para colocar espectadores. En 1999, la amiga Teresa, con el riesgo de seguridad que significaba tener gente de pie, con sillas extras en los pasillos, o sentados en los escalones del piso superior me dijo: "No podemos seguir as¨ª. Puede pasar alg¨²n accidente grave. O ponemos un l¨ªmite a nuestro l¨ªmite de cupo, o no podemos seguir haciendo los premios en el Alb¨¦niz". Le contest¨¦ que era imposible reducir el n¨²mero de asistentes cuando ya ten¨ªamos m¨¢s del doble de afiliados de los que cab¨ªan en el teatro, y muchos se quedaban fuera. Al a?o siguiente, con ¨ªntimo pesar no s¨®lo por el Alb¨¦niz sino tambi¨¦n por dejar el ¨¢mbito acogedor de un teatro, pasamos a celebrar los premios en el Palacio de Congresos de la Castellana, que sobrepasa las 2.000 localidades.
Pero, ese a?o 1999, ahora con un vuelco dr¨¢stico en el gobierno de las tres administraciones p¨²blicas en Madrid, que hab¨ªan pasado a manos del PP, en el Alb¨¦niz logramos concentrar asambleas otra vez multitudinarias a golpe de convocatoria, nuevamente en defensa de nuestra Seguridad Social, de la equiparaci¨®n de nuestras bases de cotizaci¨®n. La asistencia masiva la pueden atestiguar dos invitados de lujo en la representaci¨®n laboral, a una de esas asambleas, Jos¨¦ Mar¨ªa Fidalgo y Pedro Chavero, de CC OO y UGT, respectivamente, aunque el ¨²ltimo ha dejado su actividad sindical.
Dos a?os despu¨¦s en 2001 en la X Edici¨®n de los Premios Uni¨®n de Actores la Junta General decidi¨® conceder el premio Especial al Teatro Alb¨¦niz y a su personal t¨¦cnico y administrativo, que fue recogido en la Gala celebrada en el Palacio de Congresos por Teresa Vico y una delegaci¨®n de los trabajadores del Teatro. En los a?os posteriores se han producido diversos cambios en las personas y en la pol¨ªtica de la Administraci¨®n de la Comunidad de Madrid, aunque haya seguido gobernada por el PP. Con el fallecimiento de Teresa, Cristina Santolaria, otra antigua amiga de nuestra organizaci¨®n Sindical, asumi¨® la direcci¨®n del Teatro Alb¨¦niz y se ha forzado en mantener tan cordiales relaciones como hab¨ªamos tenido hasta entonces. A pesar de los cambios, pues, seguimos considerando al Teatro Alb¨¦niz la casa de la Uni¨®n.
Los Teatros guardan tambi¨¦n el esp¨ªritu de los artistas int¨¦rpretes que han creado y trabajado en ellos, los ecos de las voces y de los instrumentos, textos y m¨²sicas y los movimientos de los bailarines dibujados en el aire (cierto es que los profesionales de la danza espa?oles y extranjeros tienen cap¨ªtulo aparte en su relaci¨®n y exposici¨®n p¨²blica en el Alb¨¦niz). Pero tambi¨¦n guardan los momentos de disfrute, de emoci¨®n del p¨²blico que en tantos a?os ha pasado por sus butacas, en gran medida ocupadas por otros artistas y por representantes pol¨ªticos y administrativos. Un teatro lo guarda todo.
Ahora llegamos a conocer que el plan de ordenaci¨®n Urbana de Madrid hab¨ªa incluido la protecci¨®n del edificio y de su uso teatral. No obstante, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha decidido fallar a favor de la impugnaci¨®n de esa catalogaci¨®n recurrida por los propietarios, evidentemente interesados en la explotaci¨®n inmobiliaria y comercial del solar con mayor rentabilidad. Suponemos que los propietarios leg¨ªtimamente buscar¨¢n un resultado rentable igual o superior al elevado alquiler que han venido cobrando de la Comunidad de Madrid, desde 1984. No nos importa su inter¨¦s econ¨®mico pero s¨ª nos importa que el Alb¨¦niz se mantenga como teatro en el centro de esta capital. Aqu¨ª s¨ª que demandamos la acci¨®n pol¨ªtica para que con el dinero de todos, si es necesario, salvemos un teatro que es de todos y para todos.
Por eso ahora la Uni¨®n de Actores se propone unir los esfuerzos de actores, bailarines, m¨²sicos, cantantes, autores y toda la gente del espect¨¢culo para con la uni¨®n de todos salvar el Alb¨¦niz.
Como artistas unidos a los ciudadanos de buena voluntad dispuestos a cuidar su patrimonio cultural madrile?o, ya maltratado en tantos cines del centro de Madrid, queremos salvar el Alb¨¦niz, con su luz propia detr¨¢s de la central Puerta del Sol.
Jorge Bosso es secretario general de la Uni¨®n de Actores. Firman tambi¨¦n este art¨ªculo: Pilar Bardem, H¨¦ctor Alterio, Alicia Agut, Xabier Elorriaga, Amparo Climent, Fernando Mar¨ªn, Amparo Soto, C¨¦sar S¨¢nchez, Beatriz Bergam¨ªn, Juan Matute, Rosana Pastor, Juanjo P¨¦rez Yuste, Berta Ojea, Ramiro Melgar, Isabel Arcos, Antonio Canal, Gloria Vega, Susana Martins, Concha Rodr¨ªguez y Julio-C¨¦sar Acera.
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