S¨®lo algunos errores
Tres a?os despu¨¦s de aquel 1 de mayo de 2003 en el que el presidente de EE UU trompete¨® su misi¨®n cumplida,
Bush y Blair han coincidido en Washington en admitir que cometieron algunos errores en la invasi¨®n de Irak que han dificultado una salida al conflicto. Pero, al menos p¨²blicamente, no s¨®lo no se arrepienten de lo hecho, sino todo lo contrario, y no han mostrado intenci¨®n alguna de retirar sus tropas del pa¨ªs mesopot¨¢mico. M¨¢s bien de redespliegue de sus tropas hacia bases seguras mientras pretenden transferir a las fuerzas iraqu¨ªes cada vez m¨¢s responsabilidades.
El mayor error, seg¨²n Bush, fue el esc¨¢ndalo en la c¨¢rcel de Abu Ghraib, de donde salieron fotograf¨ªas tomadas por los propios guardianes de torturas, humillaciones sexuales y malos tratos a prisioneros, lo cual provoc¨® una repulsa mundial. "Hemos estado pagando por esto durante tiempo", admiti¨® Bush. Un arrepentimiento que parece a medias, especialmente cuando mantiene abierto Guant¨¢namo, donde prisioneros sin futuro tambi¨¦n han sido torturados, seg¨²n la ONU y varias ONG. La matanza de 24 iraqu¨ªes indefensos, entre ellos mujeres y ni?os, perpetrada por los marines en noviembre de 2005 en Haditha como represalia por un atentado -grav¨ªsimo hecho confirmado ahora por una investigaci¨®n del Pent¨¢gono- no hace sino aumentar la n¨®mina de barbaridades de la posguerra en Irak.
Bush ha admitido que fue un error la manera en que EE UU plant¨® cara a la insurgencia a partir de julio de 2003, y Blair hizo lo mismo respecto al proceso de desbaazificaci¨®n, que limpi¨® a los militantes del antiguo partido de Sadam. Pero el primer ministro brit¨¢nico ni siquiera cit¨® el desmantelamiento del Ej¨¦rcito o de la polic¨ªa, y en general del Estado, como estrategias equivocadas que han dificultado la pacificaci¨®n de Irak.
Blair se ha presentado en Washington como el defensor de las instituciones multilaterales, empezando por la ONU, para la que pide un secretario general fuerte y un Consejo de Seguridad reforzado. Quiere dar carpetazo a la fea etapa anterior, dejar atr¨¢s las divisiones del mundo por Irak y pedir cooperaci¨®n para afrontar la instauraci¨®n de la democracia en aquel pa¨ªs. El premier laborista intenta as¨ª no s¨®lo seguir justificando la guerra, sino darle a ¨¦sta una patena progresista al hablar a favor de "intervenciones basadas en valores", en defensa de la democracia y de los derechos humanos. Tras la invasi¨®n en contra del derecho internacional, Abu Ghraib, Guant¨¢namo y los vuelos secretos de la CIA, Bush y Blair no s¨®lo han perdido popularidad, sino credibilidad.
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