El PP se siente acosado
Todo fluye, nada es, aleccionaba el sofista Her¨¢clito, pero la m¨¢xima no parec¨ªa incumbir al PP valenciano, aparentemente invulnerable e imperturbable ante los sucesos que le pudieren afectar. Los sondeos de opini¨®n le han venido siendo favorables y, hasta ahora, no hab¨ªa indicios que pudieran desasosegarle. Ni siquiera las disensiones internas, que se van a resolver con una reparto de estampitas entre zaplanistas y campistas en las pr¨®ximas listas electorales. Muy otra cosa han sido los dos ¨²ltimos episodios que han hecho trastabillar la seguridad del partido que gobierna. Nos referimos a la remoci¨®n -o profanaci¨®n- de las fosas donde reposan los represaliados del franquismo, en el cementerio de Valencia, y la grabaci¨®n de una conversaci¨®n acerca del modus operandi en la gesti¨®n de Terra M¨ªtica.
El lector est¨¢ enterado de estos sucesos, que han sido la noticia mollar de la semana, sobre los cuales ¨²nicamente nos permitimos dos notas. La primera para indicar que, a nuestro juicio, la alcaldesa Rita Barber¨¢, como reconoce con buenos reflejos pol¨ªticos, ha cometido un error que vendr¨ªa a revelar una falta de informaci¨®n m¨¢s que de sensibilidad, que acaso sean la misma cosa en esta circunstancia. La rectificaci¨®n quiz¨¢ haya impedido que el esc¨¢ndalo se convirtiese, adem¨¢s, en la pesadilla que Fanny Rubio describ¨ªa el martes pasado en estas p¨¢ginas. La segunda nota es atinente a la oportunidad e instinto de los diputados del PSPV, Pepe Camarasa y Antoni Such, para airear las trapisondas contractuales del parque benidorm¨ª, m¨¢s clarificadoras que los debates de las entumecidas Cortes presididas por Julio de Espa?a, tan modositas y embridadas.
La sobresaltada reacci¨®n del PP demuestra que ambos trances, sumados a las corruptelas p¨²blicas que se airean, han sacado de sus casillas a m¨¢s de un miembro del Comit¨¦ Ejecutivo Regional del partido. En su reuni¨®n de esta semana, y al com¨²n decir de los cronistas, se oyeron llamadas a las armas para replicar la sedicente "persecuci¨®n sin l¨ªmites" que los populares creen padecer a manos de PSPV y de algunos periodistas, todos reputados indiscriminadamente como "golfos" y "chorizos", entre otras delicadezas. Por cierto que el m¨¢s virulento de los informadores o comentaristas -y ya resulta parad¨®jica la cosa- es uno de los suyos, de los populares, que combate al presidente Francisco Camps desde un diario que sobrevive prodigiosamente, o tal parece.
Pero tanto o m¨¢s que este acoso cr¨ªtico de la prensa y la oposici¨®n, lo que fastidia en medios cualificados del partido es que las quejas m¨¢s sonadas corran a cargo de quienes deb¨ªan de haber callado hace tiempo y, especialmente, en estos momentos. Nos referimos a Carlos Fabra, Pedro Hern¨¢ndez Mateo, alcalde de Torrevieja, y quien lo es de Orihuela, Jos¨¦ Manuel Medina, todos ellos empapelados judicialmente por asuntos de mayor o menor relieve, pero con la nota com¨²n el presunto agio. Se sienten desasistidos, sin reparar en que echarles p¨²blicamente una mano en estos trances es un riesgo que el PP no se puede permitir en el tramo final de la legislatura donde probablemente van a coincidir los m¨ªtines y las sentencias -siempre condenatorias en tanto que pol¨ªticas, hasta las que absuelven-.
Si algo le faltaba al PP para sentir la necesidad de atarse los machos y asegurar la victoria en las urnas -tan holgada demosc¨®picamente hasta ahora- han sido las admoniciones del diputado socialista Andr¨¦s Perell¨® anunciando desde el hemiciclo de las Cortes el mi¨¦rcoles pasado que ya solo faltan 368 d¨ªas para las elecciones -en realidad, cuatro menos-, y que de ganar el PSPV, por mor de la transparencia, no habr¨¢ "perd¨®n, ni pacto, ni discreci¨®n". Todo un compromiso y hasta una rareza. Nos lo imaginamos travestido de Clint Easwood, implacable, poniendo en claro las cuentas de la Visa oficial, Ciegsa u otros enredos m¨ªticos. Demasiado c¨ªvico para ser cierto. No obstante, y antes, a prop¨®sito de la visita del Papa, el Gobierno auton¨®mico tendr¨¢ ocasi¨®n de tirar la casa por la ventana, ordenar las cuentas y expiar eventuales culpas. La vida fluye y el enojo de esta semana habr¨¢ sido pasajero.
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