"Me gustar¨ªa contarles a mis nietos con un libro de historia lo que pas¨® con su abuelo"
B¨¢rbara D¨¹hrkop cree que el anuncio de alto el fuego es el resultado del creciente aislamiento de ETA. Piensa que los terroristas deben sentirse vencidos y que no es momento de especular. En su doble condici¨®n de v¨ªctima y diputada asegura que hay que estar esperanzados y dejar actuar al Gobierno.
Pregunta. ?Qu¨¦ ha obligado a ETA a plantear el alto el fuego?
Respuesta. Se tienen que dar cuenta de que est¨¢n vencidos. Tras 40 a?os extorsionando y matando no est¨¢n ni un ¨¢pice m¨¢s cerca de su meta. Entonces, ?por qu¨¦ este rollo de vencedores y vencidos? Por eso me agobia lo de que tienen que pedir perd¨®n.
P. En su visi¨®n, ?le ha condicionado tener cuatro hijos?
R. Por supuesto. Cuando me preguntan '?Qu¨¦ deseo tienes?' Respondo: 'que alg¨²n d¨ªa mis nietos pregunten: Abuela, ?Qu¨¦ era ETA?' Y a m¨ª me gustar¨ªa contarles con un libro de historia lo que pas¨® con su abuelo. El homenaje a los muertos es que no haya m¨¢s, llegar al d¨ªa en que pueda ir a la tumba de mi marido y decir: 'Enrique, lo hemos logrado'.
P. ?Por qu¨¦ hemos?
R. Ha sido entre todos. Todos hemos estado firmes contra ETA. Hemos visto la gradual falta de apoyo a ETA. Cuando mataron a Enrique la gente que me ve¨ªa por la calle cambiaba de acera. Me dec¨ªan 'lo siento', y se iban, por miedo.
P. ?Percibe el cambio en la sociedad vasca?
R. S¨ª. La sociedad vasca ha dicho 'esto no sirve de nada'. La gran mayor¨ªa quiere que dejen de matar y nos dejen vivir en paz.
P. ?Qu¨¦ sensaci¨®n tuvo al recibir la noticia del alto el fuego?
R. Alivio. Se me ca¨ªan las l¨¢grimas. Han sido 21 a?os desde el asesinato de mi marido. Puedes tambi¨¦n decir 'no me lo creo'. Pero ya habr¨¢ tiempo para la cautela. Yo dije: 'Lo hemos logrado, los pol¨ªticos, la ciudadan¨ªa, Espa?a, hemos logrado que ETA diga: hasta aqu¨ª'.
P. ?Cu¨¢l debe ser el papel de las v¨ªctimas?
R. El calvario de ser v¨ªctima y tener ni?os no es descriptible. La grandeza de las v¨ªctimas debe ser decir 'tenemos que superar esto, lograr que no pase m¨¢s'. Sin que nos humillen, por supuesto. Pero que no me vengan ahora los de la otra parte diciendo: 'Primero te matan y luego te piden no s¨¦ qu¨¦'. No, no, no. Yo creo que el Estado de derecho tiene la fortaleza para que podamos llevar este proceso a buen puerto.
P. ?Qu¨¦ pensaba su marido para el Pa¨ªs Vasco? ?C¨®mo ve¨ªa Euskadi un emigrante granadino socialista, licenciado en F¨ªsica en Alemania que acaba en el Pa¨ªs Vasco luchando contra Franco?
R. Quer¨ªa un pa¨ªs donde nacionalistas y no nacionalistas pudieran convivir. Opuesto al plan Ibarretxe. Recuerdo que me dec¨ªa: 'Tenemos que lograr que el partido socialista tenga votos para obligar al PNV a pactar'.
P. ?El proceso es irreversible?
R. Deber¨ªa. Podemos hacer un s¨ªmil con Europa, que tambi¨¦n ha ido a pasos peque?os, a veces hasta estanc¨¢ndose. ?Alguien piensa que este proceso de Europa es reversible? Nadie. Quiero creer que en Euskadi pase lo mismo.
P. Desde Europa, ?ve el Pa¨ªs Vasco con otra perspectiva?
R. Es dif¨ªcil contestar. Yo vengo de Europa. Nac¨ª en Alemania en 1945, justo despu¨¦s de la II Guerra Mundial. Me llevaron a Suecia a los tres a?os. El choque cultural cuando llegu¨¦ a Espa?a en 1978 fue muy fuerte. Encima, a los cinco a?os de casada me encuentro a mi marido muerto en mi dormitorio. El gran ¨¦xito de la UE es que el 'nunca jam¨¢s' a la guerra ha funcionado.
P. ?Qu¨¦ paralelismo hay entre la posguerra europea y el proceso de paz vasco?
R. La superaci¨®n de las causas por las que nos hemos matado. Pero tambi¨¦n hay que huir de hacer una equiparaci¨®n entre verdugos y v¨ªctimas. Es vergonzoso lo que hizo el Gobierno vasco hace unos d¨ªas cuando dijo: 'Voy a ayudar a las v¨ªctimas, a los torturados y a los presos', en el mismo texto. Hay una diferencia. La equiparaci¨®n es dolorosa porque yo no me he planteado matar.
P. ?Y c¨®mo actuar?
R. Si los que matan dicen: 'nunca jam¨¢s', de la otra parte se plantea: '?c¨®mo superamos esto para que haya realmente un nunca jam¨¢s sin que eso signifique una equiparaci¨®n entre asesino y v¨ªctima?' Esto es dif¨ªcil si te has encontrado un ser querido cosido a balazos en el suelo de tu casa. Pero cuando te pregunta un ni?o de seis a?os: 'Mam¨¢, ?por qu¨¦ no hacemos lo que quiere ETA? porque si lo hacemos, ETA ya no mata a m¨¢s pap¨¢s'. Entonces, con esta l¨®gica aplastante, te quedas all¨ª con cuatro monicacos y piensas: '?c¨®mo se lo explicas?' Por esto digo como John Lennon, que hay que dar una oportunidad a la paz.
P. ?No teme que en la etapa final todo se complique?
R. En el final de la violencia va a haber no un precio, pero si una salida para los que quieran incorporarse a la vida democr¨¢tica. Y ahora vienen los carro?eros y dicen: 'Claro, ya tienes el precio pol¨ªtico'. No, yo no estoy diciendo eso. Pero si digo 'los asesinos, a la c¨¢rcel para siempre', pues entonces, ?c¨®mo avanzamos? Yo no digo que los que tengan delitos de sangre vayan a la calle. No digo borr¨®n y cuenta nueva, sino 'de aqu¨ª en adelante'..., no s¨¦ si me explico.
P. ?Tiene contactos con los nacionalistas?
R. S¨ª. He hablado mucho, por ejemplo, con Josu Jon Imaz. Me sorprende a veces la teor¨ªa de la bondad del buen vasco. La verdad es que el buen vasco es el que deber¨ªa habernos escoltado y nunca nos protegi¨®. Tampoco la Iglesia ha tenido nunca una actitud valiente frente a ETA y cuando alg¨²n cura la ha tenido, lo han desplazado de la parroquia.
P. ?Negociar, conversar, dialogar?
R. ?sta es otra. Ya no sabemos qu¨¦ palabras usar: reconciliaci¨®n ya la hemos gastado; superaci¨®n del conflicto, eso lo dicen los nacionalistas. Las palabras est¨¢n gastadas. Pero hay que ser escrupuloso. Nosotros nunca hemos dicho 'vamos a negociar con ETA'. Si se mira en el Congreso la palabra negociaci¨®n no aparece. Hay di¨¢logo, contacto... Lo mejor que se ha hecho jam¨¢s en la pol¨ªtica vasca es el Acuerdo de Ajuria Enea, que ahora se ha calcado y habla de 'final dialogado de la violencia fundamentado en actitudes inequ¨ªvocas'. Eso lo firm¨® el PP. Estuvieron todos. A veces tengo la impresi¨®n de que a algunos no les interesa que esto pueda llegar a buen puerto. Porque cuando uno vive de la carro?a y se acaba la carro?a ?de qu¨¦ vive? Y eso me duele en el alma.
Exilios y minor¨ªas
"Tengo una historia que empieza en una regi¨®n de minor¨ªas en la antigua Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana y culmina con el asesinato de mi marido en otra regi¨®n con una minor¨ªa que mata". La vida de B¨¢rbara D¨¹hrkop es paradigm¨¢tica del drama que vieron muchos europeos con exilios, cambios de nacionalidades, familias y culturas.
"Mi abuelo", explica D¨¹hrkop, "era sorbo, entonces una minor¨ªa perseguida, que emigr¨® a la Alemania Federal". Los sorbos constituyen una peque?a comunidad de unos 70.000 habitantes situada entre Polonia y Alemania, cuya lengua y cultura es protegida por este ¨²ltimo pa¨ªs. "Mi padre adoptivo", prosigue, "era socialista en la ¨¦poca de Hitler y despu¨¦s de la guerra, en 1948, se fug¨® a Suecia para evitar los largos tr¨¢mites con los que se investigaba a todo el mundo. All¨ª se reuni¨® con mi madre sueca y conmigo, que hab¨ªamos escapado el a?o anterior de Alemania".
Los antecedentes familiares de B¨¢rbara D¨¹hrkop son m¨¢s ajetreados a¨²n. Hija biol¨®gica de un piloto de la Luftwaffe, logr¨® conocer muchos a?os despu¨¦s a sus otras dos hermanas y la dram¨¢tica trayectoria de su madre en los a?os de la posguerra. Hasta los 28 a?os vivi¨® en Suecia, donde se especializ¨® en ling¨¹¨ªstica. En 1967 conoci¨® en la Universidad de Upsala, (Suecia), al que ser¨ªa su marido Enrique Casas, un emigrante andaluz que estudiaba F¨ªsica Nuclear. Luego volvi¨® como profesora a Hamburgo. "A Enrique", explica, "le impresion¨® mucho la socialdemocracia sueca. Y me dec¨ªa que quer¨ªa eso para Espa?a". M¨¢s tarde, en 1973, Casas fue a Euskadi con el prop¨®sito de crear una empresa de ingenier¨ªa y acab¨® comprometido en cuerpo y alma con los socialistas en la lucha antifranquista.
"Con todas estas vivencias", sintetiza la diputada socialista, "de un lado para otro, con constantes cambios de culturas y nacionalidades se te abre la mente. Quiz¨¢ por esto encuentro cada vez m¨¢s anacr¨®nicos los nacionalismos".
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