El Prat es el aeropuerto m¨¢s rentable de Espa?a, seg¨²n datos de la Generalitat

AENA (Aeropuertos Espa?oles y Navegaci¨®n A¨¦rea) no tiene contabilidad segregada para cada aeropuerto. ?sta es la respuesta que recibi¨® el Gobierno catal¨¢n cuando quiso saber si el traspaso de los aeropuertos era un negocio ruinoso. El Ejecutivo catal¨¢n puso un equipo a vaciar los n¨²meros de AENA. Y seg¨²n sus datos, el aeropuerto de Barcelona gener¨® 135 millones de euros de beneficios en 2004, ¨²ltimo a?o que ha podido ser analizado con precisi¨®n, y es el m¨¢s rentable de Espa?a.

El Gobierno catal¨¢n ha reclamado la gesti¨®n de los aeropuertos catalanes desde tiempo inmemorial. El actual, pero tambi¨¦n el tripartito y los gobiernos de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU), han razonado siempre que s¨®lo la gesti¨®n de los aeropuertos desde el propio territorio garantiza el desarrollo de las instalaciones. La gesti¨®n centralizada actual en manos de AENA, en cambio, perjudica a Barcelona y beneficia a Barajas, seg¨²n han repetido todos los gobiernos catalanes en los ¨²ltimos 25 a?os.

Pero todo esto era una intuici¨®n. No hab¨ªa datos. El Gobierno catal¨¢n dispone ahora de un informe, elaborado a partir de los balances y las memorias de AENA, en el que se afirma que en 2004, el aeropuerto de Barcelona gener¨® unos beneficios de 135 millones de euros. 90 millones proced¨ªan de la actividad aeron¨¢utica y los otros 45 de las actividades comerciales. Seg¨²n este informe, la tasa de rentabilidad de los ingresos aeron¨¢uticos de Barcelona es la m¨¢s alta de los aeropuertos espa?oles: el 60%. La de Barajas es del 56% y la de M¨¢laga, del 45%. El aeropuerto de Madrid produce una cifra absoluta mayor de beneficios por actividad aeron¨¢utica que el de Barcelona: 159 millones, debido a su mayor actividad. Los t¨¦cnicos del Gobierno catal¨¢nest¨¢n sorprendidos. "La rentabilidad del aeropuerto de Barcelona s¨®lo la tiene el aeropuerto de Sidney. Los de Londres est¨¢n en torno al 50%". Por rentabilidad, los analistas entienden los ingresos generados por la explotaci¨®n, menos los costes de esta misma actividad. "No hemos tenido en cuenta las amortizaciones de las obras porque no se repercuten", explican.