El libro da cancha al f¨²tbol
Los escritores desentra?an el misterio de la pasi¨®n por el deporte m¨¢s global y popular del planeta
El Aleph ya est¨¢ aqu¨ª. Es en lo que se ha convertido el Mundial de F¨²tbol. En centro del universo cada cuatro a?os, muy a pesar de Jorge Luis Borges, creador de ese relato sobre esa m¨ªtica esfera literaria-existencial que llam¨® Aleph, cuyo centro est¨¢ en todas partes y que contiene todo el universo.
Esa visi¨®n-definici¨®n la ha usurpado el f¨²tbol y la Copa del Mundo. La fiesta de la ¨²nica pasi¨®n que no sabe de intimidades. Un misterioso sentimiento del que son devotos una incontable selecci¨®n de escritores que han jugado su particular encuentro con el f¨²tbol a trav¨¦s de la escritura. Una prueba reciente es Los Nobel del f¨²tbol (Meteora), el libro donde Jorge Omar P¨¦rez recuerda la relaci¨®n de grandes escritores con este deporte. As¨ª, con este libro en especial y otros se crea un retrato literario de la pasi¨®n del deporte m¨¢s global y popular del planeta.
F?TBOL
"Si le quitas de encima el glamour y el negocio que lo rodea cada vez m¨¢s (dinero, papel cuch¨¦, esc¨¢ndalos...) es una cosa muy dram¨¢tica. Una contienda simulada que tiene euforia, victoria, derrota, dolor, decepci¨®n y lealtades", asegura la escritora Almudena Grandes, quien m¨¢s que aficionada al f¨²tbol es hincha del Atl¨¦tico de Madrid.
ORIGEN DE LA PASI?N
"Llegamos a la conclusi¨®n de que en alg¨²n momento de nuestra infancia percibimos el instante m¨¢gico en el que un artista del bal¨®n consigue ese prodigio inolvidable que relatar¨¢n los que lo presenciaron, luego los que no lo presenciaron y finalmente entrar¨¢ en la memoria convencional de las generaciones futuras". Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n en F¨²tbol. Una religi¨®n en busca de Dios (Debate).
EL HINCHA
"El primer instante de lucidez en que ca¨ª en la cuenta de que estaba convertido en un hincha intempestivo, fue cuando advert¨ª de que durante toda mi vida hab¨ªa tenido algo de lo que muchas veces me hab¨ªa ufanado y que ayer me estorbaba: el sentido del rid¨ªculo. (...) Lo ¨²nico que deseo, ahora, es convertir a alguien", confes¨® Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez en un art¨ªculo tras ver un partido de los equipos colombianos Junior y Millonarios.
LA AFICI?N
"Varios cientos de miles de espa?oles aplican sus energ¨ªas de los lunes, los martes y los mi¨¦rcoles a glosar los lances del partido de f¨²tbol que est¨¢ al caer. Los domingos, descansan y van al f¨²tbol: a sufrir o a solazarse, honestamente, viendo sufrir a los dem¨¢s". Camilo Jos¨¦ Cela, del libro Once cuentos de f¨²tbol (Don Bal¨®n).
EL BAL?N
"Por eso mismo fue conocido y aclamada como Esfera M¨¢gica, Goleadora Absoluta, Pelota Invencible y Redonda Infernal por los locutores enloquecidos del micr¨®fono cuando la ve¨ªan cruzar el campo, de pase en pase, de amague en amague, para marcar otro tanto sensacional". Augusto Roa Bastos en el cuento La pelota y el arquero, al referirse a un bal¨®n apodado Perfora Redes.
EL JUGADOR
"Corre, jadeando, por la orilla. A un lado lo esperan los cielos de la gloria; al otro, los abismos de la ruina". Eduardo Galeano en su imprescindible El f¨²tbol a sol y sombra (Siglo XXI).
EL ENTRENADOR
"?Estaba usted tranquilo en el banquillo del Barcelona? ?M¨¢s tranquilo? ?Ni hablar! ?Se sufre! ?Se sufre endiabladamente! ?Usted no puede imaginar lo que es eso! Incluso en la final, cuando ¨ªbamos ganando por tres a uno y s¨®lo quedaban tres minutos, yo estaba pas¨¢ndolo muy mal. ?Ser entrenador! ?Vaya profesi¨®n!". Gonzalo Su¨¢rez en la cr¨®nica Al rojo vivo sobre Jos¨¦ Gonzalvo en 1961, recogida en la antolog¨ªa La suela de mis zapatos (Seix Barral).
EL ENTRENAMIENTO
"Son gente que no conoce otro comportamiento que el de hacer cualquier cosa con toda su alma. A Momoko y a m¨ª nos gusta este entrenamiento tan serio". El Nobel japon¨¦s Kenzaburo O¨¦ en el relato El grito silencioso (Anagrama).
EL PARTIDO
"La selecci¨®n colombiana de 1990 y 1994 jug¨® como si tuviera permiso para perder. (...) Corr¨ªan con un sentido total de apropiaci¨®n del juego. Nadie les ganaba nunca porque ellos mismos administraban sus ca¨ªdas. (...) Maestros del extrav¨ªo, pusieron en escena las virtudes que s¨®lo son posibles sin rebajarse a tener ¨¦xito. (...) ?Hay haza?a m¨¢s propia de Am¨¦rica Latina que la de estos bucaneros que practicaron la dignidad rebelde del alarde sin premio?". Juan Villoro en Dios es redondo (Anagrama).
EL ?RBITRO
"Durante m¨¢s de un siglo, el ¨¢rbitro visti¨® de luto. ?Por qui¨¦n? Por ¨¦l. Ahora disimula los colores". Galeano en la antolog¨ªa Cuentos de f¨²tbol (Alfaguara), seleccionada por Jorge Valdano, con cuentos de autores como Fontanarrosa, Bryce Echenique y Benedetti.
EL PORTERO
"Distante, solitario, impasible, el portero famoso es perseguido por las calles por ni?os en ¨¦xtasis. (...) Es el ¨¢guila solitaria, el hombre misterioso, el ¨²ltimo defensor". Recuerda Vlad¨ªmir Nabokov en Habla memoria (Anagrama) a los porteros de su infancia en Rusia. Albert Camus tambi¨¦n fue portero que dej¨® referencias al f¨²tbol es sus libros. Entre los espa?oles que lo jugaron Miguel Hern¨¢ndez y Miguel Delibes. Incluso dejaron poemas: Alberti Oda a Platko, donde plasm¨® su heroica actuaci¨®n con el Barcelona para definir la copa de 1928; y Hern¨¢ndez, Eleg¨ªa al guardameta. Para Almudena Grandes, se trata del jugador m¨¢s literario e interesante. "Solo todo el tiempo. Piensa y sufre solo en el partido. Mientras los dem¨¢s van de un lado a otro ¨¦l debe esperar, y su reacci¨®n es crucial".
LOS MITOS
Pel¨¦ "una vez, detuvo una guerra: Nigeria y Biafra hicieron una tregua para verlo mejor". Y "cuando ejecutaba un tiro libre, los rivales que formaban la barrera quer¨ªan ponerse al rev¨¦s, de cara a la meta, por no perderse el golazo". Galeano en El f¨²tbol a sol y sombra.
"Los pueblos necesitan h¨¦roes contempor¨¢neos. (...) Es tambi¨¦n el menos enajenante de los cultos, porque admirar a un futbolista es admirar algo muy parecido a la poes¨ªa pura o una pintura abstracta. Es admirar la forma por la forma, sin ning¨²n contenido racionalmente identificable", escribe Mario Vargas Llosa en su art¨ªculo Sin duda, un mito, sobre la figura y el hechizo de Maradona.
EL GOL
El poeta italiano Humberto Saba exalt¨® el gol as¨ª: "La folla -unita hebreas- per trabocchi / nel campo. Intorno al vincitore stanno, / al suo collo si gettano i fratelli" ("La muchedumbre -fusionada de ebriedad- brincando / en el campo. Entorno al ganador est¨¢n, / a su cuello se tiran los hermanos").
LA VICTORIA
"?A qu¨¦ parece eso de ser campe¨®n?, pregunta. Mire: es algo as¨ª como un champ¨¢n seco y c¨¢lido que baja por la garganta. Una cosquilla ah¨ª donde usted quiere. La piel rejuvenece de golpe". Osvaldo Soriano en su art¨ªculo Festejos.
LA DERROTA
"Era por eso que quer¨ªa tanto a mi equipo, no s¨®lo por la alegr¨ªa de la victoria cuando estaba combinada con la fatiga que sigue al esfuerzo, sino tambi¨¦n por el est¨²pido deseo de llorar en las noches luego de cada derrota". Camus en el art¨ªculo Albert Camus y el f¨²tbol.
EL FANATISMO
"En Am¨¦rica Latina, dec¨ªa Luis, la frontera entre el f¨²tbol y la pol¨ªtica es tan tenue que resulta casi imperceptible". Ryszard Kapuscinski en La guerra de f¨²tbol (Anagrama) cuyo art¨ªculo hom¨®nimo narra la clasificaci¨®n entre Honduras y El Salvador para el Mundial de M¨¦xico 70 que termin¨® en un conflicto con 6.000 muertos y centenares de aldeas arrasadas. Todo empez¨® cuando en el partido de ida El Salvador perdi¨® 1-0 y una joven se disparo en el coraz¨®n. En el partido de vuelta El Salvador gan¨® 3-0. Y la guerra comenz¨®.
LA FIEBRE
"Una o dos veces, cuando no pod¨ªa conciliar el sue?o, he intentado incluso contar todos los jugadores del Arsenal que he visto en directo a lo largo de mi vida". Nick Hornby en su libro Fiebre en las gradas (Punto de Lectura).
Desvelos futbol¨ªsticos que rondar¨¢n hasta el 9 de julio a 32 pa¨ªses que sue?an con la Copa del Mundo, aunque hayan pactado con dioses rufianes o bondadosos.
Libros sobre f¨²tbol. Salvajes y sentimentales (Aguilar), Javier Mar¨ªas. San Isidro F¨²tbol (Puzzle), Pino Caccuci. Futbolia: filosof¨ªa para la hinchada (Kailas), J. Machado y M. Valera Garc¨ªa. El mundo en un bal¨®n (Debate), F. Foer. El miedo esc¨¦nico (Aguilar), J. Valdano. Goool! (Texto), Robert Rigby. Los ¨¢ngeles blancos. El Real Madrid y el nuevo f¨²tbol (Seix Barral), John Carlin. El delantero centro fue asesinado al atardecer (Planeta), V¨¢zquez Montalb¨¢n. Bar?a: la pasi¨®n de un pueblo (Anagrama), Jimmy Burns.
El equipo de Javier Mar¨ªas
El novelista Javier Mar¨ªas ha hecho una alineaci¨®n futbol¨ªstica con los escritores del siglo XX, seg¨²n sus cualidades literarias. Mar¨ªas recopil¨® sus textos sobre f¨²tbol en Salvajes y sentimentales (Aguilar).
Porter¨ªa. Dos que jugaron en su vida en esa posici¨®n: Vlad¨ªmir Nabokov y Albert Camus.
Defensas. Lateral derecho Henry James por ser de largo recorrido. En el centro Dashiel Hammet que parec¨ªa un tipo duro. Y defensa izquierdo Malcolm Lowry que al ser bebedor ser¨ªa uno de esos defensas duros que no dejan pasar a nadie.
Lateral izquierdo. Valle-Incl¨¢n, un autor muy vivo con malas pulgas a ratos.
Centro del campo. Tres de largo recorrido: Como trabajador Thomas Mann; como 10 y cerebro del equipo y mente clara y organizadora del juego Marcel Proust; y W. Faulkner que tiene mucho aliento.
Delantera. Jugar¨ªamos con extremos: extremo derecho como siete Joseph Conrad, capaz en pocos metros de crear gran desconcierto y admiraci¨®n; delantero centro Thomas Bernhard porque era muy agresivo; y con el 11, extremo izquierdo, uno de esos jugadores finos y creativos como Lampedusa.
Banquillo. En la porter¨ªa Camus o Nabokov que se alternar¨ªan la titularidad con igual solvencia. Para momentos de crisis no estar¨ªa mal Conan Doyle que tendr¨ªa gran capacidad de juego para el medio campo. Defensa, Raymond Chandler. Y delantera un poeta: W. Yeats.
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