El vestuario en la calle
El f¨²tbol se erige en la principal influencia est¨¦tica de dise?adores y marcas que luchan por vestir a jugadores, seguidores y hasta a quienes no saben nada de este deporte
Para cuando el ¨¢rbitro pite el inicio del partido inaugural del mundial de Alemania se habr¨¢ lidiado, ganado y perdido ya m¨¢s de un campeonato. Y en uno de esos torneos, los contrincantes y rivales son tan llamativos como improbables: elitistas dise?adores, marcas deportivas empe?adas en hacer ropa para no sudar, consumidores de camisetas futbol¨ªsticas incapaces de explicar qu¨¦ es un fuera de juego, orgullosos jugadores exhibiendo su ropa interior desde las paradas de los autobuses? Nada que ver con el "once contra once", con "el f¨²tbol es as¨ª" y otros t¨®picos socorridos. Porque ¨¦sta es, seguramente, la cara menos previsible de un deporte sobreexpuesto. Aquella con la que el mundo ha decidido vestirse.
"Los deportistas son nuestros gladiadores contempor¨¢neos", sentencia Giorgio Armani. "Nos cautivan dentro y fuera del terreno de juego con sus haza?as heroicas, vitales, apasionadas y decididas. Inspiran a la sociedad y se han convertido en el nuevo modelo para la cultura moderna. El deporte tiene un atractivo global, incluso mayor que el del cine y la m¨²sica". Debe de estar convencido de ello, porque el creador italiano es uno de los que m¨¢s han apostado por el f¨²tbol. En lo que s¨®lo puede calificarse de una estrategia de ataque, ha contado con jugadores como Andr¨¦i Shevchenko y Kak¨¢ para sus campa?as publicitarias, ha firmado el atuendo de la selecci¨®n inglesa para todas sus apariciones fuera del campo e incluso ha bautizado una chaqueta de punto y hombros redondeados con el nombre del capit¨¢n. El ubicuo Beckham, s¨ª. "Lo cierto es que nunca he utilizado a los jugadores de f¨²tbol como la ¨²nica inspiraci¨®n de una colecci¨®n, pero cuando conoc¨ª a David Beckham me alab¨® la chaqueta que llevaba. De hecho, al d¨ªa siguiente me llam¨® para ver si pod¨ªa encargar una. La pieza era a¨²n una prueba, pero despu¨¦s de ese comentario decid¨ª incluirla en el desfile?, ?y David consigui¨® su chaqueta!", explica el italiano, de 71 a?os.
Pero no hace falta acudir a dise?os prohibitivos para encontrar el rastro que este deporte ha dejado en la moda esta temporada, alimentado por la cercan¨ªa del mundial. La cadena sueca H&M dedica sus escaparates a su particular interpretaci¨®n de las camisetas de las selecciones participantes; Zara propone decorarse el pecho con el lema "Furia espa?ola" y los colores de la selecci¨®n; Camper idea una versi¨®n de sus famosas Pelotas dotada de una ventana lateral en la que colocar la bandera del equipo elegido, y las marcas deportivas se afanan en complementar su oferta oficial y t¨¦cnica con prendas mucho m¨¢s pensadas para la discoteca que para el campo. "El f¨²tbol est¨¢ viviendo un momento de alta resonancia medi¨¢tica", opina Teresa Rion¨¦, directora de comunicaci¨®n de Nike Iberia. "Sin duda, est¨¢ de moda. Y nos hemos dado cuenta de que al joven le gusta llevar este tipo de ropa no s¨®lo para jugar, sino tambi¨¦n para su vida de diario. Los c¨®digos del f¨²tbol y la est¨¦tica de este deporte forman parte ya de la cultura juvenil. Y la acogida de estas piezas es muy buena, sobre todo en a?os de mundial como ¨¦ste".
El calor del campeonato tambi¨¦n ha hecho florecer otro peculiar producto asociado: el f¨²tbol ya no s¨®lo encuentra espacio en la secci¨®n de Deportes y en los diarios especializados; de repente, las revistas de tendencias, cuya voluntad vanguardista y rompedora parece destinada a alejarlas del populismo y la visceralidad del deporte m¨¢s masivo, se acercan a ¨¦l. M¨¢s que eso: se entregan a ¨¦l. En los ¨²ltimos meses, dos revistas exquisitas e internacionales, Big y Sepp, han publicado sendos n¨²meros ¨ªntegramente dedicados a la pasi¨®n por el f¨²tbol. Adidas ha estado, adem¨¢s, detr¨¢s de ambos proyectos: el primero, de corte un tanto m¨¢s antropol¨®gico, cultural y social, y el segundo, netamente de moda. "Nuestra revista refleja la visi¨®n que la moda tiene del f¨²tbol", explica el editor de Sepp, Godfrey Deeny. Traducido: "Karl Lagerfeld nos ha proporcionado asombrosos bocetos de la selecci¨®n alemana, y 15 dise?adores de primera l¨ªnea, entre ellos Alexander McQueen, Donatella Versace, Martin Margiela o Gianfranco Ferre, han creado camisetas originales a partir de piezas de Adidas, que han deconstruido o remodelado".
Deeny tiene una perspectiva id¨®nea para responder a una de las preguntas del mill¨®n. ?Por qu¨¦? ?Qu¨¦ se aportan mutuamente estos ins¨®litos compa?eros de equipo? "La moda le da estilo al f¨²tbol. Los jugadores est¨¢n obsesionados con la ropa, y en Europa lo que ellos llevan tiene una influencia mayor en lo que los consumidores compran que las estrellas de cine. Tambi¨¦n aporta creatividad: muchos dise?adores vanguardistas desarrollan ideas brillantes para las botas. El f¨²tbol, a cambio, proporciona el sex appeal de sus jugadores. La mejor campa?a masculina en este momento es la de Dolce & Gabbana en la que aparecen cinco grandes jugadores italianos". En calzoncillos, a la manera de Freddie Ljunberg para Calvin Klein en las ¨²ltimas temporadas, pero en sudoroso quinteto.
Fabio Cannavaro, Gennaro Gattuso, Gianluca Zambrotta, Andrea Pirlo y Emanuele Blasi, en un vestuario de los a?os cincuenta. En realidad, un decorado construido en la polivalente sede milanesa de Dolce & Gabbana. M¨²sculos cincelados y minuciosamente iluminados para subrayar su potencia. Jugadores presentados como dioses griegos modernos en un momento de relajaci¨®n. ?sa es la expl¨ªcita intenci¨®n de la campa?a. "Siempre hemos propuesto un hombre masculino y mediterr¨¢neo: no nos ha asustado mostrar su aspecto m¨¢s dandi, pero siempre hemos jugado con la iron¨ªa y la elegancia de esta actitud", declara la pareja. Un d¨²o de dise?adores que adem¨¢s es responsable del uniforme formal de la selecci¨®n italiana para este Mundial 2006. "El metrosexual es un invento de los medios y no corresponde a la realidad. Lo que s¨ª se ajusta a la realidad es que hoy los hombres tienen nuevos iconos, como los futbolistas, por ejemplo, y quieren parecerse a ellos y llevar la vida que ellos llevan: saludable, rica y bella, donde el cuerpo masculino se convierte en un objeto de atenci¨®n y deseo que debe ser mostrado, cuidado y pulido".
Pero no es s¨®lo cosa de hombres. En absoluto. Camisetas oficiales que se convierten en coquetos tops, elegantes y sofisticados zapatos de Tod's en piel naranja con una leyenda conmemorativa, shorts m¨ªnimos. La influencia futbolera llega tambi¨¦n al armario femenino. Se busca la copa del mundo; es decir, la dominaci¨®n mundial. En palabras de Adidas: "Quer¨ªamos reintroducir el f¨²tbol para un grupo espec¨ªfico que, o bien nunca estuvo interesado en el juego, o bien ten¨ªa sentimientos negativos sobre ¨¦l. Finalmente, el f¨²tbol es el deporte m¨¢s popular del mundo". Un razonamiento tan b¨¢sico como demoledor: la est¨¦tica que se impone siempre es la del ganador. Y antes incluso de que empiece su gran festival, el f¨²tbol ya ha ganado. Esta temporada se lleva la copa de la influencia est¨¦tica. Incontestable. En todos los campos, precios, estilos y cuerpos.
El ejercicio curioso es el de analizar en qu¨¦ se traduce eso. C¨®mo se pasa de una ropa pensada para identificar a los miembros de dos equipos durante 90 minutos de correteo sobre una superficie verde (es decir, necesariamente chillona y estridente) a conjuntos sofisticados. C¨®mo y cu¨¢ndo llevar la camiseta de una selecci¨®n deja de convertirle a uno en un hincha disfrazado para, en cambio, ser una persona correctamente vestida. Y al rev¨¦s. Entre la pasi¨®n y la tendencia, ?hay un punto de encuentro para sastres e ingenieros? "Normalmente, los dise?adores de moda hacen una ropa deportiva t¨¦cnicamente terrible, porque est¨¢n tan preocupados por el aspecto de las cosas que no se ocupan de c¨®mo funcionan en el campo", explica Giorgio Armani. "Yo, probablemente, vestir¨ªa a los jugadores con shorts cortos, que les sentar¨ªan muy bien, pero ser¨ªan poco pr¨¢cticos. Para el vestuario de fuera del campo, mi est¨¦tica se basa en que la gente est¨¦ c¨®moda y relajada en su ropa, as¨ª que, tal vez a diferencia de muchos dise?adores, puedo cortar y utilizar tejidos suaves, ligeros y el¨¢sticos de una forma que funcione para los futbolistas sin alterar el esp¨ªritu de mis dise?os".
Tanto mirar fuera del campo no significa que no haya una dura batalla textil dentro de ¨¦l. De hecho, ah¨ª est¨¢ la parte m¨¢s re?ida de este campeonato del trapo. La firma Puma viste a 12 de las 36 selecciones clasificadas (entre ellas, Italia); Nike, a ocho (Brasil, Holanda, Portugal?); Adidas, a seis (de Argentina a Jap¨®n, pasando por Francia y Espa?a), y Umbro y Lotto, a un par cada una. As¨ª lo ve Teresa Rion¨¦, de Nike: "El f¨²tbol como negocio no ha dejado de crecer desde el a?o 1994, cuando Nike se inici¨® en este deporte en Europa. En mercados como el europeo es un buque insignia como lo pudo ser el atletismo o el baloncesto en Estados Unidos en los inicios de la marca". Imaginemos que esto pudiera ser solamente el inicio.
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