Remodelaci¨®n

Francisco Camps realiz¨® por fin la remodelaci¨®n del Consell. Sin duda, tras el Estatut y a un a?o de las elecciones, era el momento. Camps sal¨ªa ungido de la convenci¨®n y se?alado por Mariano Rajoy como el ¨²nico alto referente del PP valenciano. Estaba avalado para llevar a cabo una remodelaci¨®n que nadie le hubiese podido rechistar. Adem¨¢s, con la capacidad de ampliar el n¨²mero de consejer¨ªas que le brindaba la reforma del Estatut, dispon¨ªa de la oportunidad de acoplar su gabinete al proyecto m¨¢s ambicioso de la legislatura. Sin embargo, ha hecho lo contrario que le aconsejaban la l¨®gica pol¨ªtica y el curso de su propia pol¨ªtica, que lo impel¨ªan a introducir el nuevo Estatut en el Consell (aunque s¨®lo fuera por hacer m¨¢s vistosa la remodelaci¨®n) y a relevar a los miembros desgastados de su equipo, entre los que sin duda se halla el contestado Justo Nieto. Tampoco se ha atrevido a tocar, ni siquiera para un cambio de departamento, a ninguno de los consejeros de Eduardo Zaplana, con lo que ha redoblado la capa de acero de su blindaje. Camps ha realizado una acupuntura poco inteligible, aunque sus consecuencias afectan de lleno al departamento que mayor ruido ha generado en estos tres a?os de legislatura, el de Territorio y Medio Ambiente, y al que hasta ahora ha sido su consejero, Rafael Blasco, convertido en el rompeolas de las cr¨ªticas que ha suscitado la alarma urban¨ªstica. No resulta extra?o que Blasco sea desalojado de Territorio (incluso ¨¦l, que con los retales del Medio Ambiente de Fernando Modrego y el IVVSA form¨® la consejer¨ªa m¨¢s importante del Consell, parece que lo estaba deseando). Ni que sea desviado hacia Sanidad. Sin embargo, s¨ª que llama la atenci¨®n que sea Esteban Gonz¨¢lez Pons quien lo sustituya. Si lo que buscaba Camps, adem¨¢s de alejar el humo, era reconducir la consejer¨ªa hacia la gesti¨®n t¨¦cnica, nadie mejor que Vicente Rambla. En cambio, ha tenido que ser Gonz¨¢lez Pons quien, v¨ªctima de su propia inquietud, ha terminado dejando el traje a medida de portavoz para meterse en las fauces del lobo, mientras que Rambla aparece como un mero da?o colateral y Blasco suma y sigue. De los tres, es Gonz¨¢lez Pons a quien el nuevo destino dibuja un horizonte m¨¢s escarpado. Aunque ya ha dejado entrever que va a ser m¨¢s consejero de Medio Ambiente que de Territorio, no podr¨¢ eludir la presi¨®n de los m¨¢s de 170 programas de actuaci¨®n integrada y 70 campos de golf apalabrados que quedan por aprobar (Zaplana acab¨® tragando con la Ciudad de las Ciencias que se carg¨®). El frondoso cat¨¢logo de fartets y punxosets va a ser un burladero insuficiente. Y adem¨¢s, el gremio no est¨¢ para frases.