El accidente que se llev¨® un oficio
Un siniestro laboral, en muchos casos, obliga a reciclarse laboralmente con m¨¢s a?os y con una discapacidad
Le¨®n Pag¨¢n camina a buen paso. Cuando se le ve andar es dif¨ªcil imaginar que no tiene piernas. Sus pr¨®tesis disimulan las secuelas del accidente por el que se las amputaron a la altura de la espinilla. En el a?o, 2.258 personas han tenido accidentes laborales graves, como el suyo, en Espa?a. En el primer trimestre de 2006 el total de accidentes registrado fue de 244.539 y 239 trabajadores fallecieron.
Los accidentes laborales graves pueden dejar secuelas que marcan un segundo cap¨ªtulo en la vida de una persona: no volver a trabajar, o tener que hacerlo en otro empleo, con m¨¢s a?os y una discapacidad. El accidente se llev¨® el oficio de Le¨®n Pag¨¢n cuando ten¨ªa 47 a?os. Hasta esa edad se hab¨ªa dedicado a la carpinter¨ªa. Pero un d¨ªa de trabajo, al pasar de una obra a otra por una elevada pasarela de madera se cay¨® al suelo. A partir de aquel momento su vida cambi¨®. El accidente tambi¨¦n se llev¨® a su esposa. "No pudo aguantar la presi¨®n y la responsabilidad que significa cuidar de alguien sin piernas". Pag¨¢n afirma que lo peor fue al principio. Le qued¨® una pensi¨®n de 338 euros, la necesidad de reciclarse laboralmente a los 47 a?os y una hipoteca. "Me daban ganas de pegarme un tiro", recuerda.
Pero desdramatiza el cuadro. "Soy de los afortunados", comenta. Sus contactos en el gremio de la carpinter¨ªa le han permitido, a los 52 a?os, conseguir trabajo en labores de organizaci¨®n, dirigiendo a obreros que van a pie de obra. Tambi¨¦n ha podido comprar unas buenas pr¨®tesis. "Me costaron caras, pero gracias a ellas hago una vida normal." Afirma que ser aut¨®nomo le ha perjudicado. "Nunca sab¨ªa cuanto estaba realmente cotizando", y se queja de que la sanidad espa?ola no ayuda lo suficiente. "Con las pr¨®tesis que te dan andas como con una pata de palo", comenta. "La m¨ªa, la consideran un producto de lujo".
David Serrano, de 32 a?os, ha tenido numerosos problemas con las pr¨®tesis. Su accidente se produjo con una gr¨²a para portar pal¨¦s que le aplast¨® una pierna, la cual tuvo que ser amputada. Despu¨¦s, ha trabajado en m¨¢s de cinco empresas. "En todas me despidieron principalmente por las bajas que ped¨ªa", afirma. Su pr¨®tesis es muy cara y no tiene recambios y el hecho de usar siempre la misma le produce a menudo infecciones. Adem¨¢s, el apoyarse en la pierna sana le causa problemas musculares.
Cuando tuvo el accidente, a los 28 a?os, trabajaba, como muchos j¨®venes, en una empresa de trabajo temporal. Su caso no es ¨²nico. Los sindicatos vinculan la siniestralidad con la temporalidad, y la reforma laboral pretende atajar los dos frentes. Un estudio de UGT indica que en 2004, hab¨ªa el triple de accidentes con baja en personas con contrato temporal que en contratados fijos. "Las personas que tienen un contrato temporal suelen ocupar el puesto de trabajo sin la formaci¨®n adecuada, y no reciben asesoramiento sobre riesgos", explica Marisa Rufino, secretaria general de salud laboral del sindicato en Madrid.
David Serrano est¨¢ en el paro y hace un curso de inform¨¢tica. "No s¨¦ donde voy a trabajar, incluso estar sentado en una oficina me resulta inc¨®modo. Tengo que alternar entre estar de pie y sentado", lamenta. "Entre el dinero de las pr¨®tesis y los 680 euros que recibo, s¨®lo sigo adelante gracias a mis padres".
Una de las mayores dificultades para las personas que han tenido que cambiar de empleo tras el accidente es la edad. Mario Marr¨²pez, aunque tiene 36 a?os, ya lo ha notado. "Es dif¨ªcil reciclarse con mis a?os. Todo el mundo te pide juventud y experiencia". En su caso toda la experiencia acumulada en su oficio no sirve. "No puedo dedicarme a la metalurgia, lo que he hecho toda mi vida".
Se considera "la primera v¨ªctima del euro". Su accidente sucedi¨® cuando se empezaba a fabricar esta moneda en Espa?a. Acu?aba euros con una troqueladora, cuando hubo un vertido de ¨¢cido sulf¨²rico. La empresa le dio un equipo para limpiarlo, pero la m¨¢scara no era la adecuada y se deposit¨® polvo de ¨¢cido en sus pulmones. Desde entonces tiene hiper reactividad bronquial. Ahora, tiene que buscar un empleo que le permita trabajar desde casa. Estudia un curso de dise?o gr¨¢fico. Pero no se rinde. Recibe una pensi¨®n pero desea trabajar. "Cuando no haces nada te das cuenta de que el trabajo es necesario para ser feliz".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.