Despedida silenciosa
Luis Aragon¨¦s y sus jugadores abandonan Espa?a en medio de la indiferencia general
El grupo, casi de forma inadvertida, avanzaba por la Terminal 1 de Barajas, todos con el uniforme oficial, azul oscuro, confeccionado por Teodoro Grisby, con un corte bien pegado al cuerpo, la raya diplom¨¢tica gruesa, seg¨²n la federaci¨®n, con la idea de aportar una imagen "joven y agresiva". Seg¨²n Grisby, para romper con los patrones de un mundo "riguroso e inmovilista". Por las perneras se asomaban brillantes las puntas afiladas de los zapatos de cuero italiano. En las cabezas destacaba la cresta dorada de Torres y la melena descolorida de Ca?izares. No faltaban las gafas de sol aunque fuesen madrugadas. Lo que s¨ª faltaba era ambiente. Apenas un par de curiosos avisados a ¨²ltima hora y un grupo de viajeros ecuatorianos acudieron a la despedida de la selecci¨®n espa?ola, que parti¨® en la ma?ana de ayer rumbo a Ginebra, escala previa de su llegada a Alemania.
Hubo quien sugiri¨® que la pr¨®xima vez la salida se organice junto con el equipo ecuatoriano
El ambiente fr¨ªo s¨®lo se rompi¨® con la presencia de unas apasionadas hinchas ecuatorianas en busca de la foto de sus ¨ªdolos. Algunos jugadores recordaron con nostalgia el partido amistoso que Espa?a disput¨® contra Ecuador en el Calder¨®n hace casi dos a?os. "El estadio estaba lleno a reventar", recordaba Salgado; "?qu¨¦ ambiente!". No faltaron las bromas. Un futbolista sugiri¨® que la pr¨®xima vez la salida de la selecci¨®n espa?ola se organizase junto con la selecci¨®n ecuatoriana para crear clima de entusiasmo, artificial, pero entusiasmo al fin y al cabo.
Es dif¨ªcil contagiar optimismo en un grupo que se siente maldito. Los jugadores espa?oles marchan hacia el Mundial luchando por resolver el complejo de inferioridad que se ha hecho con ellos desde la ¨²ltima Eurocopa. En su intento por ofrecer ayudas, el seleccionador, Luis Aragon¨¦s, ha ofrecido un psic¨®logo. El doctor Anselmo Vicioso tambi¨¦n estaba ayer en la comitiva que viaj¨® a Ginebra desde Madrid. Iba como uno m¨¢s, hablando con los chicos como quien no quiere la cosa.
Unos jugadores hablaban de negocios. Otros, de moda. Otros, de f¨²tbol. Luis Garc¨ªa, que no ha sido el m¨¢s alentado por los ensayos contra Rusia y Egipto, consideraba con generosidad que ten¨ªan que jugar todos para repartirse los minutos. Que la inactividad de unos pocos puede ser mala para la moral colectiva. Y que medirse contra equipos como Croacia, Egipto o Rusia es bueno porque permite valorar el verdadero nivel. Luis Garc¨ªa cree que otra cosa es pescar ilusiones: Luxemburgo, Jamaica o Nueva Zelanda han sido goleadas por Alemania, Inglaterra y Brasil, pero esas goleadas no sirven para nada.
Dos horas antes del despegue, despu¨¦s del desayuno en el hotel de Barajas, la plantilla se puso su uniforme de rayas para recibir la visita del presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Seg¨²n los jugadores, Zapatero les areng¨® record¨¢ndoles que los deportistas espa?oles est¨¢n en alza en disciplinas tan dispares como el tenis, la f¨®rmula 1 y el motociclismo. Con esto, el presidente les anim¨® a dar un paso hist¨®rico. Nada menos que unir el f¨²tbol a la ola de ¨¦xitos. "Fue una despedida cl¨¢sica", opin¨® Xabi Alonso, veterano del acto protocolar que precedi¨® a la fat¨ªdica Eurocopa de Portugal en 2004.
Siempre atento a las se?ales esot¨¦ricas, a la c¨¢bala, a los colores malditos y a la magia de los n¨²meros, Luis Aragon¨¦s intent¨® captar las vibraciones providenciales que dice emitir Zapatero. "Siempre que un presidente se despide", reflexion¨® el t¨¦cnico, "es muy bueno". "?l dice que tiene suerte", prosigui¨® el seleccionador, "y para ser del Bar?a no le ha ido mal". "Ha ganado la Liga, la Copa de Europa... Yo, antes, cuando quer¨ªa que me dieran suerte, llamaba al del cirio. Ahora llamar¨¦ al presidente", concluy¨® Luis.
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