C¨®mo ser un superventas con 3.000 lectores
Los editores analizan el mercado del libro cient¨ªfico y el inter¨¦s por la divulgaci¨®n y las matem¨¢ticas
Contra los peores pron¨®sticos, la Feria del Libro dedicada al libro cient¨ªfico transcurre con toda normalidad. Las editoriales espa?olas se han esforzado por sacar a tiempo los mejores t¨ªtulos cient¨ªficos de la ¨²ltima temporada, pero eso es lo que hacen todas las temporadas, y lo m¨¢s f¨¢cil sigue siendo salir del Retiro con una novela de Paul Auster en el bolsillo de atr¨¢s y un billete menos en el otro. Algunos libros cient¨ªficos reci¨¦n editados ser¨¢n ¨¦xitos de ventas, pero no lo sabremos hasta la feria de 2025.
"El libro cient¨ªfico de calidad no se vende como una novela o un ensayo pol¨ªtico", dice Jorge Wagensberg, director de la colecci¨®n Metatemas, de Tusquets. "La novela sube de golpe, cae deprisa y desaparece. El libro cient¨ªfico sube despacio, y a cotas no muy altas, pero se queda ah¨ª arriba un mes tras otro, durante a?os".
Las casetas son el mejor escaparate de las ¨²ltimas tendencias, algunas bien sorprendentes
Jorge Wagensberg: "El libro cient¨ªfico sube despacio pero se queda ah¨ª arriba durante a?os
Metatemas, una de las colecciones cient¨ªficas de referencia en castellano, se estren¨® en 1983 con el cl¨¢sico de Erwin Schr?dinger ?Qu¨¦ es la vida? Un cuarto de siglo despu¨¦s, este libro escrito por un f¨ªsico -aunque con la intenci¨®n descarada de revolucionar los fundamentos de la biolog¨ªa, cosa que probablemente consigui¨®- sigue vendiendo 250 ejemplares al a?o.
Parece una tonter¨ªa, pero con esperar 20 a?os ya tiene uno 5.000 ejemplares vendidos. Uno de los libros cient¨ªficos estrella de todos los tiempos, G?del, Escher, Bach (tambi¨¦n en Metatemas), del fascinante f¨ªsico y escritor Douglas Hofstadter, ha logrado vender cerca de 50.000 copias en el mercado espa?ol por ese lento e inconspicuo procedimiento. Una curva de ventas con la cola larga es la marca de f¨¢brica de un buen libro cient¨ªfico.
Pero los hay que funcionan bien desde el principio. "Me tir¨¦ toda la semana pasada de vendedora en la caseta", revela la editora de la colecci¨®n Drakontos de Cr¨ªtica, Carmen Esteban, "y el libro que m¨¢s se vendi¨® de toda la caseta de Cr¨ªtica, cient¨ªfico o de cualquier ¨¢rea, fue El tejido del cosmos, de Brian Green, que acabamos de publicar".
Green es sin duda la gran revelaci¨®n de la divulgaci¨®n cient¨ªfica actual. Lo raro no es que sea un cient¨ªfico formado en Harvard y Oxford, ni que ense?e f¨ªsica y matem¨¢ticas en la Columbia de Nueva York. Lo raro es que es un string theorist, un especialista en la teor¨ªa de supercuerdas -la jungla matem¨¢tica que aspira a convertirse pronto en la teor¨ªa del todo- y que ello no le impide escribir con total transparencia.
Green ya era conocido por su anterior libro, El universo elegante, donde expon¨ªa con una claridad inveros¨ªmil su propia disciplina, la teor¨ªa de supercuerdas. Este libro -otro caso de larga cola en la curva de ventas- es otra de las estrellas de la feria, porque acaba de inaugurar la nueva colecci¨®n Drakontos bolsillo de libros de ciencia a 9,95 euros, una iniciativa ins¨®lita en el mercado espa?ol. Esta serie barata empezar¨¢ recogiendo los t¨ªtulos cl¨¢sicos de la colecci¨®n Drakontos, que en muchos casos son inencontrables en las librer¨ªas: desde El error de Descartes, de Antonio Damasio, hasta Los dragones del Ed¨¦n, de Carl Sagan.
Pero luego se normalizar¨¢ como una segunda residencia para los t¨ªtulos de la temporada que hayan cumplido su ciclo en tapa dura, como las colecciones de bolsillo habituales en el mercado anglosaj¨®n. Con todo, El Universo elegante ha salido en bolsillo mientras sigue vendiendo 1.000 ejemplares de tapa dura cada a?o. "Hay lectores de tapa dura", asegura Esteban.
Las casetas de la feria son el mejor escaparate de las ¨²ltimas tendencias del libro cient¨ªfico, algunas bien sorprendentes. La primera es el auge de las matem¨¢ticas, debido en parte a dos autores -matem¨¢ticos ambos- con una extraordinaria habilidad para crear terrenos ¨¢ridos: Ian Stewart (Locos por las matem¨¢ticas) y John Allen Paulos (Un matem¨¢tico invierte en bolsa).
Pero el fen¨®meno es m¨¢s amplio, porque los dem¨¢s autores, como el gran matem¨¢tico franc¨¦s Beno?t Mandelbrot (Fractales y finanzas), tambi¨¦n est¨¢n funcionando mejor que nunca. La aportaci¨®n m¨¢s c¨¦lebre del f¨ªsico Stephen Hawking al mundo editorial -"cada ecuaci¨®n que metes en un libro reduce las ventas a la mitad", o ley de Hawking- est¨¢ a punto de ser refutada por los hechos.
"Ya G?del, Escher, Bach, que es un libro de matem¨¢ticas, hab¨ªa destruido la ley de Hawking incluso antes de su formulaci¨®n", afirma Wagensberg, "y tambi¨¦n refut¨® otros dos t¨®picos muy extendidos en el gremio: huir de los libros largos y de los t¨ªtulos impronunciables. No recuerdo ahora mismo cu¨¢ntas p¨¢ginas tiene el libro, pero s¨¦ que pesa dos kilos".
Hora de irse. El calor aprieta, y Paul Auster pesa en el bolsillo.
En las dos fronteras
Una de las grandes tendencias del libro cient¨ªfico es la presencia cada vez mayor de temas frontera: entre la ciencia y la historia o la pol¨ªtica, y sobre todo entre la ciencia y la filosof¨ªa, como es el caso de La naturaleza humana, de Jes¨²s Moster¨ªn, y de los t¨ªtulos que llevan a?os publicando otros dos fil¨®sofos muy le¨ªdos por los cient¨ªficos, Daniel Dennett y Michael Ruse.
"Los fil¨®sofos son muy bienvenidos al debate cient¨ªfico, y cada vez m¨¢s", dice Wagensberg. "Hay temas como la teor¨ªa del todo, o si el teorema de G?del hace imposible toda teor¨ªa del todo, que son casi teolog¨ªa".
Tambi¨¦n experimenta un auge lo que Wagensberg llama "novedades interdisciplinarias aut¨¦nticas", que son tambi¨¦n temas frontera, pero en las fronteras internas de la ciencia. "La mayor parte de los cient¨ªficos profesionales no se han enterado de las fractales leyendo los papers de Mandelbrot, sino leyendo los libros de Mandelbrot", dice Wagensberg. Viendo las grandes aplicaciones que la matem¨¢tica de las fractales tiene en cada vez m¨¢s campos cient¨ªficos, parece claro que el concepto de divulgaci¨®n se ha quedado un poco corto
para definir al libro cient¨ªfico.
No se trata de "bajar el nivel", sino de explicar con claridad el fondo de la cuesti¨®n. El escritor cient¨ªfico se dirige a un lector inteligente y culto, y lo que se le pide no es que hable para tontos, sino que tenga la agudeza necesaria para expresar con nitidez los conceptos clave sin perderse en la jerga y en las masas de detalles de su propia especialidad, que no interesar¨¢n a nadie dos metros m¨¢s all¨¢ de la salida del laboratorio.
Las f¨®rmulas no reducen ventas. Lo que reduce ventas es la espesura, y hay frases mucho m¨¢s espesas que una bella ecuaci¨®n. El libro cient¨ªfico estar¨¢ maduro cuando pueda renunciar al adjetivo.
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