Rooney salva otro obst¨¢culo
Inglaterra se conjura para que el delantero, de nuevo en Alemania tras pasar unas pruebas m¨¦dicas en Manchester, lleve a la selecci¨®n al triunfo
Inglaterra pas¨® ayer el d¨ªa pendiente de un peque?o hueso: el cuarto metatarsiano del pie derecho de su gran esperanza futbol¨ªstica, Wayne Rooney. El jugador vol¨® desde Baden Baden hasta Manchester para someterse a un decisivo esc¨¢ner para certificar que los progresos que a ojos vista muestra su lesi¨®n son lo bastante serios como para permitirle jugar en el Mundial. Tras pasar varias horas discutiendo los resultados con los m¨¦dicos, el jugador vol¨® de vuelta a Alemania para incorporarse de nuevo a la concentraci¨®n de Inglaterra.
El resultado oficial de los ex¨¢menes a¨²n no se hab¨ªa divulgado al cierre de esta edici¨®n, pero el regreso de Rooney hac¨ªa pensar que el jugador est¨¢ en condiciones de jugar el Mundial. O al menos que los progresos son tan buenos que hay esperanzas de que pueda jugar en la ¨²ltima fase de la competici¨®n y por lo tanto formar¨¢ parte de los 23 jugadores seleccionados por el sueco Sven-G?ran Eriksson para representar a Inglaterra. En todo caso, Eriksson tiene tiempo hasta el viernes a las 3 de la tarde, justo 24 horas del debut de Inglaterra ante Paraguay, para sustituirle por Jermain Defoe, inscrito por si alg¨²n compa?ero se lesiona.
La bandera de San Jorge ondea en los taxis, cubre los 'pubs' y se pinta hasta en los jardines
S¨®lo un esc¨¢ner completamente negativo pod¨ªa haber apartado al jugador del Mundial, pero su regreso a Alemania y los progresos que ha mostrado el jugador estos d¨ªas parecen descartar ese extremo a pesar de que Inglaterra y el Manchester United tienen intereses opuestos en este asunto: la selecci¨®n le necesita como agua de mayo para que las ansias de reeditar la victoria de 1966 puedan convertirse en una posibilidad nada desde?able. Pero el United no quiere que una alineaci¨®n precipitada en el Mundial ponga en peligro la salud de su gran estrella.
Rooney lleg¨® a la cl¨ªnica de la mutua BUPA, en Whalley Range (Manchester) acompa?ado del m¨¦dico de la federaci¨®n y el del United. El esc¨¢ner dur¨® menos de media hora y el jugador se traslad¨® luego a casa de la familia de su novia. Horas despu¨¦s se reuni¨® con los m¨¦dicos. Entonces empez¨® la verdadera batalla: la de la interpretaci¨®n de los resultados. Por si los m¨¦dicos de ambas partes no se pon¨ªan de acuerdo, un m¨¦dico de la FIFA estaba disponible para emitir un dictamen sobre el estado f¨ªsico del jugador. La batalla la siguieron a distancia Eriksson desde Baden Baden, el entrenador del United, Alex Fergusson, de vacaciones en Francia, y el jefe ejecutivo de la federaci¨®n inglesa, David Gill, de vacaciones en Florida.
Desde que Rooney cay¨® malherido en el campo del Chelsea hace cinco semanas, el cuarto metatarsiano de su pie derecho se ha convertido en objeto de actualidad cotidiana en los informativos ingleses. Frente a la frialdad que la afici¨®n espa?ola dispensa a la selecci¨®n, los ingleses viven la suya con una pasi¨®n que suele desbordar el sentido com¨²n. Todos est¨¢n implicados. Desde los obreros de los grandes urbes al primer ministro. "Rece porque Rooney se recupere", le pidi¨® d¨ªas atr¨¢s un mendigo al arzobispo de Canterbury cuando este visitaba un barrio miserable de Londres.
Los taxis de medio pa¨ªs ondean la bandera de San Jorge, los pubs cubren sus fachadas con r¨¦plicas de la bandera inglesa y la gente la pinta en sus jardines. Downing Street, residencia oficial y sede del primer ministro, anunci¨® que izar¨¢ la bandera de San Jorge los d¨ªas en que juegue la selecci¨®n. Hasta la Iglesia de Inglaterra se implica en el evento, aunque de forma menos partidaria. Ha insertado en su secci¨®n de plegarias de su p¨¢gina web una oraci¨®n por el Mundial. Aunque la Iglesia no invoca al rezo por la suerte de Inglaterra, sino por la competici¨®n en general, las visitas a la secci¨®n de oraciones han aumentado un 28% respecto a la media de los ¨²ltimos cuatro meses. "No hay ateos cuando llega la tanda de penaltis", bromea un portavoz eclesi¨¢stico.
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