La buena conciencia
Dirigentes de Batasuna se sorprendieron ayer de que la polic¨ªa les impidiera, por orden judicial, dar una conferencia de prensa en Pamplona. La sorpresa fue mayor porque sus principales portavoces hab¨ªan interpretado el gesto de Patxi L¨®pez de atribuir a Batasuna la condici¨®n de interlocutor pol¨ªtico como prueba de la superaci¨®n de hecho de su ilegalizaci¨®n y reconocimiento del car¨¢cter antidemocr¨¢tico de la Ley de Partidos, cuya derogaci¨®n han pasado a reclamar. No s¨®lo eso: identificaron los gestos conciliadores de los socialistas como s¨ªntoma de que por fin se admit¨ªa la naturaleza pol¨ªtica del conflicto ("no hay paz sin contenidos") y la necesidad, en consecuencia, de reunir ya las dos mesas simult¨¢neas (o conectadas) de negociaci¨®n. E incluso han dicho que ese reconocimiento era fruto del "trabajo de la izquierda abertzale frente a los sectores que contemporizaron con la reforma franquista".
Detr¨¢s de estas expresiones est¨¢ la pretensi¨®n de que se olvide su dependencia respecto a ETA y su apoyo sin pesta?ear a los atentados de la banda, causa ¨²ltima de su ilegalizaci¨®n. Tales interpretaciones ya hab¨ªan sido rechazadas por el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, tras su entrevista con Zapatero, el pasado 4 de mayo: "Paz es paz; es ausencia de violencia; los acuerdos pol¨ªticos no son consecuencia ni est¨¢n vinculados al proceso de paz. Creo que [separar ambos procesos] es un elemento de higiene democr¨¢tica que el PNV siempre va a defender: por motivos ¨¦ticos, porque lo contrario ser¨ªa tanto como justificar que es leg¨ªtimo el uso de la violencia para alcanzar un objetivo pol¨ªtico; y (...) porque ser¨ªa tanto como reconocer que la inmensa mayor¨ªa de la sociedad vasca nos equivocamos en 1979 cuando hicimos la apuesta por la pol¨ªtica y por la democracia".
No puede haber negociaci¨®n cuando uno de los negociadores puede amenazar con la vuelta de la violencia si el resultado no le satisface. Por tanto, previamente a la negociaci¨®n sobre eventuales reformas del marco pol¨ªtico tiene que existir constancia de que la retirada de ETA es definitiva. Es vital que Zapatero pueda contar en este punto con el apoyo del PNV. Seguramente la insistencia de Batasuna en hablar de mesa (extraparlamentaria) tiene que ver con su pretensi¨®n de que lo que se discuta sea el futuro de Euskal Herria (o sea, tambi¨¦n de Navarra y el Pa¨ªs Vasco-franc¨¦s), lo que dif¨ªcilmente podr¨ªa plantearse en el Parlamento vasco. Quiz¨¢s tambi¨¦n tiene que ver con su prisa por iniciar la negociaci¨®n sin esperar a la legalizaci¨®n que le permita regresar al Parlamento vasco. Es importante al respecto que Zapatero precisara el pasado jueves que la futura negociaci¨®n pol¨ªtica habr¨¢ de producirse "en los ¨¢mbitos institucionales y con las fuerzas que est¨¦n en la legalidad". Batasuna no lo est¨¢, aunque alardee de lo contrario; y aunque jueces m¨¢s benevolentes o flexibles que Grande-Marlaska toleraran ruedas de prensa, quedar¨ªa la imposibilidad de presentar candidaturas a las municipales de 2007 si antes no hay un rechazo expreso de la violencia en unos nuevos estatutos.
La idea euf¨®rica de que, tras el ¨¦xito obtenido, ha llegado la hora de derogar la Ley de Partidos (para evitar esa espada de Damocles sobre la izquierda abertzale) es como m¨ªnimo prematura. No ha habido ley m¨¢s necesaria y justa que esa en los ¨²ltimos a?os. No pod¨ªa ser legal (y cobrar subvenciones p¨²blicas) un partido que formaba parte de un estructura dirigida por una banda armada que se dedicaba a asesinar o hacer la vida imposible a los representantes electos y candidatos de los dem¨¢s partidos. Desde el asesinato del concejal del PP Gregorio Ord¨®?ez, en enero de 1995, hasta la ilegalizaci¨®n de Batasuna, en febrero de 2003, ETA acab¨® con la vida de 30 adversarios ideol¨®gicos, en su mayor¨ªa miembros del PP y del PSOE. En el mismo periodo se produjeron m¨¢s de 800 ataques contra sedes de partidos y bienes de personas opuestas a ETA. Bajo esa presi¨®n, decenas de concejales socialistas y populares renunciaron a sus cargos.
Contra lo que ahora dicen plet¨®ricos de buena conciencia los portavoces de Batasuna, han sido esos concejales, y no los suyos, los que han estado sometidos a r¨¦gimen de apartheid. La Ley de Partidos aprobada para hacer frente a esa situaci¨®n era necesaria por razones democr¨¢ticas, y tambi¨¦n por motivos pr¨¢cticos: sin ella dif¨ªcilmente se habr¨ªan puesto en marcha las din¨¢micas que han conducido al alto el fuego en condiciones que convierten a Batasuna en garante del mismo; y seguir¨¢ siendo necesaria hasta la disoluci¨®n de ETA.
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