Tributo del pasado
Una pareja de campesinos coru?eses paga a la Iglesia con ma¨ªz y habas
La escena podr¨ªa situarse hace siglos. Unos campesinos entregan en una sede eclesial el producto de la cosecha para pagar el arriendo de sus tierras. Pero sucedi¨® ayer en Santiago, y el grano fue transportado hasta la sede de la Fundaci¨®n del Asilo de San Castor y Santa Adelaida en un cami¨®n. La situaci¨®n obedece a una protesta singular ante la pervivencia de una servidumbre ancestral.
La familia de Jos¨¦ Lamas Cabo, de 89 a?os, y su mujer, Carmen Barca, trabaj¨® unas tierras propiedad de la Iglesia en el lugar de Novais (Portomouro-Val do Dubra, a 20 kil¨®metros de la capital gallega) desde finales del siglo XIX. El actual contrato de arrendamiento, fechado en 1927, establec¨ªa que los caseiros (aparceros) entregar¨ªan anualmente 100 ferrados (una medida de capacidad y tambi¨¦n de la superficie agraria necesaria para producir esa cantidad) de ma¨ªz desgranado y cuatro de habichuelas, m¨¢s o menos 1.600 y 72 kilos, respectivamente, as¨ª como 62 pesetas "para que la familia pueda cuidar su propio ganado". Los receptores eran las monjas del asilo que la Fundaci¨®n ten¨ªa en un lugar pr¨®ximo, Cernadas de Castro.
Los 'caseiros' dan 100 ferrados de ma¨ªz y cuatro de habichuelas por el arrendamiento de tierras
La familia Lamas cumpli¨® la obligaci¨®n hasta que, hace a?os, las monjas abandonaron el asilo, que actualmente es la sede compostelana de Proyecto Hombre. En 2003 la Fundaci¨®n renov¨® los estatutos y pas¨® a tener como patronos al arzobispo, al rector de la Universidad y al alcalde de Santiago. Reclam¨® el pago de m¨¢s de 10 a?os de deuda e incluso inici¨® un pleito de desahucio, que retir¨® el pasado septiembre para intentar una soluci¨®n negociada. Seg¨²n la abogada de los arrendatarios, Mar¨ªa Jes¨²s Garc¨ªa Arias, no hubo acuerdo porque "para que dejaran las tierras les ofrec¨ªan unas casas que est¨¢n en la ruina". En consecuencia, la reclamaci¨®n de la deuda sigui¨® su curso. "Deb¨ªan 10 a?os, pero s¨®lo les pudimos reclamar cinco", seg¨²n fuentes pr¨®ximas a la Fundaci¨®n.
La parte ancestral del asunto es el tipo de relaci¨®n contractual de los Lamas con los propietarios de la tierra. Hasta hace una docena de a?os eran relativamente frecuentes los casos de dram¨¢ticos desalojos judiciales forzosos de gente que llevaba un par de siglos trabajando tierras ajenas. En 1993 el Parlamento gallego vot¨® por unanimidad una ley que posibilitaba la compra de los arrendamientos hist¨®ricos (anteriores a 1942) por el valor medio entre el de mercado y el catastral, y abr¨ªa una l¨ªnea de ayudas p¨²blicas. Seg¨²n la Consejer¨ªa de Medio Rural, el a?o pasado hubo 243 peticiones de esas ayudas. El sindicato Uni¨®ns Agrarias calcula que quedan algo m¨¢s de 800 arrendatarios en esa situaci¨®n.
El conflicto de los Lamas se escenific¨® ayer a las seis de la tarde, cuando un cami¨®n de una empresa de piensos estacion¨® ante la verja del antiguo asilo de Cernadas de Castro cargado con ocho toneladas de ma¨ªz y 320 kilos de habichuelas blancas. Previamente, los arrendatarios hab¨ªan ingresado 3,76 euros en la cuenta de la instituci¨®n para hacer frente al pago en met¨¢lico. En la puerta, un responsable de la Fundaci¨®n entreg¨® un comunicado en el que recordaba que Proyecto Hombre es una instituci¨®n ben¨¦fica y consideraba que pagar en especie y no en met¨¢lico "es un peque?o show". Jos¨¦ Lamas Barca, hijo de los caseiros, calcul¨® el valor de lo entregado en unos 2.000 euros, y asegur¨® que siempre lo hab¨ªan pagado as¨ª. Ni el grano ni las legumbres hab¨ªan sido cosechados por los octogenarios caseiros, obviamente. Fueron adquiridos en un almac¨¦n ("las fabas cost¨® trabaj¨® conseguirlas", confes¨® el transportista) y tampoco se procedi¨®, como probablemente era costumbre, al pesaje del pago del arriendo. Bastaron los tiques de compra.
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