Un libro recuerda la hospitalidad que M¨¦xico brind¨® a los artistas espa?oles exiliados

Cerca de 50 semblanzas de artistas espa?oles en el exilio, as¨ª como otras 14 biograf¨ªas de cr¨ªticos y varias revistas y antolog¨ªas de textos, conforman el libro Exilio y creaci¨®n. Los artistas y los cr¨ªticos espa?oles en M¨¦xico, publicado por los profesores granadinos Ignacio Henares y Rafael L¨®pez Guzm¨¢n; y por las mexicanas Mar¨ªa Teresa Su¨¢rez Molina y Mar¨ªa Guadalupe Tolosa S¨¢nchez. El volumen, que ha publicado la Universidad de Granada, consta de m¨¢s de 300 p¨¢ginas que analizan las razones por las que M¨¦xico se convirti¨® en tierra de promisi¨®n para la Espa?a derrotada.

Al pa¨ªs americano, gracias a la comprensi¨®n de su presidente L¨¢zaro C¨¢rdenas, que estuvo en el poder entre 1934 y 1940, llegaron "primero unos cuantos centenares de ni?os, luego un importante grupo de intelectuales espa?oles y, finalmente, una importante masa de espa?oles republicanos". Seg¨²n los autores del libro, las espec¨ªficas condiciones hist¨®ricas del pa¨ªs mexicano tras su revoluci¨®n de 1910 lo convirtieron en uno de los centros de oposici¨®n pol¨ªtica m¨¢s contundentes ante la Guerra Civil espa?ola. "M¨¦xico ofreci¨® un claro y decidido apoyo hacia el gobierno leg¨ªtimo de la Rep¨²blica", subrayan. La actuaci¨®n mexicana no puede valorarse en funci¨®n de los efectos militares, sino por su valor humanitario.

Como se?alan algunos de los textos recopilados en la publicaci¨®n, se pensaba que quienes aceptasen la invitaci¨®n mexicana no tendr¨ªan que sentir que estaban abandonando espiritualmente su pa¨ªs, ya que desde M¨¦xico podr¨ªan escribir y hablar de manera libre y eficaz a favor de la causa espa?ola. Al mismo tiempo, podr¨ªan contribuir a la vida intelectual mexicana dando conferencias, escribiendo o dirigiendo a estudiantes en ocupaciones acad¨¦micas.

Creadores mexicanos

Por muchos de estos motivos, no fueron pocos los artistas espa?oles que decidieron exiliarse para salvar sus vidas en busca de un lugar que los recib¨ªa con los brazos abiertos y en el que podr¨ªan reencontrarse con parte del floreciente mundo cultural que la guerra les hab¨ªa arrebatado. Algunos de esos artistas, de los que el libro presenta completas semblanzas, fueron Aurelio Arteta, Rosa Ballester, Jos¨¦ Baldasano, Ceferino Colinas, Roberto Fern¨¢ndez, Jos¨¦ Frau, Aurelio Garc¨ªa, Elvira Gasc¨®n, Alfredo Just, Mar¨ªa Luisa Mart¨ªn, Marta Palau, Francisco Tortosa o Imanol Ordorika, que forman parte de una amplia lista que presenta la publicaci¨®n.

Esta iniciativa de convertir a M¨¦xico en refugio de los intelectuales exiliados espa?oles cont¨® con el apoyo de artistas y creadores del pa¨ªs como Alfonso Reyes, Daniel Coss¨ªo, Genaro Estrada, Manuel Mart¨ªnez o Eduardo Villase?or. De hecho, la estancia y financiaci¨®n de la Casa de Espa?a fue concebida como un paso intermedio hasta que los exiliados fueran contratados por universidades o encontraran medios de subsistencia independientes en M¨¦xico.

Sin embargo, ante la llegada masiva de espa?oles, la Casa de Espa?a encontr¨® diversos problemas econ¨®micos y espaciales que fueron solucionados por varios centros universitarios que se implicaron en el proyecto contratando e invitando a participar en sus jornadas acad¨¦micas a muchos de los cualificados espa?oles que se hab¨ªan visto obligados a abandonar su pa¨ªs.

En opini¨®n de los autores del libro, la creaci¨®n de la Casa de Espa?a "signific¨® una gran responsabilidad, ya que se trataba de poner a prueba en Am¨¦rica la val¨ªa de lo que D¨¢maso Alonso hab¨ªa llegado a llamar en Espa?a una segunda edad de oro. Y esto, en un tiempo en el que preocupaba seriamente el naufragio de Occidente". Por este motivo, "los hu¨¦spedes de la Casa de Espa?a ten¨ªan que trabajar, y mucho. Trabajar, adem¨¢s, en paz; olvidar, o por lo menos poner entre par¨¦ntesis el mundo enloquecido del que se les rescataba".

En el segundo cap¨ªtulo del libro, los investigadores analizan la importancia de las revistas en el exilio. "Una vez instalados en M¨¦xico, los espa?oles fueron creando publicaciones muy variadas que constituyeron puntos de encuentro y reflexi¨®n". En l¨ªneas generales, en las revistas de la ¨¦poca predomina el ensayo como una forma privilegiada de acercarse a cada uno de los temas. En un sentido amplio, "sus autores buscaban explicarse la realidad espa?ola, sobre todo en sus aspectos pol¨ªticos e hist¨®ricos, y por otro lado, reavivar y promover el movimiento cultural interrumpido por la Guerra Civil".