La insoportable levedad de la pol¨ªtica
Todas las encuestas que el PSOE, el PP, empresas interesadas y medios de comunicaci¨®n hacen en la Comunidad arrojan un mismo balance. El PP ganar¨ªa hoy las elecciones auton¨®micas con una ajustada mayor¨ªa absoluta, aunque el PSPV-PSOE crecer¨ªa entre dos y tres puntos a costa de los actuales gobernantes. Lo de Esquerra Unida y el Bloc todav¨ªa es, hoy por hoy, una entelequia so?ada desde los tiempos en los que el PSPV solo era PSV. Lo de la unidad de acci¨®n para el sorpasso es solo una ¨®pera.
La clave, pues, est¨¢ en c¨®mo queda el reparto de ese tramo central que hay entre el PP y el PSOE y que en las ¨²ltimas tres elecciones auton¨®micas les ha dado la victoria a unos o a otros. Sobre una participaci¨®n electoral que no alcance el 70 por ciento, ?qui¨¦n se lleva los cinco puntos hacia un lado o hacia el otro? Ahora el PSOE tira hasta un dos-tres por ciento, pero el PP no afloja el resto. Incluso puede recuperar a su favor esos puntos y ganar por mayor¨ªa desahogada. Se trata del reparto de unos cuantos miles de votos de la foto fija que elecci¨®n tras elecci¨®n se reparten los dos partidos, siempre entre el 83 al 84 por ciento de los votos totales.
La clave, pues, cual verdad de Perogrullo, est¨¢ en los votos centrales, que no necesariamente pertenecen a los centristas. Ah¨ª est¨¢ la mayor¨ªa absoluta. En los votos del ¨²ltimo momento, en los que pasan de odiar a querer a unos o de querer a despreciar a otros. Deciden en el ¨²ltimo momento por la influencia cualquier elemento ajeno a la cuesti¨®n electoral, generado de forma natural o artificialmente.
?C¨®mo captar ese voto tan decisorio? Esa ser¨ªa la pregunta que se har¨ªan los presidentes de la Coca-Cola o de la Pepsi-Cola? ?C¨®mo conseguir ese cliente tan escurridizo? Aparentemente la t¨¦cnica electoral utilizada por los dos partidos es muy v¨¢lida. Primero hay que esforzarse por mantener las lealtades de los decididos, para luego caer sobre los indecisos, incr¨¦dulos o dubitativos. Y ante esos ciudadanos se cae con persuasi¨®n, con ilusi¨®n. Primer tiempo: pol¨ªtica, proyecto pol¨ªtico. Segundo tiempo: un ?P¨¢salo! bien montado.
Lo malo es cuando los participantes confunden los dos tiempos y todo lo meten en uno. El PP puede excederse ahora obsesionado por hacer gestos a los votantes a su derecha por si Eduardo Zaplana acaba por bendecir a Garc¨ªa Sentandreu. Eso son s¨ªmbolos, no proyecto. Cosa del segundo tiempo. Y el PSOE de Joan Ignasi Pla, Isabel Escudero, Etelvina, Calles y Pepe Blanco (el camarote de los Hermanos Marx) solo quiere aislarse con los suyos para persuadirlos mil veces. Les encanta la soledad acompa?ados por ellos mismos. ?Ustedes han visto la cara de palo que pone un socialista en un partido de f¨²tbol, en una foguera o en una asamblea de comerciantes, cuando no est¨¢ rodeado de su guardia pretoriana? Mezclarse con la gente les supone un esfuerzo sobrehumano. Es el esfuerzo por reconocer c¨®mo es la sociedad que quieren cambiar. Ya que a Pla le gusta Max Aub deber¨ªa leer La Gallina Ciega, del que ha escrito mucho Juan Mar¨ªa Calles, su candidato a la alcald¨ªa de Castell¨®n.
Curiosa situaci¨®n. Los dos partidos deben saber c¨®mo intentar ganar y ninguno de los dos se plantea romper con la tradici¨®n funcionarial de alimentar la hoguera de las vanidades. Es la insoportable levedad de la pol¨ªtica valenciana. Que no lo haga el PP tiene un punto de explicaci¨®n: gozan de la ventaja de salir como caballo ganador. Pero lo del PSPV-PSOE no tiene explicaci¨®n. Antes rojos que ganar las elecciones.
Aunque de todo hay en la casa del se?or. Porque uno se queda bocabadat cuando oye a la secretaria general del PP, Adela Pedrosa, calificando la uni¨®n de EU y Bloc como un "desprop¨®sito". Menos m¨¢s que Camps ha estado atento a la jugada y ha ido directo al n¨²cleo de la cuesti¨®n: Ojo valencianos, que llega el tripartito.
www.jesusmontesinos.es
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