Alemania por fin se mueve
La selecci¨®n anfitriona golea a Costa Rica y da s¨ªntomas de haberse despojado de su tradicional racaner¨ªa
Algo se mueve en Alemania y tiene que ver con Klinsmann, su criticado entrenador. Si es por lo que se vio en el fastuoso estadio de M¨²nich, Klinsmann merece un monumento. M¨¢s de dos d¨¦cadas de racaner¨ªa comienzan a quedar atr¨¢s, con dificultades, con defectos graves, pero con la vocaci¨®n de sacar al equipo del pasado. Jug¨® con Costa Rica, que no es una potencia precisamente, y sufri¨® para imponerse. Son datos relevantes, tanto como la incompetencia del lateral Friedrich, jugador que representa exactamente lo peor del reciente f¨²tbol alem¨¢n: el exceso de defensas junto al portero, la dominante figura del l¨ªbero y la carencia de clase. Friedrich estuvo a punto de tirar el partido a la basura porque todav¨ªa no se ha enterado de lo que sucede a su alrededor. Alemania ya no juega con l¨ªbero, ni se agolpa en su ¨¢rea para defender, ni se protege con dos medios matraca. Pero Friedich no lo sabe. Dos veces se descolg¨® de la l¨ªnea defensiva, sin medir, sin mirar hacia su izquierda, sin achicar, errores inauditos en un jugador de primer nivel. Dos veces, por lo tanto, permiti¨® que Wanchope se aprovechara de sus errores ante el estupor de la hinchada alemana, que se temi¨® lo peor. Pero no hubo sorpresa. Venci¨® Alemania con justicia y con algunas noticias novedosas.
ALEMANIA 4 - COSTA RICA 2
ALEMANIA 4 - COSTA RICA 2
El f¨²tbol alem¨¢n se hab¨ªa convertido en una parodia. Los buenos resultados transformaron el juego hasta el clich¨¦: jugadores toscos, grandes, pasados de kilos, inh¨¢biles y con el deseo evidente de imponer su pesada carrocer¨ªa. Cada t¨ªtulo era un paso atr¨¢s. Literalmente. El l¨ªbero se acercaba cada vez m¨¢s a su portero, el n¨²mero de defensas crec¨ªa torneo a torneo, la habilidad era sustituida por la embestida, la t¨¦cnica dejaba el sitio a la potencia sin control y una penosa simplificaci¨®n coronaba el estilo. Lo normal era el pelotazo al delantero centro, un se?or muy alto y muy grande que combat¨ªa a cabezazos contra los defensas. Luego hab¨ªa un rechace, un error, un cabezazo y el partido se liquidaba con una victoria. As¨ª desde que el modelo del Bayern se impuso al del Borussia Moenchenglabach en los a?os setenta, desde que Beckenbauer se refugi¨® en la defensa y todos sus equipos se replegaron 20 metros, as¨ª desde que los alemanes comenzaron a despreciar su tradici¨®n de grandes jugadores. Cambiar ese modelo no es cosa sencilla, y menos en un pa¨ªs que puede alardear de m¨¢s ¨¦xitos que nadie en los ¨²ltimos 30 a?os. Pero la evidencia resultaba clamorosa. Alemania no pod¨ªa proseguir su camino hacia la nada.
Si se confirman los apuntes que ofreci¨® ante Costa Rica, la selecci¨®n alemana ha elegido la v¨ªa correcta. Klinsmann puede ser un incomprendido en estos momentos. Sus decisiones afectan al centro neur¨¢lgico del f¨²tbol de su pa¨ªs. Klinsmann no s¨®lo ha elegido un nuevo modelo, sino que cuestiona la l¨ªnea marcada por el poder: Beckenbauer, el Bayern, todos aquellos que han mantenido la f¨¦rrea estructura de un f¨²tbol que ya no serv¨ªa de referencia. En 1990, en el apogeo de su eficaz fealdad, Alemania gan¨® el Mundial con s¨®lo un jugador perteneciente a la Bundesliga. Era Illgner, el portero del Colonia. En este Mundial, s¨®lo un futbolista ha jugado durante temporada en un equipo extranjero. Es Lehman, portero del Arsenal. Hace tiempo que a los equipos italianos, ingleses y espa?oles no les apetece fichar jugadores alemanes. Ser¨¢ un desd¨¦n temporal porque en esta selecci¨®n hay algunos chicos que apuntan maneras.
El equipo es joven y no ha perdido el combativo esp¨ªritu que ha caracterizado a los alemanes. Pero ahora juega en el campo del rival, con una defensa muy adelantada, un solo medio estrictamente defensivo -Torsten Frings- y la voluntad de alcanzar el ¨¢rea con muchos jugadores y sin las simplezas anteriores. Costa Rica resisti¨® hasta donde pudo el acoso, sin demasiado ¨¦xito. Le faltaba presencia f¨ªsica y le sobraban defectos. Gilberto Mart¨ªnez, el lateral derecho, no sali¨® de su estado de p¨¢nico en todo el partido. Los dem¨¢s actuaron con el m¨¢ximo esfuerzo y con la astucia para buscar la principal debilidad alemana: la lentitud de sus gigantescos centrales, multiplicado por los descabellados errores de su lateral Friedich. Los dos goles de Wanchope no lograron disimular la realidad. Sin Ballack, su jugador bandera, Alemania domin¨® el encuentro de punta a punta, con la activa presencia de Lahm, autor de un gol sensacional, y de sus jugadores de ataque. Algunos tienen visibles limitaciones, como Klose, un cabeceador que se enreda con los pies. Pero hace goles. Sobre todo en los Mundiales. Marc¨® dos a Costa Rica y ser¨¢ dif¨ªcil discutirle el puesto. Podolski es otra cosa. Se da un aire a Rooney, con un cuerpo aparentemente tosco. Luego sorprende con su zurda poderosa, con su inteligencia para progresar por la banda izquierda y con recursos t¨¦cnicos que no est¨¢n al alcance de Klose. Por la derecha, el veterano Schneider tampoco es un esteta. Ofrece cantidad con alguna calidad. Se ha adaptado a los nuevos tiempos. Parece que vienen buenos. Klinsmann tendr¨¢ que retocar los defectos, pero Alemania est¨¢ en marcha. Por fin camina hacia delante.
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