La izquierda italiana votar¨¢ contra la reforma federal defendida por Berlusconi
La coalici¨®n de Prodi se juega su autoridad en el refer¨¦ndum para modif¨ªcar la Constituci¨®n
El primer ministro de Italia, Romano Prodi, a¨²n no ha vencido del todo. El refer¨¦ndum sobre la reforma constitucional se ha convertido en la ¨²ltima trinchera berlusconiana, y Prodi se juega su autoridad en la votaci¨®n del 25 y el 26 de junio. El Gobierno del centro-izquierda se movilizar¨¢ en bloque para que venza el no al federalismo, mientras el l¨ªder de Forza Italia, Silvio Berlusconi, se aferra al s¨ª con todas sus fuerzas. La reforma, elaborada por Il Cavaliere para satisfacer a sus aliados de la Liga Norte, modifica casi un tercio de la Constituci¨®n.
Los dos l¨ªderes, Romano Prodi y Silvio Berlusconi, han elegido el refer¨¦ndum como campo de batalla para su enfrentamiento definitivo, tras unas elecciones decantadas hacia la izquierda por s¨®lo un pu?ado de votos e insatisfactorias para ambos. En ambas coaliciones abunda la gente dispuesta a alcanzar un compromiso y la semana pasada hubo contactos informales entre Massimo d'Alema, presidente de los Dem¨®cratas de Izquierda, ministro de Exteriores y hombre fuerte del Gobierno, y Giulio Tremonti, ex ministro de Econom¨ªa y mano derecha de Berlusconi en las faenas de oposici¨®n. Ni Il Professore ni Il Cavaliere han aceptado, sin embargo, componendas previas. Despu¨¦s del refer¨¦ndum se negociar¨¢, eso est¨¢ claro. Pero antes uno de los dos tendr¨¢ que sufrir una derrota dolorosa.
La reforma viene de lejos. El centroizquierda ya cambi¨® en 2001 algunos art¨ªculos de la Constituci¨®n para dotar de poderes adicionales a las regiones y a los municipios, y Massimo d'Alema y el propio Berlusconi pactaron, hace casi una d¨¦cada, reforzar la figura del presidente del Gobierno, tradicionalmente condenada a sufrir los humores del Parlamento (se puede derribar un Gobierno sin que exista otro alternativo) y a funcionar con escasa autonom¨ªa (para sustituir a unos cuantos ministros tiene que dimitir el Gobierno en bloque). A ese impulso para modernizar las estructuras institucionales se sumaron, tras la victoria de Berlusconi en 2001, las exigencias de la Liga Norte. El partido regionalista de Umberto Bossi exigi¨®, como precio para respaldar a Berlusconi, un Estado federal de nueva planta.
Con esas premisas, y con las reticencias de los otros socios del centroderecha, Alianza Nacional y Uni¨®n Democristiana de Centro, fue construy¨¦ndose un paquete cada vez m¨¢s complicado. Al reforzamiento del presidente del Gobierno y a la descentralizaci¨®n se a?adieron las propuestas de la Liga, que inclu¨ªan la plena autonom¨ªa regional en materia de sanidad, turismo, energ¨ªa y promoci¨®n exterior. La anterior mayor¨ªa del centroderecha tambi¨¦n aprob¨® que cada regi¨®n pudiera establecer sus propios sistemas electorales, para mayor confusi¨®n institucional. Y a fuerza de pactos, compromisos y retoques, convirti¨® el Senado en una c¨¢mara inmanejable a juicio de casi todos los juristas. La reforma nunca ha sido popular en el sur, donde se teme que s¨®lo favorezca a sus promotores nordistas.
El impulsor ideol¨®gico del paquete, Umberto Bossi, sufri¨® hace dos a?os una embolia que le dificult¨® la palabra, pero no merm¨® su astucia. Por un lado, estos d¨ªas inflama a sus bases secesionistas y asegura que una victoria del s¨ª en las regiones del norte pr¨®spero (una posibilidad bastante fundada) permitir¨ªa a ¨¦stas "sostener sus propios derechos ante la ONU". Por otro lado, Bossi mantiene contactos con la izquierda y se declara disponible a un di¨¢logo despu¨¦s del refer¨¦ndum, para salvar algunos aspectos de la reforma en caso de que venza el no.
Berlusconi no quiere ni o¨ªr hablar de estrategias pactistas. El ex presidente del Gobierno alza la bandera de la oposici¨®n frontal y ha convertido los 475 comit¨¦s electorales de Forza Italia en comit¨¦s por el s¨ª, con la ambici¨®n de asestar un golpe fat¨ªdico a Prodi.
El nuevo presidente del Gobierno, a su vez, tampoco ha intentado esquivar el choque. Romano Prodi reuni¨® el lunes a sus ministros y subsecretarios y les impuso como "exigencia primaria" que lucharan por el no con todos los recursos a su alcance.
Los sondeos predicen que vencer¨¢ el no, aunque tambi¨¦n predec¨ªan una amplia victoria de Prodi en las elecciones generales. Un resultado dividido, con mayor¨ªa de s¨ªes en el norte y de noes en el sur, recrudecer¨ªa el viejo conflicto entre las dos mitades de Italia.
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