El cambio clim¨¢tico abre el ?rtico
La ciudad noruega de Hammerfest, frontera de la nueva fiebre del oro negro y de la apertura de rutas marinas
Magne Olsen es un tipo duro. Rapado, metro noventa, camiseta negra y un abrebotellas en el cinto. Impone respeto. Tiene que ser as¨ª porque atiende el Kai Kanteen, el antro m¨¢s popular de Hammerfest (Noruega), que presume con raz¨®n de ser "la ciudad m¨¢s cercana al Polo Norte". "Antes, aqu¨ª no hab¨ªa nada que hacer. Imag¨ªnese, 20 grados bajo cero en invierno, dos meses de oscuridad total y poco trabajo, tan s¨®lo algo de pesca. Era un asco. La gente se iba; pero ahora, ya ve, a este rinc¨®n llega gente de todo el mundo", explica mientras termina de tirar una pinta de Mack, "la cerveza del ?rtico".
El Polo Norte siente ya con fuerza el imparable calentamiento del planeta, una terrible amenaza a la supervivencia de la especie humana de la que ella misma es ¨²nica responsable. El deshielo se ha acelerado a ritmo vertiginoso. Desde 1979 ha perdido un 20% de su superficie helada. Tan s¨®lo en el ¨²ltimo a?o, una extensi¨®n equivalente a la mitad de Espa?a. Y las previsiones son pavorosas: los cient¨ªficos calculan que antes de 2070 no quedar¨¢ ya hielo en verano, lo que permitir¨¢ abrir nuevas rutas mar¨ªtimas y explotar fabulosos yacimientos de gas y petr¨®leo. Aunque para la humanidad en su conjunto el calentamiento global es una tragedia de enormes proporciones, Hammerfest es el ejemplo perfecto de que incluso las tragedias pueden tener un lado positivo.
El curso del deshielo se acelera a ritmo vertiginoso. Desde 1979, el ?rtico ha perdido el 20% de su superficie helada. En el ¨²ltimo a?o, el equivalente a la mitad de Espa?a
Una regasificadora enorme situada en una isla permitir¨¢ abrir un nuevo yacimiento de gas en el mar de Barents, hasta ahora inaccesible a la perforaci¨®n
"En el fin de semana, esto es el oeste. En Oslo hay ocho peleas por cada 1.000 habitantes; aqu¨ª, 15", dice un camarero del Kai Kanteen
La poblaci¨®n aumenta, la construcci¨®n se dispara y las casas se venden sobre plano. Algo habitual en Espa?a, pero no en el C¨ªrculo Polar ?rtico
Hammerfest, gracias a la corriente del Golfo, fue tradicionalmente la puerta de entrada al ?rtico para exploradores y cient¨ªficos
Iberdrola ha comprado 1.600 millones de metros c¨²bicos de gas al a?o, que se extraer¨¢n a 250 metros de profundidad y se licuar¨¢n a 160? bajo cero
El deshielo abrir¨¢ rutas mar¨ªtimas y potenciar¨¢ disputas entre pa¨ªses por aguas que hasta hace poco apenas importaban
Al otro lado de la barra que custodia Olsen hay 26 hombres y tres mujeres. Ellos beben cerveza sin parar y hablan en distintos idiomas. Los que se repantigan en el sof¨¢ de piel junto a la barra hablan en ruso; los del billar, en polaco; otros, en fin¨¦s. Todos siguen con la mirada a las chicas cuando cruzan camino del servicio. Patrick, un gigant¨®n con la cabeza rapada y una barba hasta el estern¨®n, procedente de Canad¨¢, habla con Hans, el ¨²nico noruego, en un ingl¨¦s casi ininteligible. Demasiada cerveza, Patrick. Muchos de ellos llevan al cuello una placa con su foto, su nombre y una palabra que se repite: Melkoya.
Melkoya (que significa "la isla de la leche") es la explicaci¨®n de que Hammerfest sea hoy lo m¨¢s parecido que hay en el mundo a un pueblo minero del Salvaje Oeste. Melkoya es una regasificadora enorme situada en una isla en el fiordo que ba?a la ciudad. Melkoya permitir¨¢ abrir un nuevo yacimiento de gas natural en el mar de Barents, hasta ahora virgen e inaccesible a las perforaciones.
Olsen sorbe su cerveza y prosigue: "Tanta gente es buena para el negocio y para el pueblo. Las casas han doblado su precio y los j¨®venes se quedan". De repente alza la vista: "Perdone, pero tengo trabajo". Y sale disparado de la barra a por dos j¨®venes rusos que se est¨¢n zurrando de lo lindo y que un segundo antes charlaban animadamente. Olsen los agarra y les saca fuera del bar sin esfuerzo aparente. En la plaza, junto a la estatua al oso polar, sigue la pelea. Uno lanza una patada, pero s¨®lo le da al aire; cae al suelo y el otro se le sienta encima y le zumba con los dos pu?os. Sus amigos, con los ojos vidriosos, los miran fumando y riendo. Al final, los dos camorristas se separan y encienden un pitillo. No ha pasado nada. ?Les suena esta pel¨ªcula?
Atardecer perpetuo
Son las dos de la madrugada, pero el sol ilumina Hammerfest, sus casas de colorines de dos plantas con el tejado a dos aguas. El sol de medianoche, que no abandona ni un momento el cielo y que crea un atardecer perpetuo, se refleja en el fiordo.
Olsen vuelve a la barra, tira otra Mack y prosigue: "Y eso que hoy no es fin de semana. Entonces, esto es el Oeste. En Oslo hay ocho peleas por cada 1.000 habitantes; aqu¨ª, 15". Entre semana, Olsen sirve 200 cervezas cada noche. Un s¨¢bado, 400. Esos d¨ªas la caja alcanza los 1.200 euros.
Patrick, de 34 a?os y que ha recorrido medio mundo levantando andamios hasta el infinito en plantas de gas y petr¨®leo, lo entiende: "Son muchos hombres trabajando 12 horas al d¨ªa y cuando salen s¨®lo tienen este bar. Es normal que haya peleas. No hay nada m¨¢s que hacer". Suena el Rock hallelujah, el ¨¦xito de Eurovisi¨®n de Lordi, y los finlandeses rugen.
En la calle hay tres afganos: Jalil, Hassan y Al¨ª. Aparte de sus rasgos, la cara escondida en el abrigo y las manos en los bolsillos delatan que vienen del sur. "Llegamos hace dos a?os a Noruega. Preguntamos d¨®nde hab¨ªa trabajo y nos mandaron aqu¨ª", explica Jalil, de 23 a?os. "Este pueblo es una mierda. No hay nada que hacer, pero ya no podemos ir m¨¢s al norte. Trabajamos de limpiadores ocho horas diarias en Melkoya, y luego salimos a comer y beber, como animales. No hay chicas, s¨®lo un billar. En invierno hay varios metros de nieve". Los trabajadores no hablan de Melkoya, sino de Melcotraz, en honor de la antigua prisi¨®n-isla de la bah¨ªa de San Francisco.
Puerta del ?rtico
Alf Jakobsen, el alcalde de Hammerfest, quita importancia a la bronca: "S¨ª, seguro que en el bar hay ahora mismo gente bebiendo, pero, en general, los trabajadores de Melkoya son buenos vecinos, gente sana". Jakobsen, socialdem¨®crata de 55 a?os, funcionario de profesi¨®n como 900 de los 9.000 habitantes, se para junto al muelle: "Antes aqu¨ª hab¨ªa decenas de barcos de pesca. Hoy quedan tres. En aquellas plantas, Findus empleaba a 1.000 personas; ahora trabajan 100. Nuestro futuro es el gas y el petr¨®leo".
El pueblo perdi¨® 1.049 habitantes entre 1990 y 2001; pero, desde que en 2002 comenz¨® la construcci¨®n de Melkoya, han llegado 500 personas, sin contar con los 2.700 trabajadores que erigen la planta. Jakobsen explica que Hammerfest llegar¨¢ a los 12.000 habitantes en 10 a?os y hasta 20.000 m¨¢s adelante. Obreros de todo el norte de Europa levantan 200 casas al a?o que se venden sobre plano, algo habitual en la costa espa?ola, pero no en el C¨ªrculo Polar ?rtico. Markku Palmu, por ejemplo, lleg¨® desde Finlandia con su cuadrilla "para ense?arles a los noruegos a hacer casas de madera como Dios manda".
Jakobsen se pasea por la calle con una camisa y una chaqueta. Es un d¨ªa de mayo soleado, un d¨ªa ¨²nico en la zona, aunque el viento del Polo amenaza con rasgar las orejas del visitante: "All¨ª", se?ala hacia el fiordo que da al mar de Barents, donde el agua est¨¢ a tres grados, "hay petr¨®leo y gas. Mucho. Dicen que con el deshielo ser¨¢ m¨¢s accesible. Si esto es el cambio clim¨¢tico, bienvenido sea. Statoil paga al Ayuntamiento 12 millones de euros al a?o, y con eso podemos hacer escuelas, residencias para ancianos, etc¨¦tera. Nos gusta el Estado de bienestar".
Hammerfest fue tradicionalmente la puerta de entrada al ?rtico. En el siglo XIX y principios del XX lo fue para los exploradores que buscaban nuevas rutas marinas y para estudios cient¨ªficos. Hasta los a?os sesenta, los cazadores part¨ªan de este punto para capturar osos polares y venderlos a los circos europeos, como recuerdan las fotos de la Sociedad del Oso Polar, en el puerto. La raz¨®n es que la corriente del Golfo hace que la costa noruega tenga un clima menos fr¨ªo que Groenlandia, Canad¨¢, Alaska o Rusia. La corriente, que cruza el Atl¨¢ntico desde el golfo de M¨¦xico, es la misma que permite que Lisboa sea m¨¢s c¨¢lida que Nueva York aunque est¨¦n a la misma latitud. Los nazis tomaron la ciudad, y, cuando los ingleses la reconquistaron, las tropas alemanas la redujeron a cenizas.
Hoy quien manda es Statoil, la empresa p¨²blica noruega de hidrocarburos. A Severre Kojedal, su relaciones p¨²blicas, le chispean los ojos cuando habla de los proyectos en la zona. Statoil -cuyo nombre resume el lema de Evo Morales, petr¨®leo estatal- recibi¨® permiso del Parlamento para perforar el mar de Barents en 2002. Hasta entonces, Noruega se hab¨ªa conformado con el mar del Norte, pero ya tocaba seguir hacia el Polo. El Gobierno noruego anunci¨® el jueves que la producci¨®n de petr¨®leo en el Mar del Norte ha bajado un 18% en el ¨²ltimo a?o. La empresa decidi¨® trabajar en el yacimiento conocido como Snohvit (Blancanieves), identificado en 1984. "Entonces no exist¨ªa la tecnolog¨ªa necesaria y no era rentable, pero hoy Snohvit es un gran negocio", explica. Se trata de la primera planta de gas licuado de Europa y la que est¨¢ m¨¢s cerca del Polo.
La empresa, junto a Total y Gaz de France, ha invertido 7.512 millones de euros en el monstruo. A partir de 2007, tres pozos a m¨¢s de 250 metros de profundidad y situados a 130 kil¨®metros de Hammerfest extraer¨¢n el gas natural y, mediante un gasoducto submarino, lo llevar¨¢n a Melkoya, donde ser¨¢ licuado a 163 grados bajo cero para reducir su volumen 600 veces y enviarlo en barcos especiales a Estados Unidos y a Espa?a. Iberdrola ha comprado 1.600 millones de metros c¨²bicos de gas al a?o, que recibir¨¢ en Bilbao y Huelva, seg¨²n Statoil. La planta operar¨¢ durante 20 a?os, y, con el precio del gas por las nubes (en los mercados internacionales est¨¢ ligado al del petr¨®leo), Statoil espera ingresar m¨¢s de 50.000 millones de euros. La previsi¨®n de ingresos se ha doblado desde que se inici¨® la construcci¨®n de la planta.
Kojedal, de bigote casi albino y porte de atleta, se cala el casco y las gafas de protecci¨®n, el pantal¨®n reflectante y el abrigo naranja obligatorio y hace de gu¨ªa por Melkoya. Donde se ve un enorme armaz¨®n de cemento y hierros, ¨¦l ve la torre donde se enfriar¨¢ el gas. Donde hay un amasijo de cables y tubos, ¨¦l ve un gasoducto que llega desde el Polo. Gran parte de la planta se ha construido en bloques fuera de Noruega para evitar los rigores del invierno. Las partes gigantescas construidas en Alemania, Francia, C¨¢diz o Ferrol fueron transportadas en barco durante el verano y ensambladas como un mecano descomunal en Hammerfest. "En el yacimiento, de donde sacamos el gas, no habr¨¢ nada a la vista. Todo ser¨¢ autom¨¢tico y submarino. Los ecologistas han criticado el proyecto, pero lo hemos hecho con todas las medidas de respeto al medio ambiente".
Statoil es la m¨¢s avanzada, pero no la ¨²nica. La italiana ENI va a perforar en busca de petr¨®leo frente a Hammerfest en el yacimiento conocido como Goliat; los rusos abrir¨¢n Stockman, una bolsa gigante de gas frente a Siberia, mientras que Rusia y Noruega se disputan las aguas territoriales fronterizas y sus reservas.
"Todo el mundo mira al norte", resume Kojedal. Hay razones: que al subir el precio del petr¨®leo es rentable perforar donde hasta ahora era impensable; que la zona es pol¨ªticamente estable y, por tanto, atractiva -no es lo mismo depender de Noruega que de Ir¨¢n-; que un informe del servicio geol¨®gico de Estados Unidos calcula que un 25% del gas y el petr¨®leo por descubrir en el mundo est¨¢ en el ?rtico, y que las petroleras s¨ª que se creen que el calentamiento global del planeta fundir¨¢ el ?rtico y facilitar¨¢ sus prospecciones.
El c¨ªrculo vicioso del gas
Una vez que las plantas de ciclo combinado de Iberdrola en Espa?a quemen el gas de Snohvit, producir¨¢n electricidad para los hogares espa?oles. Pero, adem¨¢s, emitir¨¢n di¨®xido de carbono, CO2, que se acumula en la atm¨®sfera y frena la salida de calor de la Tierra. La concentraci¨®n de esta sustancia en la atm¨®sfera ha variado de forma natural entre 200 y 300 partes por mill¨®n (ppm). Y con el di¨®xido de carbono aumenta la temperatura. Actualmente, la cota est¨¢ en 375 ppm. Las primeras previsiones calcularon que en 2050 la concentraci¨®n llegar¨ªa a las 550 ppm, pero al ritmo actual de consumo de combustibles f¨®siles esa marca terrible puede llegar antes.
El resultado es que el planeta se calienta, y el ?rtico m¨¢s. "El ?rtico es el canario del clima, el que primero nota los cambios", explica Pal Prestrud, director del Centro para la Investigaci¨®n del Clima de Noruega, una fundaci¨®n que se financia con sus estudios. Prestrud, uno de los coordinadores del informe del Consejo ?rtico (el foro donde se re¨²nen los pa¨ªses de la zona) sobre c¨®mo iba a afectar el calentamiento, explica que "la temperatura media en 2005 fue 2,5 grados superior a la normal". Como el hielo en el ?rtico no es uniforme, sino que se forma en invierno y gran parte se pierde en verano, una ligera variaci¨®n en la temperatura afecta a la extensi¨®n del hielo. Una de las explicaciones, seg¨²n Prestrud, es que el ?rtico ha entrado "en una espiral": como aumenta la temperatura, se funde el hielo y deja paso al agua del mar. ?sta es negra y no refleja la radiaci¨®n, como hac¨ªa la nieve; as¨ª que el ?rtico absorbe m¨¢s calor y funde m¨¢s hielo. Adem¨¢s, la corriente del Golfo llega m¨¢s caliente y aumenta el deshielo.
Los sat¨¦lites de la NASA miden peri¨®dicamente la extensi¨®n del hielo desde 1979 y cada a?o ofrecen un nuevo r¨¦cord negativo. En marzo de 2006 hab¨ªa 300.000 kil¨®metros cuadrados menos de hielo que en 2005 (el 60% de la extensi¨®n de Espa?a). La p¨¦rdida de hielo, sostenida desde 1979, se ha acelerado en los ¨²ltimos a?os.
-?Llegar¨¢ el ?rtico a perder todo el hielo en verano?
Prestrud se levanta de la mesa, va a su ordenador y arranca la simulaci¨®n sobre la evoluci¨®n de la capa helada. La mancha que representa el hielo retrocede y se concentra alrededor del Polo al avanzar los a?os. A la vez, el mapa, que era azul, se vuelve rojizo y naranja, simbolizando el aumento de temperatura. En 2070, el verano se queda sin hielo. "?sta es la predicci¨®n de la Universidad de Bergen, de lo mejor que hay. Otros estudios dicen que puede ocurrir antes. El ritmo de deshielo actual supera la peor de las expectativas realizadas a finales de los noventa", explica Prestrud. "Hace un a?o estaba en las islas Svalbard, muy cerca del Polo. Era enero y empez¨® a llover en vez de nevar. Pens¨¦ que era imposible, pero no. Es un fen¨®meno cada vez m¨¢s frecuente".
Las implicaciones del deshielo son enormes para todo el mundo. "Al alterar uno de los sumideros de calor del planeta, el clima de gran parte del mundo podr¨ªa verse afectado", explica por tel¨¦fono Mark Serreze, investigador de la Universidad de Colorado encargado de hacer las mediciones, y que el a?o pasado particip¨® en un estudio sobre el deshielo que public¨® la prestigiosa revista Science. Las mediciones del espesor del hielo realizadas con submarino han registrado reducciones de hasta un 40%.
El deshielo abrir¨¢ nuevas rutas mar¨ªtimas, seg¨²n explica el director ejecutivo del programa de Monitorizaci¨®n del ?rtico, Lars Otto Reiesen. "Las nuevas rutas", a?ade, "permitir¨¢n ahorrar hasta un 40% del tiempo de viaje entre Europa y Asia si se cruza por la costa de Siberia. Depender¨¢ de los seguros que pidan las compa?¨ªas a los barcos porque puede haber problemas con los icebergs, pero estoy seguro de que se usar¨¢n". Actualmente, s¨®lo los rusos, y en verano, se atreven a sacar sus minerales de Siberia por mar. La ruta es navegable 20 d¨ªas al a?o y los cient¨ªficos calculan que en 2080 llegar¨¢ a 80 d¨ªas.
Las enormes posibilidades de una ruta en el ?rtico han suscitado disputas sobre la bandera de aguas territoriales que hasta ahora a nadie importaban. El primer ministro canadiense, Stephen Harper, record¨® nada m¨¢s ser elegido que no renunciar¨ªa a las aguas heladas que considera suyas. El anuncio era importante porque EE UU piensa otro tanto.
Adem¨¢s, si se va el hielo llegar¨¢n las plantas, y con ellas el hombre. "El bosque subir¨¢ y las tierras que hoy son inservibles podr¨¢n ser cultivadas", se?ala Reiesen ante un mapa del ?rtico en su despacho de Oslo. "As¨ª nos gusta ver el mundo, con el Polo Norte en el centro". Los que no podr¨¢n ir m¨¢s al norte ser¨¢n algunas especies de focas y los osos polares. Por eso, la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza ha incluido a los osos polares por primera vez como especie en peligro de extinci¨®n. "No tendr¨¢n hielo, que es su h¨¢bitat natural, as¨ª que lo m¨¢s probable es que desaparezcan o que se mezclen con los osos grizzlies pardos de Alaska". Casualidad o no, el 16 de abril un cazador de EE UU llamado Jim Martell mat¨® en Canad¨¢ al primer h¨ªbrido conocido de oso polar y oso pardo.
El escudo de Hammerfest es un oso polar, pero a nadie le preocupa que puedan desaparecer. La fiebre del oro es demasiado excitante. Hoy es Hammerfest, pero otras ciudades de Rusia, Canad¨¢ o Alaska toman ya posiciones. La nueva carrera por el ?rtico ya est¨¢ en marcha.

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La Ant¨¢rtida, ?un gigante dormido?
LA P?RDIDA DE HIELO en el ?rtico puede tener enormes implicaciones para el clima mundial, aunque no afectar¨¢ al nivel del mar. La idea es simple: al fundir un cubito en un vaso, el agua no se desborda. Aqu¨ª ocurre lo mismo porque el hielo se encuentra flotando y ocupa el mismo volumen que si fuera agua l¨ªquida. Las previsiones de aumento del nivel del mar por el calentameinto responden a otros temores: a que al aumentar la temperatura el agua se expande, ocupa m¨¢s volumen y, por tanto, sube de nivel, o a que se funda el hielo que est¨¢ sobre un continente. En este caso, los cient¨ªficos temen por Groenlandia, que se deshiela a toda velocidad, o a la Ant¨¢rtida, considerada hasta ahora un gigante dormido, pero que, seg¨²n los ¨²ltimos datos, puede estar despertando.
El director del Centro para la Investigaci¨®n del Clima de Noruega, Pal Prestrud, explica que "el calentamiento se ve ya en el ?rtico y no en la Ant¨¢rtida porque el norte est¨¢ m¨¢s cerca de la temperatura de fusi¨®n. El mar atempera y el Polo Norte no es tan fr¨ªo como la Ant¨¢rtida. Adem¨¢s, la Ant¨¢rtida no tiene el problema del ?rtico de que al fundirse el hielo se convierte en nieve que absorbe m¨¢s calor. All¨ª siempre hay hielo que refleja la radiaci¨®n solar". Aunque el efecto es m¨¢s visible en el Polo Norte (en 2005 la temperatura fue 2,5 grados superior a la media hist¨®rica, seg¨²n la NASA), en la Ant¨¢rtida puede haber comenzado el deshielo.
Un estudio por sat¨¦lite descubri¨® en marzo pasado que la ?nt¨¢rtida pierde 152 kil¨®metros c¨²bicos de agua al a?o. Cada kil¨®metro c¨²bico equivale al derogado trasvase del Ebro. Groenlandia, una superficie helada similar a M¨¦xico, ha comenzado tambi¨¦n a verter agua al mar a una velocidad que se ha duplicado en los ¨²ltimos cinco a?os hasta los 150 kil¨®metros c¨²bicos al a?o, seg¨²n otro estudio. Si Groenlandia se fundiera, el mar subir¨ªa siete metros.
Espa?a tambi¨¦n mira al Norte
LOS INTERESES DE ESPA?A en el C¨ªrculo Polar ?rtico han sido hasta ahora escasos. Sin embargo, en los ¨²ltimos a?os, Espa?a tambi¨¦n ha girado la vista al lejano Norte. Iberdrola ha comprado gas de la planta de Snohvit y ACS fabric¨® en C¨¢diz la parte principal de la regasificadora de Hammerfest. La estructura, de 25.000 toneladas, 60 metros de altura, m¨¢s de 200 de largo y una superficie de 8.300 metros cuadrados, fue transportada en barco hasta Noruega.
Adem¨¢s de la energ¨ªa, Noruega tiene pesca. En diciembre, se apres¨® a dos pesqueros gallegos por pescar flet¨¢n azul (una especie protegida) frente a las islas Svalbard, al norte de Hammerfest, en una zona que Espa?a considera que no incumbe a Noruega.
Con estas inversiones y problemas, Espa?a ha pedido entrar en el Consejo ?rtico como observador, seg¨²n Lars-Otto Reiersen, director ejecutivo del programa de seguimiento del ?rtico del Consejo . En ¨¦ste participan los pa¨ªses del ?rtico (Noruega, Finlandia, Suecia, Rusia, Estados Unidos, Canad¨¢ y Dinamarca), los representantes de los pueblos ind¨ªgenas y las organizaciones ecologistas.
Como explica Reiersen, "el ?rtico es cada vez m¨¢s interesante. Adem¨¢s del gas y del petr¨®leo, con el calentamiento la pesca se desplazar¨¢ hacia el norte. Y ya se sabe que si hay bacalao, detr¨¢s aparecen los espa?oles".
El Rey ha visitado Noruega esta semana y all¨ª pidi¨® di¨¢logo para resolver los conflictos sobre la pesca y trat¨® sobre la importancia del gas. La anterior visita se produjo hace 24 a?os.
El pa¨ªs n¨®rdico, que es el s¨¦ptimo productor mundial de petr¨®leo, aporta el 7% del gas que consume Espa?a. El primer ministro noruego, Jens Stolterberg, explic¨® su inter¨¦s por aumentar las exportaciones a Espa?a. Sobran razones para poner un ojo en el Norte.
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