Bendita movida
Pablo P¨¦rez-M¨ªnguez tom¨® unas 20.000 fotograf¨ªas estridentes y provocativas en la explosi¨®n 'cutrelux' de los a?os ochenta en Madrid. Un testimonio ¨²nico que, 25 a?os despu¨¦s, ordena y re¨²ne en un libro que habla de una ¨¦poca en la que se perdi¨® el miedo a lo extraordinario
Abre la puerta, y la vista se va a la medalla del Se?or de los Milagros que cuelga sobre la camiseta ajada con un loro serigrafiado que dice: "Pto. Vallarta". "Todo Vale?", reza un cartel entre la marejada de fotograf¨ªas de la pared. Pablo P¨¦rez-M¨ªnguez -due?o de la puerta, la camiseta y el copyright-, expansivo y de verbo ultraligero, masculla un "s¨ªgueme" y desaparece por la habitaci¨®n del fondo. All¨ª, el televisor emite el v¨ªdeo casero grabado en este mismo escenario una noche de 1982. Almod¨®var, camisa a cuadros, mira a c¨¢mara: "?V¨ªdeo, vete! D¨¦jame en la soledad de mi deterioro". Nadie, ni entonces ni ahora, contiene la risa. Almod¨®var canta las frases de un art¨ªculo de ?Hola! sobre el veraneo de las infantas en Marivent. Bernardo Bonezzi, jovenc¨ªsimo cantante de los Zombies, toca la guitarra. Fanny McNamara simula abrirse la cabeza con un taladro.
" No se d¨®nde acabar¨¢n, me dec¨ªa entonces, pero los retratar¨¦ a todos"
"Quer¨ªa ser fot¨®grafo de estrellas. Y siempre trabaj¨¦ para crearlas"
"En el arte es fundamental el atrevimiento, no temer lo extraordinario"
Pablo P¨¦rez-M¨ªnguez -en adelante, PPM ("pobre, pero m¨ªtico", se mofa a sus 59 a?os)-, camar¨®grafo aquella noche de 1982, no aparta sus ojos de 2006 de la tele. "Ya entonces, todos ¨¦stos renegaban de la movida. Yo, que soy muy de movimientos culturales, ya sosten¨ªa que viv¨ªamos uno de los grandes del siglo XX. 'No s¨¦ d¨®nde acabar¨¢n todos estos juntos', me dec¨ªa, 's¨®lo s¨¦ que los voy a retratar a todos".
Cumpli¨® con creces su prop¨®sito. Re-
partidas entre su casa y su estudio hay unas 20.000 fotos tomadas a principios de los ochenta. Un libro reci¨¦n editado (Mi movida) re¨²ne, 25 a?os despu¨¦s, una selecci¨®n de m¨¢s de 300. Las m¨¢s chillonas, provocativas, cutrelux y delirantes de una ¨¦poca a la que, si su Nikon autom¨¢tica es sincera, cabe aplicar los mismos adjetivos. Im¨¢genes de Almod¨®var con medias de rejilla; ¨ªdolos ca¨ªdos como los Costus, Alaska y otras estrellas de la nueva ola, o la omnipresente Fanny, diva entre las divas, que tiene el r¨¦cord de apariciones con 37 fotograf¨ªas. La mayor parte fueron tomadas en este estudio de paredes abarrotadas de recuerdos. Desde un perrito de porcelana con esposas hasta carteles de conciertos hist¨®ricos. De la m¨¢quina de petacos al fresco que el artista Guillermo P¨¦rez-Villalta pint¨® en una de las habitaciones, en la que se rod¨® Laberinto de pasiones, de Pedro Almod¨®var.
Mucho antes de que la casa de la noble calle Montesquinza fuera tomada por "una legi¨®n de modernas", PPM creci¨® en ella como el tercero de cinco hermanos. A finales de los sesenta, el ni?o bien, que iba para ingeniero agr¨®nomo, torci¨® su senda. "Quer¨ªa ser fot¨®grafo de estrellas, de Sylvie Vartan y Joan Baez", explica como un motivo de su vocaci¨®n. Otro: "Mi padre sacaba la m¨¢quina cuando hab¨ªa celebraciones. Eso hac¨ªa de aquellos momentos algo especial. Entonces, pens¨¦, si siempre tengo una c¨¢mara, siempre ser¨¢ maravilloso. ?Y fue verdad!".
En aquella ¨¦poca conoci¨® a Carlos Serrano, dise?ador del libro. Juntos fundaron en 1971 Nueva Lente, una revista de fotograf¨ªa iconoclasta en el tardofranquismo. A un n¨²mero titulado 'La realidad no existe' le segu¨ªa, al poco, otro que proclamaba 'La realidad existe', sobre una foto al rev¨¦s. Entonces, recuerda Serrano que hab¨ªa un abismo entre la fotograf¨ªa profesional y la art¨ªstica, que s¨®lo ten¨ªa salida en los concursos, donde se premiaban retratos de viejas con corderos. El neorrealismo espa?ol. Ellos animaban a la gente a que enviase sus fotos. "Muchos publicaron por primera vez en Nueva Lente. Desde Fontcuberta hasta Almod¨®var".
La revista cerr¨® al mismo tiempo que la d¨¦cada. "Yo hered¨¦ esta casa a la muerte de mi madre, y empez¨® la movida", resume PPM. Siempre cita a Javier P¨¦rez-Grueso, artista multifac¨¦tico y entonces miembro de Radio Futura, como el tipo que le "llev¨® de la oreja" a conocer un nuevo mundo. "Me limit¨¦ a presentarle a mis amigos", dice P¨¦rez-Grueso, encargado de la direcci¨®n art¨ªstica de muchas im¨¢genes del libro. "Me mud¨¦ a casa de Pablo; los Costus, tambi¨¦n. Y se trajeron una costumbre suya [del piso que la pareja de pintores compart¨ªa en Malasa?a, donde a menudo se fija la g¨¦nesis de la movida]. Recibir mucho en casa. As¨ª acabamos todos all¨ª".
En su estudio, en el Rock-Ola, en la galer¨ªa de Fernando Vijande? Fotograf¨ªas de grupo o los temibles foto-poros, tomados entre febrero y noviembre de 1980, que consist¨ªan en primer¨ªsimos planos del rostro con "flas a quemarropa". Todos los supervivientes de la movida recuerdan a PPM con una c¨¢mara del cuello. Luis Antonio de Villena, autor de uno de los textos del libro y de la novela sobre la movida Madrid ha muerto (que se reedita ahora), era entonces un poeta de 30 a?os, "un voyeur del movimiento". "Sacaba fotos compulsivamente. Por eso puede ofrecer un testimonio de una manera casi continua. Las im¨¢genes de Garc¨ªa Alix [asociado tambi¨¦n a la movida] representan el lado oscuro. Las de Pablo son positivas, mitificadoras de los personajes, ya fuesen m¨²sicos, actores o la masa de modernos an¨®nimos".
A todos ellos los retrataba en chirriante color con esa est¨¦tica propia que mezcla el desparpajo con el optimismo. La "bendita frivolidad". "En el arte es fundamental el atrevimiento", asegura en la penumbra de su estudio. "Ante el miedo que tiene la gente a hacer cosas extraordinarias, yo digo: 'B¨¢jate la teta, que luego ya veremos'. Para m¨ª, la fotograf¨ªa tiene que ser sucia. Mira las medallas del retrato de Carlos IV de Goya; ?est¨¢n hechas a trallazos! McNamara me dec¨ªa: 'As¨ª, Pablo, s¨¢came muy decadente'. Yo ven¨ªa de la fotograf¨ªa intelectual, y la decadencia ten¨ªa connotaciones negativas. ?Cuando es maravillosa!".
Tanto descaro deslumbr¨® a Mario Vaquerizo -manager, m¨²sico y marido de Alaska- cuando no era m¨¢s que un modoso estudiante de periodismo. Despu¨¦s de leer en 1992 un libro de la movida con obras de PPM busc¨® su tel¨¦fono en el list¨ªn. "Ya que no lo hab¨ªa vivido, quer¨ªa verlo en fotos". Le recibi¨® en casa, le dej¨® bucear en los archivos y accedi¨® al honor que buscaba: "El desvirgue fotogr¨¢fico, como llama ¨¦l a tu primera sesi¨®n". El resultado figura en el libro junto a un texto en el que Vaquerizo sentencia: "No eres nadie si no has sido fotografiado por PPM".
En la ¨¦poca de este encuentro, la movida era historia -"entre todas la mataron y ella sola se muri¨®", dice Villena- y PPM estaba inmerso en la "est¨¦tica m¨ªstica", en la que transgred¨ªa a partir de im¨¢genes del santoral, as¨ª como en los fototextos, para los que el retratado sostiene un cartel con una o dos palabras escritas. Una t¨¦cnica que aplic¨® tambi¨¦n en su trabajo como uno de los fot¨®grafos preferidos de la industria musical, que ocupaba la mayor parte de su tiempo. "A finales de los noventa me convert¨ª en el 'incombustible' fot¨®grafo. Luego pas¨¦ a ser 'm¨ªtico'. ?Y en 2001, mor¨ª!", exclama blandiendo un diccionario de fotograf¨ªa en el que, efectivamente, se asegura que PPM muri¨® en 2001. Le encanta ense?arlo. Es, asegura, parte de su educaci¨®n en el chochonismo, un concepto que acu?aron los Costus para una exposici¨®n de 1981. "Es no darle importancia a nada. No publicar ning¨²n libro de la movida hasta pasados 25 a?os. Que todos te conozcan s¨®lo como el fot¨®grafo de Almod¨®var y que no te importe. Apropiado para el tiempo que vivimos", afirma en uno de sus v¨¦rtigos de palabras, que salpica de titulares, propios o prestados: "Lo hipn¨®tico es est¨¦tico", "Lo que no da morbo es un estorbo", "No seas mediocre, s¨¦ optimista", "La frivolidad es cosa muy seria".
Las frases se recogen en el libro, un trabajo fruto de unos 70 encuentros con el dise?ador y editor Carlos Serrano para escoger entre el ingente material. El m¨¦todo fue lo que PPM llama las diapo-parties. Una desternillante experiencia que consiste en ver centenares de diapositivas salpicadas de sentencias ¨¢cidas y datos asombrosamente precisos. Ahora que el libro est¨¢ acabado se cree preparado para todo. Incluso para ense?ar en un programa del coraz¨®n el v¨ªdeo del principio. "Era todo una tapadera. Treinta y cinco a?os de profesi¨®n, 300.000 fotos. Y lo he conseguido. ?La prensa rosa!".
'Mi movida' est¨¢ editado por Lunwerg. Las fotograf¨ªas se expondr¨¢n en el Museo Municipal de Arte Contempor¨¢neo (Centro Cultural Conde Duque) de Madrid del 6 de julio al 8 de octubre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.