Susan Sontag, una mirada l¨²cida
El Metropolitan de Nueva York exhibe en homenaje a la escritora una selecci¨®n de fondos fotogr¨¢ficos
En un intento por conectar el pensamiento de Susan Sontag (Nueva York, 1933- 2004) a las im¨¢genes y los autores sobre quienes habl¨® y reflexion¨® en sus ensayos en torno a la fotograf¨ªa, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York ha organizado la exposici¨®n On photography: a tribute to Susan Sontag, una muestra en la que combina 40 im¨¢genes tan diferentes como las que caracterizaron la obra de Walker Evans, Robert Frank, August Sander o Robert Mapplethorpe, entre otros, y pertenecientes a la colecci¨®n del Metropolitan, con textos extra¨ªdos de dos libros de la ensayista que son ya imprescindibles para analizar y comprender el valor y la fuerza de la fotograf¨ªa. La exposici¨®n puede verse hasta el 4 de septiembre.
"?Cu¨¢l es la evidencia de que ha disminuido el impacto de las fotograf¨ªas y de que nuestra cultura neutraliza la fuerza moral de las im¨¢genes de atrocidades?". Susan Sontag (Nueva York, 1933-2004), una de las grandes intelectuales del siglo XX, ensayista, novelista, cr¨ªtica y activista, se hac¨ªa esa pregunta en 2003 en el libro Ante el dolor de los dem¨¢s, publicado un a?o antes de su muerte. Se trataba de una revisi¨®n de su tan celebrado como pol¨¦mico Sobre la fotograf¨ªa, su primera recopilaci¨®n de ensayos sobre el g¨¦nero, publicado en 1977 y, a¨²n hoy, referente imprescindible para cualquier amante de la fotograf¨ªa.
Uno de los constantes retos para los grandes museos es aprender a mirar hacia los tesoros de sus colecciones permanentes desde perspectivas diversas y eso es tambi¨¦n lo que se ha querido intentar con esta muestra. Un total de 40 im¨¢genes tan diferentes como las que caracterizaron la obra de Walker Evans, Robert Frank, August Sander o Robert Mapplethorpe, entre otros, y pertenecientes a la colecci¨®n del Metropolitan, en cuyos archivos se guardan m¨¢s de 20.000 fotograf¨ªas, se exhiben en dos salas junto a textos de Sontag extra¨ªdos de los libros mencionados.
Mostrar, no evocar
En algunos casos las siempre agudas palabras de esta vers¨¢til y comprometida autora se muestran junto a la fotograf¨ªa concreta de la que hablaba, como en el caso de la c¨¦lebre imagen de Robert Capa Falling soldier (1936), tomada durante la Guerra Civil espa?ola y sobre cuya veracidad siempre se ha dudado. "Una fotograf¨ªa se supone que est¨¢ hecha para mostrar, no para evocar. Por eso cuenta como evidencia. Pero ?evidencia de qu¨¦? La sospecha de que la imagen no muestre lo que su t¨ªtulo dice mostrar (existe la hip¨®tesis de que esta foto recogiera un ejercicio organizado cerca del frente) contin¨²a persiguiendo las discusiones sobre fotograf¨ªa de guerra", escrib¨ªa Sontag en Ante el dolor de los dem¨¢s.
Aquel libro, escrito pocos a?os despu¨¦s de mudarse a Sarajevo en plena guerra de los Balcanes y vivir en sus propias carnes el ag¨®nico sitio que sufri¨® una ciudad ante cuya tragedia Europa y Estados Unidos se cruzaron de brazos, pon¨ªa en duda afirmaciones hechas en Sobre la fotograf¨ªa que en su momento fueron tremendamente pol¨¦micas, como la de cuestionar el dicho popular "una imagen vale m¨¢s que mil palabras". En 2003, la autora, en cierto modo, se retractaba: "Dejemos que las im¨¢genes (de atrocidades) nos persigan. Incluso si s¨®lo son pedazos y no pueden describir toda la realidad a la que se refieren, a¨²n tienen un objetivo. Las im¨¢genes nos dicen: esto es de lo que los seres humanos son capaces de hacer, de forma voluntaria, entusiasta, sancionada".
Aquellas palabras parecen m¨¢s vigentes que nunca ya que la prensa de su pa¨ªs, que siempre la acus¨® de antipatriota por cuestionar la pol¨ªtica estadounidense, se ha pasado los ¨²ltimos cuatro d¨ªas mostrando hasta la saciedad la imagen del cad¨¢ver sanguinolento de Al Zarqaui, el l¨ªder de la insurgencia iraqu¨ª, cuya foto gigante, tomada tras su fallecimiento, presidi¨® incluso la rueda de prensa que organiz¨® el Ej¨¦rcito para informar sobre su captura. El uso propagand¨ªstico de esa fotograf¨ªa de muerte "sancionada" contrasta con la autocensura que toda la prensa estadounidense practica respecto a las fotos de los cad¨¢veres de sus propios soldados (y la expresa prohibici¨®n del Ej¨¦rcito de mostrar sus ata¨²des y funerales). Pero hoy Sontag no se sorprender¨ªa: sab¨ªa que para los estadounidenses convivir con las im¨¢genes de sus muertos nunca fue posible, y uno de sus textos del libro Ante el dolor de los dem¨¢s, recogido en la exposici¨®n frente a las dos fotograf¨ªas que cita, nos lo recuerda. "Con nuestra muerte, siempre ha habido una poderosa restricci¨®n para evitar mostrar la cara desnuda. Las fotograf¨ªas tomadas por Gardner and O'Sullivan (Field where general Reynolds Fell, Gettysburg, 1863) todav¨ªa impactan porque muestran a los soldados confederados muertos boca arriba, con las caras de algunos a¨²n visibles. Los soldados americanos ca¨ªdos en muchas otras guerras no aparecieron en ninguna publicaci¨®n importante hasta que en septiembre de 1943 la revista Life public¨® la fotograf¨ªa de George Strock Dead gis on Buna Beach, que mostraba a tres soldados muertos durante el desembarco en Nueva Guinea", escribi¨®.
Agitadora te¨®rica
En la exposici¨®n del Metropolitan, las palabras de Susan Sontag se posan sobre fotos ya cl¨¢sicas como el retrato que Mapplethorpe le tom¨® a la cantante Patti Smith en 1976, o sobre una fotograf¨ªa que Diane Arbus hizo en una manifestaci¨®n proguerra de Vietnam en 1967: "Los protagonistas de las fotos de Arbus son miembros de la misma familia, del mismo pueblo. Lo que ocurre es que ese pueblo de idiotas es Am¨¦rica", escribi¨® en Sobre la fotograf¨ªa.
Pero en la muestra tambi¨¦n se reflexiona sobre conceptos m¨¢s gen¨¦ricos como el de la importancia de la imagen en la construcci¨®n de la nostalgia y la memoria, o la idea de celebridad. "Las fotograf¨ªas instigan, confirman, sellan leyendas. Vistas a trav¨¦s de sus im¨¢genes, las personas se vuelven iconos de s¨ª mismas", escribi¨® la ensayista en 1976 en la introducci¨®n del libro de Peter Hujar Retratos de vida y muerte. Entre las cuatro fotos escogidas por la comisaria Mia Fineman para ilustrar esa idea, tambi¨¦n hay un retrato de la propia Sontag, tomado por Hujar en 1975. Involuntariamente, casi dos a?os despu¨¦s de su muerte, una de las mayores agitadoras te¨®ricas sobre fotograf¨ªa se convierte de esta manera en la imagen a la que se refer¨ªan sus palabras.
![Susan Sontag, fotografiada por Peter Hujar en 1975.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ZVG3PX66E6KDELI25VRDKSOUQ4.jpg?auth=bc36b49814b5cee94bf27a91b6414afa11c5f5153d6d2d459a6192d4daa78eba&width=414)
![<i>Avenue de Gobelins</i> (1925), de Eug¨¨ne Atget (1857-1927).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/A7LUCTPM2JJJSS2D3BEIQPS5VY.jpg?auth=966aa886eed1034342fc825c520a6b256685479c041c8ab5fa7fbe89f4ba4546&width=414)
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