Aniversario
A?o 25, hora cero. Cierval, la Confederaci¨®n de Empresarios de la Comunitat Valenciana, ha cumplido 25 a?os en uno de sus momentos m¨¢s sugerentes. Las situaciones decisivas se caracterizan por sus retos, encrucijada en la que necesariamente hay que tomar un camino y abandonar los dem¨¢s. Con todos sus riesgos. Los empresarios valencianos, sin dejar pasar mucho tiempo, han de resolver lo que quieren de sus organizaciones. En la c¨²spide est¨¢ y debi¨® estar siempre Cierval, s¨ªmbolo asociativo de los nuevos tiempos que vivieron para este pa¨ªs de la mano de la democracia y la autonom¨ªa.
Las cr¨®nicas nos recuerdan que fue el 26 de mayo de 1981 cuando naci¨®. Fue un alumbramiento palpitante como cualquier otro neonato. La Confederaci¨®n tuvo antes s¨ª la apasionante misi¨®n de aglutinar y representar a los empresarios valencianos. Fue aquel un momento clave en la historia de la Comunitat Valenciana, que transitaba de la preautonom¨ªa a la consolidaci¨®n auton¨®mica que, fruto de los pactos acab¨® transigiendo en claudicaciones que nos han marcado hasta nuestros d¨ªas.
Emilio Attard dej¨® escrito que el nombre de Comunidad para adjetivar el concepto geopol¨ªtico para el territorio valenciano, era el menos adecuado de los posibles. Hab¨ªa que pactar y se pact¨®. Hubo que transigir y se transigi¨®. Se tuvo que consensuar y se consensu¨®. Temas notables como la cohesi¨®n econ¨®mica, la vertebraci¨®n, la cultura, la estructura econ¨®mica, la lengua, la tarea inconclusa de unos sectores dirigentes suplantados y la realidad de una zona de Espa?a que hab¨ªa quedado en la orilla de los vencidos, fueron cuestiones que se soslayaron en aras de una causa com¨²n.
En 1981, la creaci¨®n del Cierval tuvo dos protagonistas destacados: Vicente Iborra, presidente de la Confederaci¨®n Empresarial Valenciana (CEV) y Jos¨¦ Mar¨ªa Sim¨® Nogu¨¦s, presidente entonces de la Federaci¨®n del Metal y l¨ªder empresarial llamado a desempe?ar cargos m¨¢s relevantes. Cuando en 1982 fue elegido presidente de la C¨¢mara de Comercio de Valencia, contribuy¨® a culminar este proceso, en paralelo con la consolidaci¨®n del Consejo Regional de las C¨¢maras de Comercio valencianas, creado en 1978.
El momento presente, aunque no menos decisivo y apasionante. Somos conscientes de que las novedades que se producen en el entorno empresarial no mueven pasiones c¨ªvicas y muy probablemente es a consecuencia de una insuficiente comunicaci¨®n de su trascendencia. Parad¨®jicamente las noticias econ¨®micas y empresariales llenan muchas p¨¢ginas en los peri¨®dicos y ocupan espacios destacados en los medios radiotelevisivos. La sociedad se juega mucho con un enfoque determinado u otro en las entidades representativas de los empresarios, porque son ellos los que impulsan las actividades que generan negocio, riqueza, oportunidades y empleo. Los pol¨ªticos pasan y los empresarios permanecen. Y los pol¨ªticos deber¨ªan ser los m¨¢s interesados en tener unos empresarios motivados, organizados e independientes. Es responsabilidad ineludible de las administraciones p¨²blicas velar por la transparencia y la credibilidad de los entes empresariales, lejos de toda tentaci¨®n por su control ni por los efluvios de la animadversi¨®n.
La historia de los movimientos empresariales en la ¨¦poca moderna est¨¢ por hacer. Es cierto que hasta la transici¨®n a la democracia no se puede hablar de organizaciones empresariales. Y ese proceso todav¨ªa est¨¢ en fase de culminaci¨®n. No se puede ignorar que los empresarios valencianos ten¨ªan sus alternativas asociativas como lo fue el Instituto Social Empresarial (ISE) o el Centro Escolar y Mercantil. La formaci¨®n de nuevos cuadros dirigentes era una cuesti¨®n prioritaria. Y en ese contexto las c¨¢maras de comercio, y sobre todo la de Valencia, fueron el elemento aglutinador y la plataforma, junto con el Ateneo Mercantil y la Feria de Valencia, para exponer las reivindicaciones y planteamientos empresariales.
Cierval, en la presidencia de Rafael Ferrando, afronta una nueva etapa reconstituyente en la que necesariamente se ver¨¢ abocada a retornar a sus or¨ªgenes y a los aspectos que resultaron marginados en mayor o menor medida en su primer cuarto de siglo de existencia. Menos personalismo con la intenci¨®n clara de defender intereses de la totalidad de las empresas valencianas desde la expresi¨®n de su voluntad mayoritaria. Para conseguirlo habr¨¢ que pasar bastante deprisa algunas p¨¢ginas de su historia, con el convencimiento de que queda un largo y apasionante camino por recorrer. Siempre n¨®madas.
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