A la caza del chivato
Larsson lidera a los suecos y descubre al jugador que cont¨® la pelea entre Ljungberg y su capit¨¢n, Mellberg
La selecci¨®n sueca buscaba un esp¨ªa por los corredores del Hotel Kapinsky. Hay un infiltrado, dec¨ªan, que arrebata los secretos del vestuario y los cuelga en la prensa sensacionalista. Lo pensaban, porque los medios suecos han ido publicando en cap¨ªtulos muy detallados todo lo sucedido desde que a Freddy Ljungberg y Olof Mellberg se les cruzasen los cables y se peleasen a pu?etazos al concluir su partido contra Trinidad. El encuentro acab¨® empate a cero.
El barcelonista Henrik Larsson, con la noche del martes muy avanzada, oblig¨® a los dos futbolistas a mirarse a la cara y darse la mano. A hacer las paces aparentemente. Les rega?¨®, les dijo que nada de eso era bueno para el conjunto. Que no deb¨ªan pensar en ellos mismos. Y se supo. Ayer, el que hubiese trascendido esa reuni¨®n secreta activ¨® todas las neurosis del vestuario. Un jugador reconoci¨® a los dem¨¢s que fue ¨¦l el filtrador, pero que pensaba que era una conversaci¨®n "privada y entre amigos" con el informador. A pesar de eso, las sospechas contra los chivatos siguen activadas, comentan algunos periodistas suecos.
El pasado martes el ex azulgrana ri?¨® a los dos futbolistas y les oblig¨® a mirarse a la cara
"No es de mis mejores amigos y prefiero socializar con otros en el tiempo libre", reconoce Freddy Ljungberg, cuando habla de Mellberg. Mellberg dice, sentado junto a su entrenador, Lars Lagerback, y a 24 horas del encuentro contra Paraguay que ¨¦l no tiene "por qu¨¦ pedir perd¨®n a Ljunberg". Aunque parece que, instado por Larsson, accedi¨® de mal humor a pedir disculpas. Un portavoz de la selecci¨®n ha reconocido p¨²blicamente que el incidente existi¨®. "Fue corto, pero intenso", confirm¨® el responsable de prensa del equipo. "No fue nada personal", a?ade Fredrik Ljungberg.
La pelea, seg¨²n parece, fue porque Ljungberg termin¨® convencido de que los dem¨¢s compa?eros le estaban boicoteando. No le pasaban la pelota. Y el cerebro que hab¨ªa maquinado esa estrategia de marginaci¨®n era el de Mellberg. El jugador del Arsenal recibi¨® la pelota siete veces en los 90 minutos, lo que supone una cifra extraordinariamente baja para el puesto que ocupa (media punta). Adem¨¢s, estos dos futbolistas ya tuvieron un serio altercado en 2002, durante el Mundial de Corea y Jap¨®n. En aquella ocasi¨®n la pelea fue en un entrenamiento y nadie la pudo desmentir: la grabaron las c¨¢maras de televisi¨®n.
"Son gente maravillosa, muy profesional y estoy encantado de trabajar con ellos", dijo ayer el seleccionador Lars Lagerback, al que comentan que todo le ha superado y que ha dejado en manos de los m¨¢s veteranos reconducir el asunto. Lagerback, con la mirada dura detr¨¢s de sus gafas de montura met¨¢lica, no quer¨ªa hablar de los incidentes. En su opini¨®n son "anecd¨®ticos" y la responsabilidad de haberlos convertido "en algo importante" es de la avidez de noticias de la prensa sueca.
Una opini¨®n que comparte el delantero Marcus Allback: "No creo que la pelea nos vaya a afectar de ninguna manera especial, fue una cosa peque?a que la gente ha convertido en un incidente masivo, hablando de luchas internas y eso". Para Allback, sencillamente fue "una discusi¨®n, algo muy normal cuando no obtienes el resultado que deseas".
Lagerback tambi¨¦n incidi¨® en el aspecto an¨ªmico, como detonante de una situaci¨®n a la que ha insistido en quitar importancia: "Hay muchos sentimientos en la caseta cuando concluye un partido, es un momento intenso para lo bueno y para lo malo."
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