La Comisi¨®n Europea tratar¨¢ de reactivar la Constituci¨®n en 2007
Los l¨ªderes de la UE abren hoy una cumbre con bajas expectativas
El futuro de la Constituci¨®n europea y su vinculaci¨®n con futuras ampliaciones constituir¨¢ el n¨²cleo del primer debate de la cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno de los Veinticinco que empieza hoy en Bruselas. El presidente de la Comisi¨®n, Jos¨¦ Manuel Barroso, insinu¨® ayer en Estrasburgo un plan para relanzar "los principios de la Constituci¨®n", es decir, la primera parte del Tratado, en 2007.
Los l¨ªderes de los grupos del Parlamento Europeo saludaron la decisi¨®n de presidente de la Comisi¨®n, al que hasta ahora hab¨ªan reprochado un insuficiente compromiso con la defensa de la Constituci¨®n, para intentar desatascar el par¨®n institucional.
El presidente del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, ha logrado por otra parte, que su propuesta sobre emigraci¨®n constituya una materia b¨¢sica de la pol¨ªtica europea. Ahora se trata de que el Consejo pase de las palabras a las medidas econ¨®micas.
El rechazo al Tratado Constitucional por parte de Francia y Holanda provoc¨® hace un a?o una profunda divisi¨®n en la UE y un par¨®n de su desarrollo institucional. Aunque la Carta Magna europea ha sido aprobada ya por 15 Estados, que con la pr¨®xima de Finlandia ser¨¢n 16, quedan otros 7 que han expresado su oposici¨®n o desinter¨¦s a pronunciarse sobre esta materia. La Constituci¨®n, que debe ser aprobada por los 25 Estados miembros para que entre en vigor, resolv¨ªa muchos problemas como la representaci¨®n exterior y facilitaba la toma de decisiones y el funcionamiento de la UE.
Durante el ¨²ltimo a?o, Barroso y los principales l¨ªderes europeos han pretendido sobre todo ganar tiempo, aplazando sistem¨¢ticamente un pronunciamiento sobre la Constituci¨®n, a la espera de las elecciones de Francia y Holanda de mayo y junio de 2007, que ser¨¢n determinantes para cualquier decisi¨®n. De momento, ya ha salvado un a?o. Para el presidente de la Comisi¨®n "las condiciones no est¨¢n todav¨ªa maduras para presentar un proyecto que pudiera reunir un consenso europeo". La presidencia alemana durante el primer semestre de 2007 ser¨¢ el momento para crear una nueva "din¨¢mica".
Sin embargo, el jefe del Ejecutivo dio ayer un paso adelante y desvel¨® ayer la senda por la que podr¨ªa transcurrir el proyecto europeo. Por una parte, expres¨® su compromiso con la primera parte de la Constituci¨®n, en sinton¨ªa con otros l¨ªderes pol¨ªticos, como Romano Prodi, que han hecho referencia a la necesidad de simplificar el texto. "En la Comisi¨®n", afirma Barroso, "estamos por los valores, la sustancia del Tratado Constitucional". Y a?adi¨®, "tenemos una absoluta necesidad en Europa de lo que el Tratado Constitucional aportaba".
Por otra parte, vincul¨® la Constituci¨®n a las futuras ampliaciones, tras las de Bulgaria y Rumania que confiaba que se producir¨ªan el a?o pr¨®ximo si cumplen las condiciones. "Si queremos extendernos m¨¢s", precis¨® Barroso, "es evidente que tenemos necesidad m¨¢s que nunca de cambiar las reglas de toma de decisi¨®n".
El mensaje de Barroso recibi¨® una c¨¢lida recepci¨®n por parte de los l¨ªderes de los grupos parlamentarios en la sede de Estrasburgo. Para Hans-Gert Poettering, l¨ªder del Partido Popular Europeo, "el 90% de nuestro grupo quiere que los principios (de la Constituci¨®n) se conviertan en realidad". M¨¢s expl¨ªcito todav¨ªa ha sido el jefe del grupo socialista, Martin Schulz, al afirmar: "La Constituci¨®n debe avanzar. La Comisi¨®n lo ha dicho p¨²blicamente y esto es un paso adelante". Coincidi¨® con Barroso en que con el vigente Tratado de Niza Europa no puede funcionar.
Por su parte, el diputado espa?ol del Partido Popular ??igo M¨¦ndez de Vigo insisti¨® en su conocida idea de realizar "un esfuerzo de pedagog¨ªa para explicar el coste de la No Constituci¨®n". El eurodiputado socialista Carlos Carnero, otro destacado valedor del texto actual de la Carta Magna Europea, propuso que la Comisi¨®n Europea elabore un informe para el pr¨®ximo oto?o que explique "este coste" de la falta de Constituci¨®n.
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