Atracadores impunes

No son d¨ªas f¨¢ciles en Espa?a ni para quien administra la justicia ni para los vigilantes del orden. Pocas de sus acciones son bien comprendidas. Porque, adem¨¢s, a veces son muy dif¨ªciles de comprender. Un bot¨®n de muestra: cinco presuntos atracadores de bancos, de nacionalidad espa?ola, que actuaban desde hac¨ªa tiempo en Madrid y que hab¨ªan cometido ya 15 robos (en uno result¨® herido un vigilante), han sido puestos en libertad pese a haber sido descubiertos cuando intentaban asaltar, hace una semana, una oficina bancaria. Armados y encapuchados, se hallaban escondidos en un falso techo del cajero autom¨¢tico. La captura hab¨ªa sido preparada por la polic¨ªa tras haber identificado semanas antes a uno de los miembros de la banda.

Uno de ellos se encontraba en tercer grado penitenciario. En ella participaron agentes del Grupo Especial de Operaciones (GEO). La juez de turno decidi¨® no adoptar medidas cautelares porque la fiscal no lo solicit¨®, al considerar que se trataba s¨®lo de una tentativa de robo y que no hab¨ªa pruebas suficientes para implicarles en los otros atracos. La polic¨ªa ha reaccionado con indignaci¨®n. Desde la justicia se dice que los responsables policiales no aportaron ni huellas ni pruebas directas y que son s¨®lo suposiciones su responsabilidad en los dem¨¢s asaltos. Es muy probable que fueran ellos los autores de la cadena de robos. De hacer caso a las explicaciones judiciales, la polic¨ªa tendr¨ªa que haberse provisto de m¨¢s elementos antes de lanzarse a la captura, a fin de obtener su encarcelamiento, porque como es sabido no bastan las sospechas. Ahora bien, la historia deja un regusto de perplejidad y frustraci¨®n en la ciudadan¨ªa. Y de que alguien, en la polic¨ªa o en los tribunales, o en ambas partes, ha actuado irresponsablemente.