Eduardo Jord¨¢ retrata a personajes solitarios que viven a contracorriente en sus relatos
El escritor mallorqu¨ªn publica 'Playa de los Alemanes' en la editorial Algaida
Personas en las que nadie repara y que, a veces, mueren en un chisc¨®n de las afueras. Pocos los respetaron. Hicieron de la tristeza un ¨¢mbito ¨ªntimo, una especie de bah¨ªa que los abrigaba en un mundo hostil. Y, sin embargo, llevan dentro recuerdos y trozos de vida que devoraron con intensidad. Son personas solitarias que viven a contracorriente y que pueblan las p¨¢ginas de Eduardo Jord¨¢. Este escritor, nacido en Palma de Mallorca y residente en Sevilla, ha publicado recientemente el libro de relatos Playa de los Alemanes en la editorial Algaida.
Jord¨¢ es un autor de largo recorrido que transita por todos los g¨¦neros. Ha publicado poemarios, vol¨²menes de diarios, libros de viajes, cuentos, una novela (La fiebre de Siam) y art¨ªculos. Playa de los Alemanes es su segundo libro de relatos tras Orco (2000). El relato en Espa?a siempre ha sido un g¨¦nero mirado con prevenci¨®n. Hay un viejo t¨®pico que dice que los editores desprecian el cuento porque no vende. "El relato es un g¨¦nero menospreciado s¨®lo en Espa?a. En EE UU es el g¨¦nero casi m¨¢s apreciado", recuerda Jord¨¢. Playa de los Alemanes re¨²ne una docena de cuentos.
Los personajes de Jord¨¢ avanzan por carreteras secundarias, por lugares salpicados de descampados a los que nadie va. A uno de ellos los ni?os le llamaban Sandeman porque se parec¨ªa al anuncio de una c¨¦lebre marca de jerez. De Sandeman se dec¨ªa que sab¨ªa comunicarse con las gaviotas y que lo buscaba la polic¨ªa alemana. Otro personaje es "un viejo menudo, arrugado, que hablaba solo y ol¨ªa a vino". El anciano, del que se comentaba que era un obispo ca¨ªdo en desgracia, viv¨ªa en un hotelito de Burundi en 1982. Son personajes con ricas historias secretas que Jord¨¢ se encarga de contar.
Las cunetas de la vida
"Son personajes que van caminando por las cunetas y sin direcci¨®n fija. Los escritores tienen que descubrir a la gente que va por las cunetas. Suelen ser personajes m¨¢s interesantes que los registradores de la propiedad. Caminan sin saber si la direcci¨®n que llevan es la adecuada o no para su vida. Me resulta m¨¢s f¨¢cil construir una trama con alguien que vive al margen. Son personas que viven a contracorriente", explica el autor.
"Nuestra sociedad est¨¢ obsesionada por la juventud y el ¨¦xito. Si eres joven est¨¢s obligado a tener ¨¦xito. Y si tienes ¨¦xito, debes comportarte como un joven. En una sociedad en la que todo el mundo quiere sentirse joven y triunfador, me atrae la gente que es todo lo contrario", comenta Jord¨¢.
Playa de los Alemanes, el relato que da t¨ªtulo al libro, evoca un espacio muy querido por el escritor. "Es un lugar donde verane¨¦ hace unos a?os y me trae buenos recuerdos: la Playa de los Alemanes de Zahara de los Atunes, en C¨¢diz. Algunos de mis mejores poemas los he escrito all¨ª", evoca. El relato Playa de los Alemanes habla de una mujer sola, cuyo marido, un profesional de ¨¦xito, se ha convertido en un extra?o. Quique fue un joven rebelde y con inquietudes que acab¨® asentado en la sordidez moral m¨¢s arribista. "Son personas que t¨² has conocido, con las que has salido, y que de pronto se convierten en eg¨®latras y petulantes. Cuando eres joven y no tienes dinero, esa condici¨®n de la ambici¨®n y la ostentaci¨®n permanece en un estado latente. Cuando empiezas a ganar dinero, te vuelves un personaje engre¨ªdo. Y eso que estaba latente sale a flote. Yo nunca he sido famoso ni he ganado mucho dinero. Si eso me ocurriera, quiz¨¢s me convertir¨ªa en un personaje como Quique, el marido de la protagonista del cuento", se?ala Jord¨¢.
Quique se vende por un plato de lentejas en su labor de trepar por la escala social. "Hay una frase de Leopardi que ayuda a juzgar la condici¨®n humana. La frase dice: 'Cuando dos granujas que no se conocen coinciden en un mismo sitio, al instante empiezan a emitir se?ales de reconocimiento'. Los granujas prosperan. El que est¨¢ arriba necesita rodearse de granujas porque le defienden el territorio", a?ade el autor.
La pluralidad de escenarios -Burundi, Tailandia, Irlanda, Tierra Santa...- es una de las caracter¨ªsticas de sus relatos. Jord¨¢ es un gran viajero. "Hay demasiados escenarios diversos en los cuentos. Pero es que me gustan los personajes que viven lejos de su lugar de origen y que han tenido que adaptarse, con mayor o menor fortuna, a un lugar que es hostil o extra?o o incomprensible. Todos creemos que la felicidad siempre est¨¢ en otra parte. Mis personajes suelen vivir en otra parte, y como es natural, all¨ª descubren que tampoco se halla la felicidad que buscaban", concluye.
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