Un lugar para ser escuchadas
Una asociaci¨®n sevillana ayuda a las mujeres sordas de la provincia a formarse para desenvolverse en la sociedad
Ser mujer es todav¨ªa, en muchos ¨¢mbitos, sin¨®nimo de discriminaci¨®n. Ser mujer y sorda es un a?adido a la condici¨®n de g¨¦nero que generalmente significa, adem¨¢s, aislamiento.
La asociaci¨®n de la Mujer Sorda Sin Barreras, ubicada en Sevilla, naci¨® en 1995 para ofrecer gu¨ªas e informaci¨®n a aquellas mujeres que se encontraban perdidas por no poder o¨ªr.
"Hace once a?os hab¨ªa muchos problemas porque a las mujeres sordas les faltaba informaci¨®n ya que no escuchaban. Hac¨ªa falta una campa?a de difusi¨®n para que supieran que exist¨ªa una asociaci¨®n de mujeres en su situaci¨®n", explica Mar¨ªa Concepci¨®n Dur¨¢n Luj¨¢n, la presidenta de esta organizaci¨®n, a trav¨¦s de su int¨¦rprete, Sara Delgado, que traduce simult¨¢neamente todo lo que Dur¨¢n dice en lengua de signos.
"La mujer sorda sufre una discriminaci¨®n doble, por ser sorda y por ser mujer"
Las fundadoras, que pertenec¨ªan previamente al Centro Cultural de Sordos de Sevilla Torre del Oro, se animaron a fundar una asociaci¨®n propia gracias a la propuesta del Instituto Andaluz de la Mujer, que ten¨ªa prevista la creaci¨®n de una agrupaci¨®n de sordas. "Los principios de este centro son id¨¦nticos que los del Torre del Oro, salvo que el sector esta m¨¢s delimitado: el objetivo fundamental es la integraci¨®n de la mujer sorda dentro de una sociedad oyente, porque esta mujer sufre una doble discriminaci¨®n, por ser sorda y por ser mujer", explica la presidenta. Desde entonces, esta asociaci¨®n ha contado con el apoyo de la Junta de Andaluc¨ªa y del ?rea de Participaci¨®n Ciudadana del Ayuntamiento de Sevilla.
El centro cuenta con la participaci¨®n activa de 76 socias, aunque a muchas de las actividades acuden personas ajenas a la agrupaci¨®n. "No somos muchas porque, debido al horario de cierre del centro c¨ªvico, que por ley tiene que clausurar cada d¨ªa a las 21.00, muchas actividades se ven limitadas y nos vemos sin lugar de reuni¨®n", aclara la presidenta. La asociaci¨®n acoge a mujeres de toda la provincia. "Existe mucha dispersi¨®n en Sevilla, por lo que necesitan un lugar a donde ir y sentir que no est¨¢n solas", a?ade.
Cada semana se desarrollan en la sede talleres sobre lenguaje de signos, inform¨¢tica e Internet, maltrato y cine, entre otras tem¨¢ticas. Adem¨¢s, anualmente se organizan jornadas sobre diversos temas. Pero el trabajo fundamental que se realiza a diario en la asociaci¨®n es el de atender las necesidades de las mujeres sordas sevillanas y asesorarlas en la gesti¨®n de ayudas y subvenciones, la resoluci¨®n de la problem¨¢tica familiar y los servicios de int¨¦rpretes.
Uno de los problemas m¨¢s habituales con los que se encuentra esta asociaci¨®n es la interpretaci¨®n. "Nos han invitado para participar en congresos sobre discapacidad y no han contado con un int¨¦rprete, algo absurdo si quieren que intervengamos, pero es que no se dan ni cuenta. No he encontrado jam¨¢s a un funcionario p¨²blico que hablara correctamente el lenguaje de signos", se lamenta Irene Ca?ete, la trabajadora social, quien, como Fabi¨¢n Prieto, el psic¨®logo, habla perfectamente este lenguaje.
"La nuestra es una lengua que deber¨ªa impartirse en los colegios y no ser discriminada", opina Dur¨¢n, quien recuerda la situaci¨®n de una joven a la que la Administraci¨®n no permite presentarse al examen oral de las oposiciones de Secundaria por necesitar un int¨¦rprete. "Estamos luchando por ella, que es tan capaz como otros de dar clases", alega la presidenta.
La discriminaci¨®n es uno de los motivos que intensifica la problem¨¢tica del maltrato, algo que Prieto, que ostenta el cargo de psic¨®logo desde hace dos a?os - hasta entonces ocup¨® el puesto de trabajador social-, no esperaba encontrarse pero que ha resultado ser un conflicto com¨²n en la vida de muchas mujeres sordas. "Cre¨ª que no encontrar¨ªa muchos casos de maltrato cuando empec¨¦ a hacerme cargo del gabinete psicol¨®gico, gracias a un programa de la Consejer¨ªa de Empleo. Pens¨¦ que topar¨ªa con problemas de depresi¨®n, baja autoestima y estados de ¨¢nimo. Sin embargo, he visto muchos casos de violencia de g¨¦nero. En los ¨²ltimos cinco meses ha habido, al menos, cinco", explica el psic¨®logo
El problema se agrava en una comunidad que cuenta con una idiosincrasia propia: "Hay una mezcla de factores en estas situaciones: la forma en la que una persona sorda procesa la informaci¨®n es distinta, as¨ª como la manera de vivir la culpa y la dependencia del hombre. No es que sea dif¨ªcil su atenci¨®n, pero es un proceso muy lento. Lo ideal ser¨ªa que atendiera estos casos un psic¨®logo sordo, para que entendiera esa cultura, pero no conozco ninguno", explica Prieto, quien se lamenta tambi¨¦n de que la mayor¨ªa de sus colegas desconozcan el lenguaje de signos. "Cuando es necesaria la presencia de un int¨¦rprete para contar cosas tan ¨ªntimas la situaci¨®n se vuelve ca¨®tica", asegura.
Por situaciones como ¨¦sta, la asociaci¨®n prepara anualmente campa?as de sensibilizaci¨®n e invita a los oyentes sevillanos a acudir a sus clases de lengua de signos y a los actos que se organizan para entender a la comunidad femenina y sorda. La pr¨®xima cita est¨¢ prevista para los d¨ªas 10 y 11 de noviembre, cuando se celebrar¨¢n las Jornadas sobre derechos humanos de la mujer sorda desde una perspectiva integral, en las que se abordar¨¢n temas legales, econ¨®micos y culturales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.