"El Prado es fruto del coleccionismo de arte contempor¨¢neo"
La galer¨ªa central del Museo del Prado vive una revoluci¨®n silenciosa. Tres decenas de cuadros de Pablo Ruiz Picasso se entremezclan con las pinturas de los viejos maestros en un encuentro sin precedentes. Hay un Real Decreto que separa las colecciones estatales del Prado y el Museo Reina Sof¨ªa en 1881, el a?o del nacimiento de Picasso. El Guernica, instalado en el museo de Atocha se ha convertido en el punto de inflexi¨®n de su colecci¨®n. La actual exposici¨®n del maestro malague?o repartida en ambos museos rompe una frontera "mental" y abre quiz¨¢ una nueva etapa de mayor fluidez entre ambos museos. Miguel Zugaza, director del Prado, fue tambi¨¦n subdirector del Reina Sof¨ªa. Para ¨¦l esta exposici¨®n marca un hito en la historia de ambos museos.
"No se ha querido hacer una ampliaci¨®n espectacular, contradictoria con el esp¨ªritu del museo"
"Es muy bueno discutir sobre d¨®nde empieza lo contempor¨¢neo y d¨®nde acaba el pasado"
PREGUNTA. En esta exposici¨®n Picasso llega al Prado y Goya visita el Reina Sof¨ªa. ?Piensa que es una puerta abierta para flexibilizar la entrada de artistas a uno u otro museo?
RESPUESTA. En los ¨²ltimos cien a?os hemos revisado como diez o doce veces el hito cronol¨®gico que separa el arte retrospectivo del arte actual. Y la situaci¨®n de ahora seguramente ser¨¢ revisada dentro de diez a?os. Yo, que he trabajado en el Reina Sof¨ªa, siempre lo he visto como una prolongaci¨®n del museo hist¨®rico que es el Prado. Al margen de las decisiones coyunturales de d¨®nde termina uno y d¨®nde comienza el otro, lo que interesa es saber conjugar muy bien los esfuerzos de las dos instituciones y tratar de rebasar los complejos m¨¢rgenes que separan administrativamente nuestras colecciones. De hecho, una de las bondades de este proyecto de Picasso es la de haber podido colaborar con los dos museos sin ning¨²n prejuicio, compartir nuestras colecciones de una forma generosa y abierta, y demostrar que existe un puente natural entre las dos instituciones.
P. ?C¨®mo fue el viaje de Los fusilamientos del 3 de mayo
de Goya?
R. Fue como un movimiento interno, como de una sala a otra del museo. Creo que esta relaci¨®n debe ser muy natural y si genera alguna discusi¨®n, mejor. Es muy bueno discutir sobre d¨®nde empieza lo contempor¨¢neo y d¨®nde acaba el pasado.
P. ?Este cuadro se prestar¨ªa a otro museo extranjero, por ejemplo?
R. No, este cuadro nunca se ha prestado. Repito que en este caso lo hemos entendido como un movimiento interno. Es, junto con el 2 de mayo, uno de los primeros cuadros de Goya que ingresaron en el Museo del Prado en 1819, en vida del artista. Y desde entonces la ¨²nica vez que ha salido del museo fue con motivo de la Guerra Civil, curiosamente cuando Pablo Picasso era director del mismo. Fue cuando se opt¨® por trasladarlo junto con otras importantes obras del museo que viajaron a Valencia, Barcelona y, despu¨¦s, Ginebra.
P. Despu¨¦s de la pol¨¦mica surgida en torno al traslado del Guernica,
ha llamado la atenci¨®n este pr¨¦stamo.
R. Si hemos prestado el 3 de mayo al Reina Sof¨ªa es porque era absolutamente imposible que el Guernica viajara al Prado, por razones de conservaci¨®n.
P.La exposici¨®n de esas pinturas juntas ha creado un conjunto de una fuerza excepcional.
R. S¨ª, pol¨ªtica y po¨¦ticamente yo creo que es la parte m¨¢s impresionante de este proyecto. Cuando Picasso decide que el Guernica y su legado volvieran a Espa?a definitivamente tras la recuperaci¨®n de las libertades democr¨¢ticas, estaba pensando en vincularlo a determinada tradici¨®n y probablemente porque pensaba tambi¨¦n que el Prado era el museo que conservaba las pinturas del 2 y 3 de mayo de Goya, esos iconos tan importantes de la barbarie y los desastres de la guerra.
P. ?Tener la galer¨ªa central del Prado llena de picassos
en di¨¢logo con pinturas de otras ¨¦pocas sienta las bases para nuevas experiencias?
R. Creo que Picasso se muestra en el Prado con las preocupaciones de un artista, en su taller, en su estudio, con la ambici¨®n de pintar un gran cuadro y con una representaci¨®n de todas sus etapas. En cambio, en el Reina Sof¨ªa aparece el Picasso comprometido con su historia contempor¨¢nea. Y en los dos casos hemos tratado de presentar a Picasso dentro de una genealog¨ªa determinada. Desde su formaci¨®n estuvo ligado a los grandes maestros del pasado y creo que era el momento de presentarlo por primera vez dentro de una gran tradici¨®n. No s¨®lo como un artista decisivo para entender el arte del siglo XX, sino como un pintor que forma parte del pante¨®n de los grandes maestros universales.
P. La exposici¨®n empieza con su nombre marcado en el registro de copistas del museo.
R. Su padre lo lleva al Prado con 14 a?os y ¨¦l hizo ya entonces unos emocionantes apuntes de la cabeza del Ni?o de Vallecas y del Calabacillas, de Vel¨¢zquez. Luego vuelve como copista mientras estaba en la Academia de Bellas Artes de San Fernando y despu¨¦s tiene el honor y la responsabilidad de dirigir el museo durante la Guerra Civil. Creo que Picasso siempre ha estado vinculado a este museo. En esta exposici¨®n, ¨¦l habla a trav¨¦s de la pintura y hace una reflexi¨®n sobre qu¨¦ posici¨®n le toca al propio pintor dentro de la historia. Es ah¨ª donde Picasso empieza a replicar a las grandes obras de los maestros del pasado. Lo hace con Delacroix, con Manet, con Goya y -uno de los puntos cardinales de la muestra- lo hace con las Meninas de Vel¨¢zquez.
P. ?Cu¨¢ndo se inaugurar¨¢ finalmente la ampliaci¨®n del museo?
R. Pienso que a finales de este a?o estar¨¢ acabada la arquitectura, la obra civil. Y luego tendremos que hacer todo tipo de pruebas antes de ocupar los nuevos espacios. Creo que ser¨¢ a lo largo de la pr¨®xima primavera.
P. ?Esto llevar¨¢ a un reordenamiento de toda la colecci¨®n o s¨®lo de una parte?
R. Uno de los grandes beneficios de la ampliaci¨®n es que va a liberar much¨ªsimo espacio en el edificio Villanueva (sede tradicional del museo) y tendremos m¨¢s para las exposiciones y para extender las colecciones. Luego hay un aspecto fundamental y es la incorporaci¨®n de las colecciones modernas, del siglo XIX, al discurso hist¨®rico del museo, que es otro de los retos importantes que nos planteamos y que la ampliaci¨®n va a permitir desarrollar.
P. ?C¨®mo va a ser el Prado del siglo XXI?
R. Se tiene que parecer mucho al Prado del siglo XIX. No tiene que perder su escala, que es una escala perfecta; no tiene que perder su intensidad po¨¦tica y, en ese sentido, creo que la ampliaci¨®n es una ampliaci¨®n contenida, ¨¦sa es una de sus virtudes. No se ha querido hacer una ampliaci¨®n espectacular, contradictoria con el esp¨ªritu del museo. Y en eso pienso que Rafael Moneo ha hecho un trabajo excepcional. El Prado tiene que ser un museo m¨¢s abierto a la sociedad. Un museo que genere una mayor asiduidad en el p¨²blico espa?ol porque sigue manteni¨¦ndose como un gran atractivo para los extranjeros, pero nos cuesta m¨¢s que el p¨²blico espa?ol se interese por ese tesoro. Ser¨¢ un museo m¨¢s c¨®modo, m¨¢s inteligente y abierto a transformarse de forma positiva, que haga m¨¢s visible su valor.
P. ?Miquel Barcel¨® entrar¨¢ en el Prado?
R. No veo por qu¨¦ no. Todos los artistas se alimentan del pasado y el Prado tiene obras que interesan a creadores de cualquier ¨¦poca y procedencia. Hay que recordar que el Museo del Prado es fruto del coleccionismo de arte contempor¨¢neo, no es un museo arqueol¨®gico.
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