Vidas hacinadas

M¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n mundial vivir¨¢ en el a?o 2007 por primera vez en la historia en un entorno urbano, seg¨²n revela un informe sobre las grandes urbes hecho p¨²blico ayer por la ONU. Si el permanente fen¨®meno de la urbanizaci¨®n de las sociedades humanas es antiguo, la vertiginosa concentraci¨®n demogr¨¢fica en las numerosas megaurbes que han surgido en las ¨²ltimas d¨¦cadas en todo el globo y especialmente en el Tercer Mundo supone uno de los mayores desaf¨ªos para la humanidad. El informe constata un rotundo y generalizado fracaso en racionalizar y controlar dicho crecimiento y en generar unos m¨ªnimos servicios, infraestructuras y condiciones de vida.

As¨ª, las grandes ciudades de los pa¨ªses en desarrollo, que en 2030 alojar¨¢n al 80% de la poblaci¨®n urbana mundial y entre las que no ser¨¢n infrecuentes las que superen los 20 millones, han demostrado ser concentraciones en las que las esperanzas de vida son inferiores a las de los individuos con menores ingresos en el entorno rural. Entre los fen¨®menos m¨¢s llamativos desarrollados en los ¨²ltimos a?os est¨¢ la fortificaci¨®n de los barrios de las clases m¨¢s ricas y favorecidas con lo que el informe califica de una "arquitectura del miedo". Las tensiones y la impermeabilidad sociales, la criminalidad y las drogas, la contaminaci¨®n, las enfermedades y la falta de servicios han hecho de estas ciudades una inmensa trampa a la que acude un flujo interminable que deja atr¨¢s zonas rurales cada vez m¨¢s despobladas para ver frustradas sus esperanzas de una vida mejor y quedar expuestos al desarraigo y a problemas antes desconocidos.

Los problemas son masivos en las megal¨®polis de Latinoam¨¦rica, ?frica y Asia y ser¨¢n mayores porque ¨¦stas seguir¨¢n creciendo. Est¨¢ claro que si en alg¨²n terreno la autorregulaci¨®n es una quimera es en ¨¦ste. El informe subraya c¨®mo una serie de urbes con capacidad y estructura administrativa, en pa¨ªses con gobiernos centralizados -o dictaduras-, v¨¦ase Sur¨¢frica, T¨²nez o China, afrontan el problema con mayor ¨¦xito que otros. El hacinamiento, ya sea en la miseria o en el terror permanente a quienes la sufren, no puede ser fat¨ªdico destino del 80% de la humanidad. Son por ello imprescindibles criterios y fondos para salir del fracaso end¨¦mico a la hora de combatir las peores plagas de un fen¨®meno que hoy parece imparable.