?Hummm!
Acabo de llegar de Barcelona y me encuentro en el quiosco de prensa a una se?ora de aspecto venerable que proclama con angustia y esc¨¢ndalo: "?En Catalu?a ya ponen multas a los que hablan espa?ol!". En el c¨ªrculo de clientes, algunos la apoyan con locuciones propositivas resumidas en sonoras onomatopeyas del tipo catacrof, plaf, pumba, mientras la mayor¨ªa calla. Me arracimo con los silenciosos. Iba a discrepar, pero me fren¨® lo que en la tartamudez llaman el anticipo, el aviso de las palabras que prefieren vivir en la sombra antes de quedar a merced de las intr¨¦pidas onomatopeyas. ?Y si ten¨ªa raz¨®n? Yo hab¨ªa estado hablando todo el tiempo en castellano, y los catalanes me respond¨ªan con amabilidad en el mismo idioma. O si me hablaban catal¨¢n, cambiaban cuando no les entend¨ªa. Pero, ?y si todo fuera una artima?a y al llegar a casa me encontraba con una ristra de multas por correo certificado? ?Por qu¨¦ hab¨ªa sido tan simp¨¢tico aquel joven camarero de la chocolater¨ªa Verg¨¦s? Y el dependiente de aquella tienda, con su bandera catalanista, ?por qu¨¦ pas¨® a hablarnos castellano? Y en el mercado dominical de Sant Antoni, ?a qu¨¦ ven¨ªa aquel trato exquisito? ?Por qu¨¦ nos ofrecieron un viejo libro del ¨¢crata Eliseo Reclus y no un diccionario de catal¨¢n? ?No ser¨ªa todo un gran simulacro? ?Estar¨ªan grab¨¢ndonos? As¨ª que ahora est¨¢bamos lejos de la peligrosa Catalu?a, en un buen quiosco, rodeados de informaci¨®n, pero asediados por las onomatopeyas. ?Boing, biff, bam, kik, punch, bash! Parec¨ªa que hab¨ªamos entrado, al fin, en una primera fase del lenguaje universal. ?Crunch, crash, crumble! De repente me di cuenta de que no se trataba de una reacci¨®n espont¨¢nea. Lo que hac¨ªa la gente era leer entre l¨ªneas lo que dec¨ªan algunos titulares sobre Catalu?a. As¨ª, fui interpretando que cuando escrib¨ªan Maragall, en realidad se le¨ªa ?Brumbrapbrlapapbrum!, que en el lenguaje universal de las onomatopeyas significa todo lo que usted se est¨¢ imaginando. Y cuando escrib¨ªan Estatuto, lo que emit¨ªan de verdad los titulares era ?Grrff, ggrrooowww, gruuuff, grunt! Por eso, todos nos quedamos muy amigos y relajados cuando alguien tuvo la feliz idea de comentar lo favorecida que estaba Carmen Mart¨ªnez Bordi¨² en la portada del Hola, con su vestido de novia estilo imperio.
Bon diumenge i bona sort.
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