El futuro de Europa es el de sus empresas
Al tiempo que se celebraba uno de los m¨¢s anodinos Consejos Europeos de la historia de la UE, una de las empresas regionales m¨¢s significativas, European Aeronautic Defence and Space (EADS), bajaba su capitalizaci¨®n en la Bolsa m¨¢s de un 25% y emerg¨ªa una serie de problemas que hace temer por su capacidad de mantener la competencia con la otra gran empresa del sector, la norteamericana Boeing. El futuro de Europa no es s¨®lo el de sus instituciones, sino tambi¨¦n el de sus empresas.
EADS, segunda compa?¨ªa aeroespacial del mundo y segunda fabricante de armamento de Europa, es una empresa mayoritariamente privada, nacida con el siglo (julio de 2000), de la fusi¨®n de esfuerzos de la francesa A¨¨roespatiale Matra, las alemanas Dorniel y Daimler-Chrysler, y la espa?ola Construcciones Aeron¨¢uticas. Una de sus compa?¨ªas filiales m¨¢s representativas es Airbus, fabricante de los aviones del mismo nombre. En resumidas cuentas, EADS es fruto del sue?o europeo hecho realidad. Aunque es una empresa privada, sus mercados y sus intereses hacen que est¨¦ contaminada de interferencias pol¨ªticas de modo permanente. No es nada extra?o que cuando se conocieron sus dificultades en medio de la cumbre de la UE, algunos de sus jefes reaccionaran inmediatamente. Chirac dijo "no estar preocupado", Zapatero sac¨® pecho y declar¨® en primera persona: "Dar¨¦ a EADS el apoyo necesario para que supere sus problemas", y el viceministro de Econom¨ªa alem¨¢n anunci¨® una discusi¨®n muy cuidadosa de las dificultades, admitiendo al tiempo que "hay un aspecto pol¨ªtico en el problema".
El problema concreto que motiv¨® la bajada puntual de la capitalizaci¨®n de EADS (en un d¨ªa perdi¨® casi 5.500 millones de euros) fue el anuncio de que no iba a poder entregar los primeros aparatos de un nuevo modelo, el Airbus 380, el mayor avi¨®n comercial de la historia, con tres pisos y capacidad para 800 pasajeros. Los inversores consideraron que en un mercado tan competitivo como el de la europea Airbus y la americana Boeing, esta ¨²ltima se aprovechar¨ªa para ocupar el vac¨ªo coyuntural que dejaba la primera. La historia de la competencia entre Airbus y Boeing es la de una lucha fratricida: la primera no era nada apenas hace unas d¨¦cadas y ha plantado cara a la todopoderosa Boeing. Desde hace un tiempo, ambas compa?¨ªas se han acusado mutuamente en la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC) de aplicarse subsidios y ayudas gubernamentales para bajar los precios y superar al contrario. No hay duda de que los problemas actuales de Airbus ser¨¢n multiplicados medi¨¢ticamente por Boeing.
Pero las dificultades de EADS no se acabaron ah¨ª: recientemente conocida la implicaci¨®n de alguno de sus ejecutivos en el sucio caso Clearstream -que enfrenta al presidente franc¨¦s y su primer ministro Dominique de Villepin con el ministro del Interior y futuro candidato de la derecha, Nicolas Sarkozy-, estallaban a continuaci¨®n otros esc¨¢ndalos: el primero, la posibilidad de que se hubiera producido en la presidencia de EADS un delito de iniciados: el uso de informaci¨®n confidencial. Entre otros, el copresidente del consorcio, No?l Forgeard, y varios de sus hijos vendieron parte de sus opciones sobre acciones con unas plusval¨ªas superiores a los siete millones de euros, pocos d¨ªas antes de que se conociesen las dificultades de Airbus para entregar sus nuevos modelos. ?sta es una investigaci¨®n puntual que apunta a las necesarias regulaciones del capitalismo corporativo, para que los miembros de las tecnoestructuras empresariales no abusen de su posici¨®n dominante respecto al resto de los accionistas.
Pero, adem¨¢s, la crisis de EADS ha hecho emerger otros problemas m¨¢s estructurales: todav¨ªa no se han arreglado las dificultades de la fusi¨®n de distintas culturas empresariales cuando se unen. El investigado No?l Forgeard ha se?alado al alem¨¢n Gustav Humbert, presidente de Airbus, como causante de los retrasos industriales al no haber funcionado a tiempo las alarmas.
Ser¨ªa penoso que el proyecto Airbus naufragara o se retrasara. Aportar¨ªa una se?al m¨¢s del retroceso europeo.
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