Argentina, sin proyecto
N¨¦stor Kirchner, presidente de Argentina, llega el mi¨¦rcoles a Madrid, con una apretada agenda, (?comprensiblemente?) supeditada al calendario del Mundial de f¨²tbol. En su cartera traer¨¢ varias notas sobre cuestiones bilaterales -es todo un ¨¦xito suyo venir sin haber resuelto antes los contenciosos de algunas empresas espa?olas en Argentina- y multilaterales. Pero en esa cartera no hay un proyecto de Argentina. ?sa es quiz¨¢ su mayor carencia. Enti¨¦ndase que no se trata de un modelo econ¨®mico, ni de una hoja de ruta de un punto A a un punto B, sino de saber hacia d¨®nde quiere y debe ir esa sociedad y c¨®mo, pues la forma de navegar importa tanto como los puertos hacia el que se apunte.
Su pol¨ªtica es la de ir tirando, salir del paso, cambiando de una semana a otra
Aunque no debe confiar en que sea de forma duradera, la econom¨ªa argentina se ha ido recuperando. La sociedad vuelve a vibrar, m¨¢s despierta en muchas cosas que esta vieja Europa. Algunos pensar¨¢n que es mejor carecer de proyecto que tener uno equivocado. Pero hay una sospecha m¨¢s profunda: Kirchner no s¨®lo no tiene ese proyecto, sino que no lo quiere tener. Su pol¨ªtica es la de ir tirando, salir del paso, cambiando de una semana a otra las cuestiones en las que centrar la atenci¨®n.
M¨¦xico, Chile, Brasil o Venezuela tienen sus proyectos de pa¨ªs. Lo que incluye sus relaciones exteriores, tambi¨¦n con Estados Unidos cada uno a su manera, y con China. Piensan de forma estrat¨¦gica. Una parte del problema es que los proyectos regionales en Am¨¦rica Latina est¨¢n haciendo agua, y a Argentina (como a Espa?a) no le va bien ir sola. No hay anclaje externo. Pero a Kirchner no parece preocuparle u ocuparle excesivamente la pol¨ªtica exterior. Y, sin embargo, un buen eje engrasado Argentina-Brasil ser¨ªa esencial para dar estabilidad y peso a la regi¨®n.
Tambi¨¦n, y pese a su vena populista, Kirchner carece de modelo econ¨®mico a seguir. El neoliberalismo no ha logrado los ¨¦xitos esperados; la revoluci¨®n y los populismos tampoco. Quiz¨¢ sea bueno evitar los paradigmas y las curas milagrosas. Javier Santiso, economista jefe de desarrollo de la OCDE, se?ala que Am¨¦rica Latina est¨¢ en la "econom¨ªa pol¨ªtica de lo posible", en un libro que lleva ese t¨ªtulo, en que cree ver una acomodaci¨®n del populismo al pragmatismo. Quiz¨¢ porque, como se?alara en su d¨ªa Ricardo Lagos, "el populismo no puede sobrevivir sin super¨¢vit fiscal". Pero Santiso hace otra advertencia: la de que cuenta, y mucho, no s¨®lo el contenido de las pol¨ªticas econ¨®micas sino tambi¨¦n su calidad.
La econom¨ªa y la pol¨ªtica de lo posible -con la renegociaci¨®n de la deuda pareci¨® lograr lo imposible- deber¨ªa haber llevado a Kirchner a aprovechar el crecimiento para construir o afianzar lo que m¨¢s le falta a Argentina: instituciones. Sus pasos con los militares y con la memoria hist¨®rica son positivos, pero le ha faltado reforzar la Justicia y el Estado de derecho, la seguridad jur¨ªdica (esencial para las inversiones extranjeras y nacionales), la separaci¨®n de poderes, la transparencia en la Administraci¨®n y la lucha contra la corrupci¨®n. En fin, todo aquello que se suele entender como el buen gobierno (ahora se dice gobernabilidad o gobernanza). Pero esto parece ajeno a un peronismo que ya no se sabe lo que es despu¨¦s de Menem, salvo un sistema de poder, que se parapeta demasiado a menudo en echar siempre las culpas de lo que pasa a otros, de dentro o de fuera. Kirchner pod¨ªa haberse convertido en un referente de la izquierda, como Lula, Lagos y Bachelet, o, en otro estilo, Ch¨¢vez o Morales. Tampoco parece haberle interesado.
Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, secretario de redacci¨®n de La Naci¨®n, tuvo el detalle de dedicarme su ¨²ltima y estupenda novela, Fern¨¢ndez, como una "historia de desencantados que quieren volver a creer". Eso es hoy, pol¨ªticamente, Argentina. Tambi¨¦n (y no estamos hablando del Mundial) Espa?a que, desde otros presupuestos y coordenadas, tiene sus propios y numerosos Fern¨¢ndez.
aortega@elpais.es
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.