Alemania, en busca del oso 'Bruno'
Cazadores y ecologistas intentan atrapar al animal escapado de una reserva
Lo siguen muy de cerca. Quieren atraparlo y, de no ser posible, lo matar¨¢n. En Alemania no se hab¨ªa visto un oso en libertad desde 1835, hasta que hace un mes lleg¨® un ejemplar de oso pardo. Ser¨ªa una buena noticia en el pa¨ªs que invent¨® los ositos de peluche. Pero Bruno, como lo llaman cari?osamente, se ha comportado mal.
"El animal se acerca sin ninguna timidez a las personas y a sus casas. Aunque hasta ahora no ha sido agresivo con los hombres, al estar tan cerca, la oportunidad se le puede presentar", dice Manfred Woelfl, que ha sido encargado de la b¨²squeda por el Ministerio de Medio Ambiente del Estado de Baviera.
Las sospechas sobre su peligrosidad se basan en que el animal de tres a?os y 150 kilogramos ha comido durante este tiempo al menos 25 ovejas, cuatro cabras, muchas gallinas y conejos. Como postre ha degustado la miel de los apicultores de la regi¨®n. El mayor susto se lo ha llevado un austriaco que conduc¨ªa por la zona y choc¨® con el oso, que sali¨® ileso y corriendo en la direcci¨®n contraria. El conductor s¨®lo tuvo que reparar el espejo lateral de su autom¨®vil.
Expertos finlandeses planean anestesiar al ejemplar y llevarlo a un ¨¢rea de protecci¨®n ecol¨®gica en Baviera
El ¨²ltimo ataque ha sido en Kreuth, a unos 70 kil¨®metros de M¨²nich. En el pintoresco pueblo de casas de madera entre las monta?as Bruno ha matado a dos ovejas y herido a otras cuatro. No las ha comido. "Deber¨ªan matarlo cuanto antes, o ¨¦l matar¨¢ a una persona", comenta indignada la due?a de las ovejas, Eugenia Baudrexl, de 77 a?os. Como ella, el 19% de los alemanes piden que le maten cuanto antes, seg¨²n una encuesta de Forsa, un instituto de opini¨®n. Sin embargo, un 69% de los germanos pide que lo dejen vivir, pero en cautiverio. S¨®lo un 19% pide que lo dejen en libertad. Mientras tanto, en Kreuth la tranquilidad no ha desaparecido. Los expertos han asegurado a los vecinos que el oso no volver¨¢: "Sabe muchas ma?as y nunca regresa a la escena del crimen".
Bruno, tambi¨¦n conocido como JJ1, entr¨® en el proceso de b¨²squeda y captura a principios de mayo cuando lleg¨® de Trentino, Italia, procedente de un proyecto de reinserci¨®n de su especie en los Alpes. Primero fue perseguido en Tirol, Austria y escap¨® hacia Baviera. Aqu¨ª pill¨® desprevenidas a las autoridades, en pleno Mundial de f¨²tbol y sin experiencia reciente en manejo de osos salvajes. "Hemos tenido que establecer un protocolo de acci¨®n en s¨®lo cuatro semanas", reconoce Woelfl, coordinador de la b¨²squeda. Desde entonces se ha pedido ayuda a WWF Austria (en donde hay osos en libertad). Tambi¨¦n se ha contratado por 25.000 euros un equipo de cazadores de Finlandia con sus seis perros, entre ellos el de mejor olfato del pa¨ªs n¨®rdico. Los gastos totales ascienden a 95.000 euros y han sido pagados en su mayor¨ªa por WWF Austria, que pretende negociar con Tirol y Baviera.
El rastro del animal ha sido especialmente dif¨ªcil de encontrar estos d¨ªas de calor, seg¨²n los finlandeses, ya que los olores se evaporan y los perros se cansan demasiado. A pesar de ello, el cerco est¨¢ cada vez m¨¢s estrecho. Los perros, especializados en la caza de alces noruegos, han visto en varias ocasiones a su presa, pero los cazadores no han podido aproximarse: algunas veces por la dificultad del terreno monta?oso y otras porque no hay suficiente luz. La vida de Bruno probablemente dependa de que los expertos finlandeses logren anestesiarlo y sea llevado a una reserva ecol¨®gica para osos en Baviera que precisamente ha abierto sus puertas hace un mes. "El lugar no hab¨ªa sido pensado para un animal tan salvaje, pero hemos conseguido un permiso y se ha adaptado un lugar para ¨¦l", se?ala el encargado del lugar, R¨¹diger Schmiedel. Otra posibilidad m¨¢s remota es que lo lleven de vuelta a Italia, donde est¨¢n su madre y su hermano, tambi¨¦n en libertad. El llamado Consejo del oso problema, formado por las autoridades de Baviera y Tirol y expertos de WWF Austria y las Universidades de Friburgo y Viena, discutir¨¢n el s¨¢bado su futuro. Justo ese d¨ªa acaba el contrato de los cazadores finlandeses y de no haberlo atrapado, se podr¨ªa dar la orden de matarlo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.